Ӽ - 21

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Taeyong estuvo a punto de chocarse con Sicheng cuando lo vio salir corriendo de su café.

-¿Sicheng? -musitó y luego vio a Yuta observando enfadado a una chica mientras negaba con la cabeza y la hacía a un lado para correr fuera del local. La chica volvió a interponerse y Taeyong se les acercó cuando notó que la gente comenzaba a incomodarse-. ¿Ocurre algo?

La chica miraba a Yuta con los ojos llenos de lágrimas, mientras que los ojos del japonés estaban cargados de reproche hasta que Taeyong con las manos le indicó que se calmara.

-Y-yo no sabía que estabas saliendo con alguien, c-creí... -la mujer se calló cuando el rubio volvió a mirarla, con sus hombros tensos y ojos oscuros.

-Está bien, admito que fue mi culpa, pero realmente no te recuerdo -se sinceró-. Lo siento mucho, aun así, no quiero que insistas en hablar porque como te dije, acabas de arruinar mi cita -Yuta estuvo dispuesto a marcharse, pero Taeyong lo agarró del brazo y lo obligó a sentarse donde estaba, para después ir con la chica que derramaba lágrimas en silencio.

-Oye, tus amigas están esperándote -señaló una mesa al otro lado del café-, siéntate, voy a llevarte un delicioso flan de caramelo, va por cuenta del café -sonrió y la chica asintió, escondiendo su rostro entre el cabello hasta llegar donde estaban sus amigas.

Taeyong tomó asiento frente a Yuta, viéndolo mover su pie derecho con ansiedad mientras miraba el granizado de café que había estado tomando Sicheng.

-Yuta...

-Es mi culpa.

-Yo no iba a decir eso -expresó.

-Lo sé, sólo necesitaba escucharlo de alguien, y como sé que no vas a decírmelo, debo soltarlo por mi cuenta -argumentó.

-No va a ser fácil, así que... si quieres rendirte, estás a tiempo -picó el pelirrojo, mirándolo fijamente y Yuta frunció el ceño.

-No estoy dispuesto a rendirme -obvió-. Sé que todos creen que mis sentimientos son pasajeros y que pronto voy a caer en mi antigua vida, pero realmente me gusta Sicheng.

Taeyong se rio y el japonés frunció más el ceño.

-¿Ves?

-No es así, todos realmente esperan que las cosas funcionen, pero no pueden dejar su inmadurez de lado, somos amigos, ¿no? Intentamos darle un toque alegre a todo para que las cosas no se vuelvan tensionantes -explicó.

-Odio hablar contigo -refunfuñó-, ¿por qué siempre pareces verte como alguien sombrío cuando no lo eres?

-No me veo como...

-No me contradigas, voy a buscarte alguna persona que te quite esa amargura -dijo divertido y Taeyong hizo una mueca.

-No necesito que me busques a nadie -bufó.

-Lo necesitas.

-¿Por qué no te has ido a buscar a Sicheng? -inquirió y el menor abultó sus labios.

-Tengo miedo.

-Está bien, mejor no lo hagas, debe estar muy enfadado -asintió y Yuta le imitó haciendo una mueca.

-Iré al baño a llorar, ya regreso -avisó y Taeyong le miró como si estuviera loco.

Taeyong suspiró cuando su amigo se marchó y miró su teléfono. Tenía acumulados todos los mensajes que YoonOh le había enviado desde la noche anterior, en la mayoría de estos le preguntaba qué le ocurría, por qué no lo miraba y si se iba a quedar después de clases para que hablaran mientras Doyoung asistía al grupo de investigación. Por supuesto, él, como el cobarde que sabía que era, se había escapado del aula de clases, despidiéndose de todos rápidamente con la excusa de que tenía que ir con un maestro para solucionar un error con sus notas. Había tenido que encerrarse en la biblioteca hasta la hora de la reunión con el maestro Do, en donde Doyoung había llegado como si nada hubiese ocurrido, luego de evitarlo toda la mañana. Ninguno había tocado el tema y el menor lo había dejado afuera del café pocos minutos atrás, con una amplia sonrisa, de nuevo, como si el día anterior no se hubiese puesto a llorar por su culpa.

Alterato [LuWoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora