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Llegamos a una habitación con el techo curvado, había varios animalitos pequeños como pajarito volando por toda esta habitación. Más allá había una puerta de madera.

- ¿Crees que nos atacaran si cruzamos la habitación? - preguntó Ron.

- Es lo más probable - contestó Harry - No parecen muy malos, pero si se tiran todos juntos... Bueno, no hay nada que hacer, voy a correr.

Harry corrió hacia la puerta y los animalitos ni se inmutaron. Nosotros lo seguimos y entre todos intentamos abrir la puerta pero ni el Alohomora funcionó.

Miré los animalitos voladores, eran pequeños y obviamente tenían una función en esto, no podían estar solo por que a Dumbledore o a quién sea se le dio la gana. Me acerqué un poco, alas y cuerpos brillantes, brillantes...

- Estos pájaros no pueden estar solo por decoración . dijo Hermione.

- ¡No son pájaros! - gritamos Harry y yo al mismo tiempo - ¡Son llaves!

Los otros dos miraron bien.

- Si - siguió diciendo Harry - Son llaves aladas, eso debe significar... - miró más detalladamente la habitación - Si, miren. ¡Escobas! Tenemos que conseguir la llave de la puerta.

- ¡Pero hay cientos de llaves! - dijo Hermione.

- ¿Cómo sabemos cual es cuál? - pregunté.

Ron examinó la cerradura de la puerta.

- Debe ser una llave grande, antigua, de plata, quizás como la manija.

Harry, Ron y yo agarramos cada quién una escoba, sólo había tres y Hermione no tenía muchas ganas de volar que digamos.

Entre los tres, buscamos la llave y fue Harry quien la encontró. La llave tenía las alas azul brillante y un ala torcida.

- ¡Tenemos que encerrarla! - gritó Harry - Ron, ven desde arriba, _____, quédate abajo y no la dejes descender. Yo trataré de atraparla. Bien: ¡Ahora!

Ron se lanzó en picado y yo hice lo que Harry me había dicho. Harry se lanzó tras la llave hasta que la aplasto contra la pared con una mano.

Ron, Hermione y yo le aplaudíamos y lo animábamos como en un partido de quidditch.

Luego todo corrimos a la puerta, Harry con la llave en mano. La metió en la cerradura y le dio la vuelta. Funciono. Luego la llave salió volando.

- ¿Listos? - preguntó Harry con la mano en la manija. Asentimos y abrió la puerta.

Al inicio, la siguiente habitación estaba totalmente oscura, sin embargo, la luz inundó el lugar una vez que estuvimos dentro, dejándonos ver un enorme tablero de ajedrez. Nos encontrábamos detrás de las piezas negras, y las blancas estaban del otro lado del tablero.

Un suspiró de asombro escapó de mi boca.

- ¿Ahora qué hacemos? - preguntó Harry.

- Está claro, ¿no? - dijo Ron - Tenemos que jugar para cruzar la habitación.

Detrás de las piezas blancas había otra puerta.

- ¿Cómo? - dijo Hermione con nerviosismo.

- Creo - contestó Ron - que vamos a tener que ser las piezas.

- Yo nunca he jugado ajedrez - mencioné algo apenada. Sentí una mano en mi hombro, era Harry y por alguna razón su mano me transmitió tranquilidad. Le sonreí.

Ron se acercó a un caballero negro, el cual cobró vida cuando Ron tocó al caballo. El pelirrojo le preguntó si teníamos que unirnos a ellos para cruzar. El caballero asintió.

- Esto hay que pensarlo... - nos habló Ron - Supongo que tenemos que ocupar el lugar de tres piezas negras.

Hermione, Harry y Ron esperamos en silencio mientras Ron pensaba. Por fin dijo:

- Bueno, no se ofendan, pero ninguno de ustedes es muy bueno en ajedrez y tu - me señaló - nunca has jugado...

Asentí. No me ofendía.

- No nos ofendemos - dijo Harry - Simplemente dinos que tenemos que hacer.

- Bueno, Harry, tú ocupa el lugar de ese alfil, Hermione y ____, serán torres.

- ¿Y que pasa contigo?

- Yo seré un caballo.

Las piezas escucharon a Ron y un caballo, un alfil y amabas torres salieron del tablero para dejar sus lugares libres.

Nos posicionamos en nuestros respectivos lugares.

- Las blancas juegan primero en el ajedrez - dijo Ron - Si... miren.

Un peón blanco se movió hacia delante.

Ron empezó a dirigir a las piezas negras.

Todo iba bien, pero otra sorpresa llegó cuando el otro caballo (el que no era Ron) fue capturado. La reina blanca lo golpeó contra el tablero y lo arrastró hacia fuera, donde se quedó inmóvil, boca abajo.

Sentí escalofríos, ¿Qué pasaría si perdíamos? No, no, no, no hay que pensar en eso.

Sacudí la cabeza. Me concentré en el juego y en avanzar cuando Ron decía que lo hiciera para olvidar mis pensamientos.

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Bueno, este es uno de los últimos capítulos, y esta nota sólo era para decirles que el sábado me voy de viaje, así que tengo planeado acabar esta historia (me voy a poner sentimental, pero eso será después) el viernes.

De verdad, muchas gracias por las lecturas, los votos y los pocos comentarios, gracias.

Tengo pensada la segunda parte e intentaré iniciarla cuando regresé del viaje, aprovechando que seguiré de vacaciones. Les avisaré por aquí lo más segura.

Eso es todo.

Gracias de nuevo.

La Oveja Negra En La Familia Malfoy // Harry Potter & Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora