Esto era una vez un chico, cuyo nombre solamente conocían sus padres, compañeros del colegio y aquellas personas muy especiales para él. Y solamente aquellas que realmente lo merecían tenían su permiso para llamarlo de esa forma. Los demás nos confo...
No respondo. Kevin: Scott, tenemos que irnos. Médico: Tiene razón. La hora de visitas se acaba ya.
Me quedo en silencio, mirando a la camilla donde descansa Jack, inconsciente desde hace una semana, entubado por diversos lugares. Todo por ese maldito fumador empedernido.
Vincent me agarra del brazo. Vincent: Scott... Venga, salgamos.
Entre Vincent y Kevin me hacen salir de la habitación. Me dejo caer en una de las sillas de la sala de espera, tapándome la cara con las manos. Quedamos los tres en silencio por unos momentos, mientras comienzo a llorar otra vez. Yo: Mal-maldita sea...
Vincent se agacha enfrente de mí y me abraza. Vincent: Está bien... Yo: No-no, no está bien... Kevin: Los médicos dicen que se encuentra estable. Yo: Por ahora... Kevin: Lleva estable una semana, no creo que ahora de buenas a primeras vaya a- Vincent: Cállate, no seas gafe.
Me separo del abrazo de Vincent y me levanto. Yo: Si tan solo lo hubiera vigilado más... Kevin: Ya está. Ninguno de nosotros lo ha vigilado. Deja de culparte tanto. Yo: Le prometí que lo vigilaría y-y... Soy lo peor... Kevin: No lo eres. No podías prever eso.
Doy un puñetazo a la pared. Yo: ¡J*der, siempre igual! ¡Yo es que los mato! Kevin: Anda, cálmate, por fav- Yo: ¡No me calmo, maldita sea!
Todos los trabajadores del hospital se quedan en silencio, mirándonos. Kevin: Vamos a hacer una cosa, iremos fuera y gritas todo lo que tengas que gritar, pero no montes otro pollo aquí. Ya sabes que nos dijeron que a la próxima no nos dejaban volver a entrar.
Intento recuperar el control por unos momentos. Yo: Es-está bien...
Vincent me pasa el brazo por los hombros y me guía hasta la salida. Es la una de la madrugada (lo que tiene el salir del trabajo a las doce). Nos alejamos unos metros del hospital, donde monto en cólera. Yo: ¡Maldita sea! ¡A nuestro jefe le falla algo en la cabeza! ¡Ocurre esto enfrente de él y ni despide al responsable! ¡Claro, como van enchufados le perdona de todo! ¡Como si le da por matar a la mitad de los empleados! ¡Yo, de verdad, como pille solo a alguno de los dos juro que los voy a...!
Continúo soltando amenazas mientras Kevin y Vincent siguen en silencio, hasta que poco a poco voy perdiendo las fuerzas y las ganas de gritar, llegando al punto de quedarme en silencio, jadeando. Mi ira se convierte rápidamente en llanto. Kevin me entrega un pañuelo. Kevin: ¿Mejor? Yo: Un poco... Creo que me iré ya... Vincent: ¿Estás seguro de que no quieres venirte con nosotros? No sé si está bien que te quedes solo. Yo: Estaré bien... Kevin: Vale, pero te acompañamos a casa.
...
Llegamos a la casa de Jack, y la abro con la copia de las llaves que él mismo me había entregado el día en el que ocurrió todo esto. Kevin: ¿Necesitas algo? Yo: No... No hace falta, gracias... Kevin: Si necesitas algo nos llamas. Vincent: Sí, aunque sean las cuatro de la mañana. Yo: Está bien, supongo... Me tengo que ir, necesito estar solo...
Kevin y Vincent me abrazan tanto como despedida como un intento de consuelo y se van.
Entro en la casa, muy silenciosa y solitaria sin Jack. No voy a intentar ni dormir, me ha costado mucho pegar ojo estos días.
Doy vueltas, hasta llegar a la antigua "habitación" (sótano) de Jack. El colchón donde dormía sigue aún ahí. Ahí solían dormir Jack y Subconsciente; y junto a ellos nos tumbábamos Yin y yo (no sé ni cómo cabíamos los cuatro) para mantenerlos calientes, dado que lo único que tenían para taparse era una fina sábana.
¿Mantenerlos calientes siendo fantasmas? Sí, de alguna manera éramos espíritus tangibles, no estoy seguro de si es por lo de la misión sin cumplir después de muertos o si existiría otra razón. De todos modos ya no importa.
Miro al mueble debajo del cual obligué a Yin a que guardara sus pertenencias, las cuales eran una espada (ya es obvia la razón por la que le hice esconderla habiendo niños delante) y un antiquísimo acordeón que consiguió de algún lado varios años después de muerto, el cual sacaba de vez en cuando para tocar algo cuando los padres de los niños no estaban en casa. Tocaba bastante bien para no ser un instrumento de su época.
Ah, sí, resumen rápido de Yin: era una especie de aventurero que vivió y murió allá por la Edad Media. No ha podido ser liberado hasta ahora, dado que debía vengarse de noséqué rey de aquellos tiempos porque lo deshonró o algo así. Hace cosa de un año le llegó una carta de este (a través de la mascota del rey, el fantasma de un halcón que casi nos destroza la casa) diciendo que quedaban en un lejano lugar para luchar por el honor de ambos. La cita era para seis meses más tarde de recibir la carta; ha pasado un año, así que, por mucho que Jack y Subconsciente se nieguen a aceptarlo, lo más probable es que ya haya sido liberado y no volvamos a saber nunca más de él.
Desde que se fue, los cuatro nos hemos ido distanciando. Después de Yin desapareció Subconsciente, y ahora Jack... En fin, fue bonito mientras duró...
...
No quiero seguir perdiéndome en los recuerdos, es lo menos que necesito ahora.
Salgo del sótano y me dirijo al cuarto de baño, donde me doy una ducha rápida.
Cuando acabo decido prepararme un baño caliente, a ver si me ayuda a que me entren ganas de dormir o, por lo menos, a relajarme un poco.
...
Una vez dentro del agua, se nota todavía más el silencio de la casa. Lloro en solitario, nadie puede verme ahora. Se escucha únicamente el movimiento del agua a mi alrededor. Y... Me parece oír algunos ruidos cercanos. Nah, serán los vecinos, que se habrán levantado a lo que sea. Este sería el momento perfecto (perfecto para ellos) en el que cogen el taladro, se ponen a hacer sus obras de la madrugada (porque no existe otro momento mejor) y no dejan dormir a toda la manzana. En este caso, tal cosa no ocurre. Tan solo se oyen pasos y algunos golpes y tropiezos contra unos muebles.
Cierro los ojos e intento ignorar el ruido. Para aislarme mejor, me sumerjo bajo el agua por unos segundos. Noto las burbujas saliendo lentamente de mi nariz y boca. Emerjo a la superficie cuando me empieza a faltar el aire.
Parpadeo varias veces para recuperar la visión y que salga la mezcla de lágrimas y agua que se me ha metido y formado en los ojos. Miro al frente y...
Una cara, semitransparente, del revés y sonriente; flota en el aire a un par de palmos enfrente de mí, a la altura de mi cabeza. Casi doy un salto del susto. Menos mal que reconozco esa cara, pese al paso del tiempo...
Yin: Hola, cuánto tiempo, ¿verdad? :D
...
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