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Cuando por fin llegamos a la fiesta, resultó que no había pollo. JAJA. Entonces Ron se puso a reclamarles a los gemelos porque estos le habían dicho que si iba a haber pollo y todo terminó con Ron colgado patas arriba por un encantamiento de Fred y George.

Los días pasaban y me divertía mucho ver como Harry sonreía a Quirrell cada vez que lo encontraba en los pasillos o en clase para "animarlo" y también como Ron pedía a todos que no se rieran del tartamudeo de Quirrell. Y juntos, los cuatro pegábamos las orejas a la puerta de Fluffy cada vez que pasábamos por el pasillo del tercer piso para ver si todavía gruñía. En las noches también iba a visitarlo para ver si estaba bien. La teoría de Harry no me convencía pero, ¿y si era verdad?

De igual manera, otras cosas empezaban a rondar por nuestras cabezas gracias a Hermione.

Los exámenes. Y aunque Harry, Ron y yo siempre tratáramos de convencerla que todavía faltaba mucho, no nos hacía caso. Incluso había hecho horarios para repasar y subrayaba sus apuntes con distintos colores.

- Hermione, faltan siglos para los exámenes - había dicho Harry.

- Diez semanas - replicó ella -Eso no son siglos, es un segundo para Nicolas Flamel.

- Pero nosotros no tenemos seiscientos años - le recordó Ron - De todos modos, ¿para qué repasas si ya te lo sabes todo?

- ¿En serio tenías que preguntar, Ron? - dije sabiendo lo que vendría después.

- ¿Qué para que estoy repasando? ¿Estás loco? ¿Te has dado cuenta de que tenemos que aprobar estos exámenes para entrar en segundo año? Son importantes, tendría que haber empezado a estudiar hace un mes, no se qué me ha pasado...

Y para nuestra mala suerte, los profesores estaban igual y hasta peor que Hermione. ¡Nos dejaron montones de tarea! La vacaciones de Pascua estaban resultando mucho menos divertidas que las de Navidad. Ni siquiera podía ver a Fluffy tan seguido.

Pasábamos mucho tiempo libre en la biblioteca haciendo las tareas, pero a veces me era muy difícil concentrarme, entonces recorría las estanterías llenas de libros de la biblioteca, buscaba libros interesantes y leía en lugar de hacer tarea como los demás, ya la haría después. Incluso había encontrado algunos libros muggles que habían llamado mi atención.

- Nunca podré acordarme de esto - dijo Ron arrojando su pluma y mirando la ventana de la biblioteca nostálgicamente.

Hacia un buen día hoy.

- ____, ¿qué se supone que haces? - preguntó Hermione.

Oh no, ya se dio cuenta. Puse mi libro en la mesa, al lado del de la tarea.

- Lo mismo que ustedes, hago tarea. - mentí.

- ¿Y de que es tu tarea? - preguntó.

Definitivamente, ya se dio cuenta. Demonios.

- De lo mismo que la tuya, de hongos y hierbas mágicas, estoy haciendo la de pociones.

- ¿Cómo se llama el libro? - señaló hacia donde estaban los libros, obviamente al que había estado leyendo antes pero me hice mensa y agarré el de la tarea.

- Oh. ¿Éste? - dije mostrándole el libro - se llama Mil hierbas mágicas y hongos. Es el mismo que todos tenemos. ¿Tu no?

- No ese, el otro - dijo señalando al otro libro.

Volví a hacerme la mensa y tome el libro que señalaba. Demonios, me lo va a quitar.

- ¿Este? - mostré el libro - Nunca lo había visto - mentí - Dice Orgullo y Prejuicio.

- ¡____! ¿Has estado leyendo un libro que no tiene nada que ver con la tarea todo este tiempo?

- No, de hecho he leído tres libros diferentes y ya avance la tarea, lo demás lo haré luego - dije y esta vez no mentía.

- Tienes que hacer tarea o no te dará tiempo después, a parte tienes que estudiar para los exámenes - me regañó Hermione.

- Lo haré cuando acabe este libro - dije mostrando una vez más Orgullo y Prejuicio - ¿Quién diría que los muggles tienen buenos libros?

- No, dame el libro - ordenó.

- Si, mamá - dije y le di el libro, pero no Orgullo y Prejuicio, no, nunca. Le di Mil hierbas mágicas y hongos.

- Graciosa, el otro.

- ¡Hagrid! ¿Qué estás haciendo en la biblioteca? - dijo Ron y todos volteamos hacia donde Ron miraba.

Gracias, Hagrid. Me has salvado de dar mi libro.

Guardé el libro en mi mochila y Hermione me miró enojada.

Volteé otra vez hacia Hagrid, que parecía esconder algo atrás de la espalda. Parecía muy fuera de lugar.

- Estaba mirando - respondió con voz evasiva - ¿Y ustedes qué hacen? - después pareció sospechar algo - No estarán buscando todavía a Nicolas Flamel, ¿no?

- Oh, lo encontramos hace siglos - dijo Ron con aire grandilocuente - Y también sabemos lo que custodia el perro, es la Piedra Fil...

- ¡Shhhh! - lo interrumpió Hagrid y miró alrededor para ver si alguien escuchaba - No pueden ir por ahí diciéndolo a gritos. ¿Qué les pasa?

- En realidad, hay unas pocas cosas que queremos preguntarte - dijo Harry - sobre qué más custodia la Piedra, además de Fluffy

- ¡SHHH! - siseó Hagrid de nuevo - Miren, vengan a verme más tarde, no prometo que vaya a decirles algo, pero no anden por ahí hablando, los alumnos no deben saber nada. Van a pensar que yo les he contado.

- Te vemos más tarde, entonces - dijo Harry.

Y Hagrid se fue.

- ¿Qué escondía detrás de la espalda? - preguntó Hermione con aire pensativo.

- Lo mismo me preguntó - dije.

- ¿Creen que tiene que ver con la Piedra? - habló Harry.

Alcé los hombros.

- Voy a ver en que sección estaba - dijo Ron ya cansado de los trabajos.

Se fue y regresó un minuto más tarde, con muchos libros en los brazos que desparramó en la mesa.

- ¡Dragones! - exclamó Ron - ¡Hagrid estaba buscando cosas sobre los dragones! Miren estos dos: Especies de dragones en Gran Bretaña e Irlanda y Del huevo al infierno, guía para guardianes de dragones.

- Hagrid siempre ha querido tener un dragón me lo dijo el día en que lo conocí - nos dijo Harry.

- Interesante... aunque ilegal. Los dragones siguen siendo asombrosos - dije.

- Si, va contra nuestras leyes - dijo Ron - Criar dragones fue prohibido por la Convención de Magos de 1907, todos lo saben. Sería difícil que los muggles no nos detectaran si tuviéramos dragones en nuestros jardines. De todos modos, no se puede domesticar un dragón, es peligroso. Tendrían que ver las quemaduras que Charlie se hizo con esos dragones salvajes de Rumania.

- Pero no hay dragones salvajes en Inglaterra, ¿verdad? - dijo Harry.

- Oh, si que los hay - dije asintiendo.

- Están el verde común de Gales y el negro de las Hébridas. Al ministro de magia le ha costado trabajo silenciar este asunto, te lo aseguro. Los nuestros le tienen que hacer encantamientos a los muggles que los han visto para que los olviden.

- Entonces, ¿en qué está metido Hagrid? - preguntó Hermione.

La Oveja Negra En La Familia Malfoy // Harry Potter & Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora