Hazlo para mí...

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- Te espero, mi amor - le dijo
Espero que tu sonrisa y tu mirada ávida de mí, me abran la puerta. Porque no son tus manos la que lo hacen... Tus manos esperan por mí para atraparme no bien entre 
Y así fue... No bien atravesó la puerta sus brazos y manos se apoderaron de ella. Quiso hablar pero él le cerró la boca con un beso y ahí comenzó a sonar esa canción que tanto la conmovió: "Ese hombre soy yo ", de Roberto Carlos... La bailaron muy apretados, las manos en el cuerpo, eran caricias para el alma... De pronto él la separó y la miró; vio lágrimas deslizándose suavemente por sus mejillas y así, sin más, las bebió...
- Sos mi hombre, sí - le susurró
Comenzaron a quitarse la ropa, poco a poco, sin prisa, mirándose, tocándose, besándose... Disfrutando cada roce...
Sus manos tocaban música en cada parte del cuerpo de la mujer, sus dedos se movían en ella con un ritmo que la hacía arder...
Comenzó a saborear su humedad hasta que se separó y mirándola con lujuria le pidió que se masturbara para él.
Ella lo miró provocadora y comenzó a tocarse... Pellizcó sus pezones que ya estaban duros, acarició su cuerpo y sus dedos hicieron todo lo que tantas veces hacían. Él la observaba con deleite, masturbándose también. Cada uno era el público del otro.
Ella era cada vez más audaz con sus dedos, gemía, gozaba, arqueaba su cuerpo y se abría para él.
Era sensual, provocadora, ardiente por naturaleza, pero ese hombre, su hombre, siempre lograba multiplicar sus deseos.
De pronto se acercó a él y le dio a chupar sus dedos. Y entonces ya no se pudieron aguantar más...
Sus pieles se reclamaban...
Fue ahí que se unieron con frenesí, parecían salvajes hambrientos queriendo comerse el  uno al otro...
La habitación se llenó de susurros, de gritos, de gemidos, que eran música para sus oídos... Y de pronto todo quedó en quietud, sólo se oía el latir de dos corazones agitados, el roce de dos cuerpos mojados, risas por lo bajo y alguna que otra palabra de ésas que se dicen cuando se está alborotado...
Tomaron agua, mucha agua, y se quedaron abrazados, llenándose de caricias... Caricias que los llevarían a gozar una y otra vez...

A puro placer... #BWAwards19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora