DESTRUCTION ➢ Yoonmin.

Capítulo cincuenta y ocho: Enemigos.

Min Yoongi.

Un sentimiento de nerviosismo recorrer mis venas, y no puedo controlar el leve temblor en mis manos. Comienzo a sentir que todo esto no será bueno, pero lo mejor era saber toda la verdad para saber a qué nos estábamos enfrentando. 

¿Realmente Vernon era malo? No lo puedo creer.

—Bien, deben de mantenerse tranquilos, ¿Está bien? —Susurra Jin, antes de entrar al despacho donde él se encuentra. Yo asiento, y seguramente todos igual, ya que Jin suspira para después abrir la puerta para dejarnos pasar. 

Y ahí está Vernon, mirando por el ventanal en dirección al patio trasero, pero en cuanto nos oye, él voltea, mirándonos con un cierto aire de miedo. 

—Vernon, quiero que les digas lo mismo que a nosotros, por favor —Ordena Jin, totalmente calmado. Y se me hace bastante extraño que no lo haya corrido de la base con el temperamento de mierda que tiene. 

—Yo...—Balbucea Vernon, pasando sus manos hacia adelante para comenzar a jugar con sus dedos nervioso —. No fue una coincidencia que llegáramos aquí. Bueno, tal vez sí...

—Habla claro, Vernon —Dice Jimin con un tono de enojo. Sólo puedo observar cómo Vernon traga saliva. 

—Mi grupo y yo los hemos estado observando desde hace unas semanas. Antes pertenecíamos a un grupo bastante grande, casi de sesenta personas que construyeron un refugio en un vecindario de ricos. El líder del grupo es un ex-convicto y su esposa es una enferma ambiciosa de poder. A todos nos trataba como sus esclavos, así que mi grupo y yo decidimos huir antes de que nos hiciera lo mismo a los demás. 

—¿Y qué les hacía? —Pregunto, y Vernon suspira. 

—Mataba a quienes no lo obedecían —Dice, con la voz casi temblándole —. Por eso escapamos, y les robamos algunas cosas. Y mientras nos estábamos escondiendo en una casa abandonada cerca de la ciudad, claramente pude ver las camionetas blindadas de ellos por toda la ciudad...Nos estaban buscando. Por eso nos trasladamos al bosque, hasta que se nos fueron agotando nuestros suministros y encontramos su base. No queríamos asustarlos, por eso estuvimos viéndolos...y no parecían malas personas. 

—¿Y cómo sabes que ahora mismo no los están buscando? —Pregunta Jimin de nuevo —. Dios, ¿Por qué no nos dijiste esto desde que llegaste? 

—¡Porque no los conocía y tenía miedo de que nos echaran!

—Pues eso es lo que vamos a hacer ahora mismo —Gruñe Jin, mientras lo mira con enojo —. No podemos arriesgarnos a una pelea con tantas gente. A penas y logramos juntar treinta personas con tu grupo y el mío. Y eso implica poner a pelear a los ancianos y niños. ¿Alguna vez los viste saquear una base de otra persona? 

—No, jamás. Ellos no eran así, encontraban las cosas por su cuenta...Por favor, Jin, no nos echen de aquí, son lo único que tenemos —Suplica Vernon, y por un momento puedo ver cómo sus ojos comienzan a cristalizarse —. Sólo tengo veintitrés años, y ese grupo de allá afuera es mi responsabilidad. No puedo llevarlos a un lugar seguro sin que alguno muera en el camino. Ustedes no lo saben, pero hay una parte de la ciudad donde hay miles y miles de infectados, mutantes y seres que jamás había visto. Si regresamos allá, moriremos todos. 

—Eso debiste pensar antes de meternos en tu problema, ¿Qué te hace pensar que te íbamos a ayudar en tu plan? —Pregunta Namjoon, cruzándose de brazos.