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Seúl. Miércoles 08 de mayo de 2019.

Jungwoo suspiró y bajó del auto de YoonOh mientras Mark se despedía con la mano desde el asiento del copiloto. A sus hermanos les había tomado una semana convencerlo para que tuviera la cita a ciegas. Fueron persistentes y él terminó aceptando cuando vio que cada día ambos se veían más y más desanimados. Le preocupó que todo fuera su culpa y accedió la noche anterior, cuando encontró a YoonOh con la cabeza sobre su escritorio y su teléfono en el suelo, debajo de éste, y luego de que escuchó a Mark pelear con su padre porque éste le había propuesto ir a ver juntos "Volando a casa", una película animada que se estrenaba al día siguiente y que hizo que Mark se sintiera ofendido y enfadado al nivel de encerrarse en su cuarto y no salir hasta que Jungwoo le escribió que sí iría a la cita.

—Recuerda, es la mesa del rincón, en el segundo piso, el chico del café sabe cuál es —explicó Mark antes de que su hermano acelerara—. ¡Ah! Y si escapas de la cita, voy a destruir tus apuntes de la universidad —amenazó y YoonOh se marchó antes de que pudiera decir algo.

Jungwoo entró al café arrastrando los pies. Un joven de cabellos rosados le saludó y guió hasta el segundo piso donde él no tuvo que llegar hasta el fondo para reconocer esa espalda y cabello. Su cabeza gritaba que se detuviera, mientras sus piernas fueron más rápidas, mirando a Lucas con el ceño fruncido y sentándose con inseguridad cuando al otro chico se le cayó el teléfono de las manos al verlo.

—Les daré tiempo para que piensen en lo que desean tomar —dijo el chico con rapidez, como si ya estuviera advertido y se marchó.

—Hey, man, ¡¿estás seguro de que él es mi cita?! —exclamó Lucas.

El chico asintió sin dejar de bajar las escaleras y Lucas exhaló, mirando a Jungwoo de arriba abajo, sin disimular.

—Yo no sabía... —intentó explicar Jungwoo, sin mostrar que todo dentro de él era una fiesta.

—¿Por qué te vestiste tan bien para una cita a ciegas? —reclamó y el rubio se miró la ropa—. Incluso retocaste el color de tu cabello y compraste ropa nueva.

Jungwoo espabiló unas cuantas veces, tratando de comprender cuál era el fin de Yukhei al decirle todo aquello. Primero su ayuda la semana pasada cuando se lastimó el tobillo, luego su enojo cuando el entrenador Park estuvo a punto de golpearlo y ahora eso. Todo era muy reciente y lo confundía.

—La hermana de Sicheng me retocó el cabello el fin de semana porque Sicheng no quería prestarse para sus experimentos —inició—, la ropa me la entregó Mark cuando me sacó a rastras de la universidad y... —sonrió como un tonto al pensar bien en lo dicho por Lucas— ¿te molesta que haya aceptado tener una cita a ciegas?

Lucas se dio cuenta de que le miraba idiotizado cuando escuchó sus últimas palabras, tragando tan fuerte que su manzana de adán lo delató y Jungwoo sonrió mucho más.

—Creí que querías ser como tu mamá —comenzó Yukhei, buscando con desespero algo con qué seguir, pero no podía concentrarse si Jungwoo continuaba mirándolo tan fijamente y con esa bonita sonrisa que lo hacía derretir—. Y tía Minyoung no salió con nadie hasta que se graduó de su pregrado, Yoonchul tuvo que esperarla todo ese tiempo —soltó con burla, tensándose un poco más al mencionar a ese hombre.

Peligro, estar ahí sólo indicaba peligro, así que sacó su billetera y dejó una buena suma de dinero sobre la mesa para marcharse, sin embargo, cuando iba a ponerse de pie, Jungwoo lo tomó del cuello de su abrigo azul oscuro y lo obligó a sentarse, mirándolo duramente para ocultar su dolor.

—Si aceptaste tener una cita a ciegas, cumple con ello.

—No quiero salir contigo —siseó y se maldijo porque los ojos comenzaron a llenársele de lágrimas, entonces bajó la mirada.

Alterato [LuWoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora