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Lucas sintió su cuerpo temblar, sabiendo que todo había terminado en el punto que él menos deseaba, ¿qué mierda había hecho? Se suponía que debía controlarse y buscar la mejor forma para no ir a Vancouver, no obstante, había terminado haciendo todo lo contrario, como el gran idiota que era. Sin ser capaz de mirar de nuevo a Jungwoo ni a su tía, se puso de pie y salió del comedor para irse de esa casa, su cabeza era un caos, no sabía qué estaba haciendo, sólo estaba muy enojado con su tío y consigo mismo.

—¡Lucas! —gritó Minyoung, intentando ir tras él junto a Nun, y Jungwoo se quedó de piedra mirándolo. Su novio se veía bastante enojado y él no podía hacer nada para seguirlo, porque empeoraría las cosas.

Yoonchul pateó una de las sillas del comedor, lo miró, intentando buscar alguna culpa en él, y al notar que perdía su tiempo, salió detrás de su sobrino.

—¡Wong Yuk Hei, ven aquí ahora mismo! —vociferó.

Jungwoo caminó lentamente hasta llegar a la sala y observó a sus hermanos bajar por las escaleras con miradas extrañadas mientras se escuchaba el sonido del motor de la motocicleta de Yukhei encendiéndose, luego el chirrido de las llantas sobre el concreto de la acera cuando éste aceleró lo máximo que podía, emitiendo un sonido mucho más fuerte, que causó un mal presentimiento en el pecho de Jungwoo.

—¿Qué sucedió, Jungjung? —inquirió Mark y Jungwoo le miró en blanco. Escuchando afuera de la casa los ladridos desesperados de Nun.

—¡¿Yoonchul?! ¿Adónde vas? —exclamó Minyoung y el sonido de un nuevo motor se escuchó.

Jungwoo terminó en el umbral de la puerta principal junto a sus hermanos, sin saber si Mark le había arrastrado hasta allí o él había corrido por su cuenta. Minyoung lloraba amargamente mientras cubría su rostro con ambas manos, y ya no había rastro de Yoonchul, sólo se escuchaba el rechinar de las llantas de su camioneta bajando rápidamente por la calle.

—¿Mamá? ¿Qué ocurrió? —insistió YoonOh y la mujer negó con la cabeza, con un rostro lleno de amargura, intentando tranquilizar al Pastor Alemán, que aún le ladraba a la calle— ¡Mamá! —repitió.

—Yoonchul golpeó a Yukhei —dijo ella, tratando de detener sus lágrimas.

—¿P-por qué? —tartamudeó Mark. Ella inhaló y exhaló, tomando a Nun del arnés para llevarlo dentro.

—No lo sé —musitó con una voz quebrada, entrando a la casa para al fin soltar al perro e ir por su teléfono móvil para llamar a su esposo.

—¿Crees que Lucas se negó a ir y por eso papá se enfadó? —inquirió Mark a YoonOh.

Jungwoo les miró preocupado y subió las escaleras, escuchando a Nun de nuevo ladrando y siguiéndole hasta encerrarse con él en su cuarto, sin parar de gruñir desesperado, como si él también estuviera alterado.

—¡Silencio, Nun! —pidió, pensando que su nerviosismo empeoraba con sus ladridos.

Caminó de un lado a otro, sintiéndose tan triste y llorando tanto que su perro también comenzó a chillar a su lado, mordiendo su mano suavemente para que se detuviera en un solo punto. Jungwoo quería llamar a Lucas, porque era su culpa, si él tan sólo no le hubiese dicho lo ocurrido, su novio se habría marchado de casa creyendo que ambos se irían a Vancouver, sería terrible, pero aquello era mucho mejor a esa deprimente situación.

—Voy a llamarlo —se detuvo y con sus manos temblorosas marcó el número de Lucas.

El teléfono repicó muchas veces, yéndose al buzón de voz un par de veces, y en la tercera, aquello no sucedió.

Alterato [LuWoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora