Esto era una vez un chico, cuyo nombre solamente conocían sus padres, compañeros del colegio y aquellas personas muy especiales para él. Y solamente aquellas que realmente lo merecían tenían su permiso para llamarlo de esa forma. Los demás nos confo...
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Diseño de Subconsciente. Es básicamente el diseño de Phone Dude de Goldbox (Ley del Copyright, no me pegues pls ;u;) con los ojos cambiados, y semitransparente fuera del mundo de las pesadillas (todos, incluidos las sombras y los fantasmas, son opacos en ese mundo).
Los dos de arriba son la Voz Grave (izquierda) y la Voz Aguda (derecha).
Haré los diseños a digital cuando me vuelva (si me vuelve) el tiempo y, sobre todo, las ganas :'3
Bue, vamos ya con el capítulo :'V
...
Pov Subconsciente
Avanzo apoyado en la pared. Cojeando y tembloroso. Yo: ¡Arg!
Un dolor agudo en el brazo. Sin aparente causa externa. No me da tiempo a llevarme la mano ahí para intentar calmar el dolor, cuando... Yo: ¡Argh!
Un espontáneo corte en la cara. Noto un cálido líquido saliendo de este.
El párpado aún me arde de un golpe de hace unos... ¿Minutos? ¿Horas? O... ¿Días?
¿Cuándo va a parar todo esto?
Ahora un golpe en el costado, el cual, para variar, viene de ningún lado. Mientras me llevo la mano al lugar del impacto, tropiezo y caigo al duro y frío suelo.
Pienso por un momento en levantarme pero... Mi cuerpo no responde. Se ha rendido. Al igual que lo hará en breve mi mente.
Sigo notando ataques hacia mí desde la nada, aunque... Ya no noto el dolor. Únicamente siento... Mucho sueño.
Por unos segundos intento luchar contra ello, mas... ¿Para qué?
Una vez yo deje de existir, Jack también lo hará. Y todo el dolor que estoy sufriendo él lo está padeciendo en estos momentos de igual forma. Si a él le dieran la oportunidad de descansar para siempre, seguramente lo haría. Lo hago por ambos.
Y además, así... Me encontraré con Yin en el otro lado. Y volveremos a ser felices juntos.
Cierro lentamente mis párpados, observando una especie de horizonte en la oscuridad del lugar. Mi cuerpo se relaja completamente. Ya no noto ni los golpes. Sonrío levemente, no escucho más sonidos que unos pasos acercándose a mí...
...
Despierto de golpe, aunque continúo con los ojos semiabiertos, mirando al suelo de forma borrosa.
Alguien ha interrumpido mi descanso agitándome por un brazo. El dolor vuelve a mi cuerpo. A juzgar por la oscuridad que mi escasa visión es capaz de detectar en mi derredor, no me he movido a ningún lugar celestial o similar. Sigo aquí, no sé si por desgracia.
Escucho un ruido blanco, hasta que recupero la audición tras unos instantes. Es entonces cuando oigo una voz masculina, algo conocida para mí, hablando entre jadeos. ???: Por favor... Despierta. Por favor... Dime que no he llegado tarde...
Intento responderle, pero no soy capaz. Me toma de la mano. ???: Por favor, si me puedes escuchar... Apriétame la mano si me escuchas. Por favor...
Haciendo un gran esfuerzo oprimo débilmente su mano. Escucho al extraño respirar con alivio. ???: Gracias a Dios.
Intento alzar la vista para reconocer al ser a mi vera, sin éxito. Aún no he recuperado mis fuerzas. ???: Escucha... No, no me sueltes la mano. No podemos perder mucho tiempo. ¿Puedes levantarte? Bueno, imagino que no, aunque... Te ayudo a sentarte, ¿vale? Te he visto caer, así que supongo que no tendrás lesiones en la columna ni nada por el estilo...
Con la mano que no está agarrando la mía me mueve un poco. El dolor me hace apretarle con fuerza su mano. ???: Te-te duele mucho, ¿verdad? Intentaré tener cuidado.
El extraño me intenta coger suavemente por las axilas, claro que ni el ser más delicado del mundo sería capaz de levantarme sin causarme daño en estos momentos. Como resultado, los primeros sonidos que salen mi boca son quejidos en forma de susurros. Yo: Ah... Ay... ???: Venga, ya está.
Consigue sentarme, apoyándome contra la pared. Mi cabeza se inclina hacia abajo; mi cuello es incapaz de mantenerla erguida. El desconocido me agarra de la mandíbula inferior con su mano y me levanta con suavidad la cabeza.
Me esfuerzo por abrir los ojos al completo, y descubrir quién se está preocupando tanto por mí.
Nuestras miradas se cruzan. Su rostro presenta algunos cortes y contusiones. Sus ojos se encuentran enrojecidos y muy húmedos. Me paralizo por unos segundos al reconocer a mi salvador, de rodillas frente a mí. Yo: Yi-Yin... Yin: Mi pequeño...
A ambos nos comienzan a rodar lágrimas por las mejillas. Él limpia las mías con su pulgar, fingiendo una sonrisa. Su cuerpo en este mundo es totalmente opaco. Yin: Shh... Está todo bien... Yo: Sí-sí... Yin: Escúchame. No nos queda mucho tiempo. Hay que encontrar a Jack y a los monstruos que os han hecho todo esto. ¿Puedes levantarte?
Me quedo en silencio, y él me besa con delicadeza en la frente. Yin: No importa. Ya me encargo yo. Solo... Dame un segundo.
Recoge su espada, hasta entonces tirada en el suelo, y la enfunda. Luego, se levanta. Sitúa mis brazos alrededor de su cuello y hombros. Ante esto instintivamente me agarro con fuerza. Después, coloca una de sus manos en mis corvas y la otra en mi espalda, levantándome para llevarme en brazos.
Yin comienza a caminar en silencio.
...
Tras varios minutos me vuelve a dejar en el suelo y se apoya en la pared para recuperar el aliento. Señala a una zona a lo lejos, más oscura que las demás, donde se agitan una especie de tentáculos y se oyen risas. Me he acercado a esa zona muchas veces, desde que me quedé atrapado aquí. Es un lugar del que me costó salir. Es también donde Jack aparece por las noches, cuando voy a buscarlo. Bueno, iba...
Yin: Nos acercamos a una zona peligrosa. Lo siento, pero no puedo llevarte más en brazos. Me deja exhausto y necesito ambos brazos libres para manejar mi arma. ¿Puedes levantarte?
Por el camino he recuperado algo de fuerzas, así que consigo levantarme. Eso sí, solamente puedo quedarme en pie si me encuentro apoyado en la pared. Yo: Sí. Yin: ¿Puedes caminar?
Intento dar un paso. Había olvidado el dolor hasta ahora.
Tras una eternidad esperando a que me respondan las piernas, doy un lento y corto paso. Yin: A este ritmo no podemos.
Pasa mi brazo por sus hombros y me apoya en él. Consigue hacerme andar a un ritmo que, aun siendo más lento de lo normal, parece dejarlo satisfecho. Yin: Vale, por lo menos eres capaz de caminar con ayuda.
Desenvaina la espada con la mano que le queda libre y nos adentramos en ese oscuro lugar. Yin: Vale, escúchame. Si algo gordo nos ataca, corres, te arrastras, o lo que te veas capaz de hacer, hacia el lugar más seguro que veas. Yo: Está bien, pero tú... Yin: A mí no me pasará nada. Tú me guías. Yo: ¿A dónde te guío? Podrían estar en cualquier lado. Yin: Al lugar más peligroso. Es obvio que es allí a donde se lo han llevado. Yo: Pero- Yin: Es lo que hay. Ellos quieren que les tengamos miedo. Sé valiente y notarás que el dolor no es tanto. Yo: Vale... Sigue recto y... Ahora tuerce a la derecha...
