Capítulo setenta y dos: Salvación.

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Min Yoongi. 

Las cuatro paredes de la habitación en la que me encuentro me hacen sentir cada vez más nervioso. No hay ventanas, pero sí unas cuantas puertas que dan a diferentes habitaciones que desconozco. Todo es tan silencioso y callado, que lo único que puedo hacer es mirar lo que hay frente a mí de vez en cuando. Hay dos guardias custodiándonos con pistolas largas; Un par de AK-47. Los dos están vigilando la salida y a pesar de que los cuatro —Jimin, Jungkook, Charlotte y yo — estamos callados y sentados en las sillas que nos han traído, no dejan de mirarnos con cierta curiosidad y con un poco de alerta.

Suspiro bajando la mirada al piso; Drago está dormido a mis pies, seguramente descansando después de correr tanto por el susto que nos llevamos hace unas cuantas horas atrás. Y quisiera hacer lo mismo, pero la habitación a mi lado se encuentra Taehyung siendo atendido por unos cuantos chicos que dijeron ser enfermeros y doctores, por lo que no quiero descansar hasta saber que él está bien. 

—No se preocupen por su amigo —Dice uno de los guardias para romper la tensión del lugar, pues se nota que todos estamos igual de nerviosos —. Está en buenas manos, y llegó a tiempo. 

—Eso espero...—Susurra Jungkook, después de peinarse el cabello hacia atrás con frustración. Puedo notar que su cabello ha crecido bastante, por lo cual les llega casi a los ojos —. Lleva ahí dentro más horas de lo que esperaba, tengo miedo de que le suceda algo a mi novio

—¿Tu novio? —Pregunta uno de los guardias con curiosidad, así que Jungkook lo voltea a ver con confusión —. No me malentiendas, respeto las decisiones de los demás; Mi hijo también era gay, así que no me mires así —Dice después de sonreír, por lo que Jungkook sonríe de lado más tranquilo.

—¿Qué le sucedió a su hijo? —Pregunta Charlotte con inocencia, y el guardia simplemente sonríe con nostalgia. 

—Cuando el virus se desató, se fue a una instalación de la ONU allá en Alemania. Era un doctor muy honesto y amable, sin embargo, la instalación donde trabajaba fue atacada por una horda de muertos. Recuerdo a mi hijo como un héroe, pues antes de que todo esto sucediese, salvó la vida de mucha gente en el hospital donde trabajó.

Jungkook asiente, bajando la mirada de nuevo a sus manos temblorosas para seguir jugando con ellas. Está más nervioso que nunca y jamás lo había visto así. 

De pronto, la puerta se abre y una chica con bata de doctor sale de ahí para después cerrar la puerta de nuevo y mirarnos. 

—El chico está bien —Dice ella con tranquilidad, y un suspiro de alivio sale de la boca de Jungkook —. Perdió bastante sangre, pero logramos cerrarle la herida antes de que sucediese algo peor. Ahorita que terminen de limpiarlo, pueden pasar a verlo, ya despertó —Dice con una pequeña sonrisa —. Otra cosa, nuestro líder está allá adentro, y quiere hablar con ustedes. 

Todos asentimos, por lo que ella vuelve a abrir la puerta para asomar su cabeza hacia dentro un par de minutos; Y luego, ella regresa su mirada hacia nosotros para después asentir, indicándonos que ya podemos pasar. Todos nos levantamos de nuestro lugar, para poder entrar detrás de la chica en silencio. 

Taehyung está recostado en una camilla, levemente tapado con una sábana. Su pierna herida es la única que se encuentra fuera de ésta, al igual que sus brazos desnudos. 

—Jungkookie...—Musita Taehyung en cuanto lo ve. Se nota que lo anestesiaron, pues las palabras que salen de su boca se arrastran con dificultad. 

DESTRUCTION ➢ Yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora