Capítulo ochenta y dos: Depresión.

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Min Yoongi.

No sé qué hora es, pero seguramente ya era de mañana, debido a los leves rayos de luz que se cuelan por las cortinas de la ventana de la habitación. Y la cara de Jimin es lo primero que veo al abrir mis ojos adormilados, pues me encuentro abrazándolo por la cintura, completamente enrollados uno con el otro, lo que hace que me sienta muy cómodo a su lado por la cercanía. 

Él aún no despierta, y parece que no quiere hacerlo ya que su respiración está completamente tranquila y su cuerpo completamente relajado, por lo que no me muevo mucho ya que no quiero que se despierte en el único día que no íbamos a trabajar en el almacén.

—Te amo, Minnie...—Susurro levemente, después de besar levemente su frente para no despertarlo. 

La noche anterior, a Jimin le había costado mucho conciliar el sueño, debido a lo que sucedió con Namjoon. Después de que pudimos tranquilizar a Jin en el estacionamiento, terminé en la habitación de él junto con Jimin, consolándolo y tratando de que descansase. Pero aunque Jimin le preparó un té, el dolor de Jin nos terminó consumiendo, por lo que Jimin y yo terminamos llorando junto a él. 

Y es que, Namjoon siempre fue un buen amigo, pero sabía que Jimin y él tuvieron un lazo de hermandad desde pequeños, junto con Taehyung. Y ahora, él se había ido para siempre. 

Sin embargo, Taehyung terminó por decirnos —Obviamente cuando se llevaron a Jin — que vio cómo murió su hermano, pero no quiso decirnos ningún detalle y sólo se fue a su habitación con Jungkook por detrás en completo silencio. Y realmente me imaginaba cuánto dolor sintió Tae, puesto que yo también perdí a mi mejor amigo que era casi como mi hermano. Pero el dolor que seguramente Jin está sintiendo en estos momentos no puedo ni siquiera imaginarlo. 

¿Qué es lo que yo haría si perdiese a Jimin? Seguramente estaría igual o peor que Jin. 

Sin poder evitarlo, me acerco más a Jimin, abrazándolo con un poco más de fuerza y acercándolo más a mi cuerpo, por lo que después de un rato, siento como se comienza a mover debajo de mi abrazo sobre-protector. Lentamente bajo la mirada, y me encuentro que Jimin ya se encuentra mirándome, con los ojos levemente cristalizados y un pequeño puchero en sus labios. 

—No fue una pesadilla, ¿Verdad...? —Dice, apretándose más contra mí. Yo niego levemente y él suspira hundiendo su cara en mi pecho, para después soltar un diminuto sollozo que apenas y logro escucharlo, pero me doy cuenta por el movimiento de sus hombros —. Yoonie...ya no quiero perder a nadie más...estoy harto de todo esto.

—Yo también, mi amor. No sabes lo mal que me siento ahora, es como si hubiesen abierto de nuevo la herida de mi corazón. Quiero creer que todo esto es una pesadilla, y que pronto voy a despertar, pero con cada segundo que pasa, me doy cuenta de que ésta es la realidad.

—Hemos perdido a tantas personas...No sé si pueda seguir soportando todo ésto. ¿Qué pasará el día en que te llegue a perder? Seguramente terminaría matándome de la tristeza. 

—No digas eso, Minie. No me vas a perder, seguiré luchando por estar a tu lado, ¿Sí? Estaré contigo siempre...lo prometo, mi amor. 

Y después de unos segundos en silencio, su cara termina por quedar frente a la mía, para después juntar sus labios con los míos en un beso suave, lento y sin ninguna prisa. Siento cómo su lengua choca contra mi labio inferior, lamiéndolo tímidamente y creando más presión para no separarnos. 

DESTRUCTION ➢ Yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora