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- Sigo siendo más rápida que tú - dije mientras caminábamos hacia el campo de quidditch junto a nuestras escobas.

- Entonces explícame por que eres solo una suplente - me sacó la lengua.

- Estás celoso - dije sonriendo con suficiencia.

- ¿Ah si?

- Si.

- ¿Y de qué?

- De que yo esté en el equipo de quidditch y tu no.

- ¡Si nunca juegas!

- Pero al menos soy parte del equipo. ¡Toma eso!

- Si, eres parte del equipo... ¡de los leones! De los sangres sucias y traido

Dejé de reír. Aún tenía malos recuerdos atados a esa palabra.

- ¿Qué dijiste, Malfoy?

- Bueno, bueno, pero entiendes mi punto. Soy mejor que tú y tus amigos Potter, Granger y Weasley.

- ¿Quieres que los llame? Podemos hacer un partido y obviamente yo ganaré.

- Sigue soñando, hermanita.

- Si, si, seguiré soñando... arriba

- ¿Arriba?

Antes de siquiera escuchar su respuesta, monté en la escoba y di un gran pisotón. Me elevé junto con mi escoba y subí un poco más. Miré hacia abajo y vi a Draco.

- ¡Tienes que dejar de hacer eso!

Empezamos a volar y jugar como lo hacíamos en casa. Draco me contó cómo habían pasado la Navidad en casa y yo igual le conté lo que hice aquí, omitiendo lo de la Piedra Filosofal.

Cuando dejamos el campo de quidditch y caminábamos al castillo, salió el tema de Gryffindor y Slytherin. No había pensado en eso por mucho tiempo y ahora lo recordaba. Cada vez faltaba menos para regresar a casa.

- Ay no, Draco. No se cómo se los voy a decir. Papá se enfadará mucho - me desanimé.

- Tranquila, ya se nos ocurrirá algo.

- ¿Y si no lo toman bien y ya no me quieren? ¿Y si me dejan en la calle con los muggles?

- Eso no va a pasar, eres mi hermanita, ¿recuerdas? - asentí y una sonrisa triste asomó en mi rostro - Calma, todo va a estar bien.

Después, me abrazó como cuando éramos más pequeños y regañaban a uno de los dos. Cuanto había extrañado a mi hermano.

- ¿Draco? - dije aún abrazada a él.

- ¿Si?

- No quiero ir con los muggles.

---

Llegué a la cabaña de Hagrid un rato después de los demás. Y por las ventanas, puertas y cortinas cerradas, intuía que algo pasaba ahí. Toqué la puerta.

- Antes de que pregunten, si, soy yo, ¿puedo entrar? - dije mientras tocaba.

- ¿No hay nadie cerca? - escuché la voz de Hagrid hablando desde dentro.

- ¿Qué? No, ¿qué está pasando ahí, Hagrid?

- Entra rápido.

Se abrió la puerta e hice lo que me dijo.

- ¿Qué pasa aquí... - empecé a preguntar entes de fijar mi vista hacia donde todos miraban - Woooooww, ¿Dónde conseguiste un huevo de dragón, Hagrid? - añadí sorprendida.

La Oveja Negra En La Familia Malfoy // Harry Potter & Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora