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El silencio terminó más pronto de lo esperado y una bonita voz libró de la tristeza a Jungwoo.

—Jungwoo no dormirá en el sofá —habló la señora Jung antes de que su esposo abandonara el comedor—. A Lucas no le importará tener que dormir con él, ¿verdad, cariño? —indagó, mirándolo con esa súplica implícita en sus ojos, que solía utilizar cuando quería salvar a Jungwoo.

Lucas miró hacia Jungwoo, que estaba encorvado en su asiento mientras comía sin ganas y con su cabeza gacha como si hubiese cometido un crimen, y él no lo había hecho, él no era culpable de nada.

—¡Minyoung! —el hombre la llamó con reclamo.

—Dormiré con Jungwoo —habló Lucas con su voz ronca y mirada aún fija en el chico, que pegó un pequeño salto en el asiento al escuchar su nombre salir de esos labios.

Jungwoo deseó mirarlo, aun así, no lo hizo por culpa de sus llorosos ojos, ¿hacía cuánto tiempo no le escuchaba mencionar su nombre más de una vez en un día? En un momento creyó que no se repetiría, por lo que todo dentro de él se llenó de una esperanza pura y dulce, volviendo a sacarle gusto a su comida al nivel de terminar alzando su mirada para darle una sonrisa de agradecimiento a su madre, la cual le miró completamente enternecida cuando él estaba concentrado en tomar su sopa de principio a fin y sin importarle que su esposo abandonara el comedor completamente enfadado.

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Había sido una estupidez no aceptar dormir en el sofá. Se encontraba en el baño, con sus manos apoyadas sobre la encimera del lavamanos mientras su cuerpo le pedía que tan sólo lo dejara reposar. Se había tomado una ducha, una muy larga que no sirvió de nada porque de nuevo estaba sudando a pesar de que continuaba lloviendo y haciendo frío afuera. Intentó excusar aquello, tal vez la temperatura de la calefacción de la casa no era la adecuada porque a su madre le encantaba la calidez, y terminó convenciéndose de ello, entonces Jungwoo asintió, su madre había aumentado la temperatura de la calefacción y por ello su frente y arco de cupido continuaban llenándose de sudor.

—¡Agh! —ahogó un grito al sentirse como un idiota, por supuesto que sudaba porque estaba asustado al pensar en que iba a compartir su cuarto con Lucas, ¿debía hablarle cuando saliera? ¿O sólo debía darle su espacio?—. Haz lo que se te dé la gana, Jungwoo —se dijo, mirándose al espejo a pesar de que su rubio cabello le tapaba un poco los ojos. Le tomó un par de minutos más el darse apoyo moral para después limpiar su sudor por última vez y salir.

Su corazón se aceleró al encontrar a Lucas secándose el cabello con una mano mientras escribía algo en su teléfono celular con la otra, su torso estaba desnudo, dejándole ver los músculos que habían comenzado a aumentar de tamaño ese año, sólo por el hecho de que se había unido a los Leones de Hanyang, el equipo de fútbol americano de la universidad, en donde casualmente también se encontraban Jaehyun, Johnny, Yuta, Taeyong y Jeno, uno de los amigos de su hermano Mark. Jungwoo bajó su vista rápidamente, dándose cuenta de que aquel imprudente joven también se encontraba en ropa interior. Iba a desmayarse allí sólo por ver esa piel bronceada que parecía chispear. Aclaró su garganta y organizó la cama que, a pesar de ser doble, la vio mucho más pequeña de lo que usualmente era. La puerta del pasillo se abrió y su madre entró con una almohada y una cobija adicional para Lucas.

—Deja de jugar en ese teléfono y vístete —reprendió al menor y le lanzó encima lo que ella llevaba. Lucas se vistió mientras refunfuñaba, lo que le causó mucha gracia a Minyoung y le hizo sonreír ampliamente hasta que se detuvo frente a Jungwoo para abrazarlo y besarlo en la frente—. Duerme bien, bebé —dijo y luego frunció el ceño, intentando poner su mano en la frente de su hijo, pero éste se lo impidió.

Alterato [LuWoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora