PRÓLOGO

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Estaba sentado en un escalón de la entrada, había salido del aeropuerto hace apenas diez minutos, pero ya se estaba aburriendo.
Tenía una gran maleta negra a su lado, pareciera que incluso era más grande que él. La corriente de aire era algo fuerte y para su mala suerte sólo llevaba una sudadera, y no pensaba abrir ahí mismo su maleta para buscar algo más entre toda su ropa.
Tenía puestos sus audífonos y sólo veía personas entrar y salir del lugar, y a una chica mirarlo para luego sonreír coquetamente.

¿En serio? ¿Podía fijarse en él cuando iba tan desarreglado? O al menos él se sentía así.
Llevaba su sudadera negra, unos jeans algo descoloridos y unos tenis color blanco. Su cabello castaño estaba alborotado por el aire y el flequillo casi le tapaba los ojos. No era alguien muy alto, era delgado y su piel era blanca. Tenía facciones casi perfectas, su rostro tenía un toque angelical y un pequeño detalle debajo de su ojo derecho; un lunar con forma de corazón. Aun así, él no se consideraba tan guapo.


"Ni siquiera estoy seguro de por qué estoy aquí" 


No dejaba de pensar en que tal vez fue mala idea dejar la tranquilidad de Jejú para ir a esa ciudad, pero si quería empezar de nuevo y ser alguien diferente, tenía que hacerlo.

Se supone que su amigo ya estaría llegando por él, y si no aparecía pronto, consideraría regresar. ¿A quién quería engañar? Tal vez esa ciudad no era para él, era demasiado grande para su gusto, sentía que en cualquier momento podía perderse. Confiaba en Hanbin, pero tarde o temprano tendría que independizarse incluso aunque viviera con él.

Sentía miedo al pensar en cómo progresaría en aquel lugar. Se supone que se fue de su casa para sentirse mejor, pero justo ahora estaba tan agobiado que lo único que quería era dormir por un largo rato.

Sabía que había tenido demasiados problemas, los cuales debía dejar atrás junto con su antiguo hogar, pero no quería abandonar del todo a sus padres. Sólo necesitaba tiempo para él, estar lejos, conocer nuevas personas y aprovechar el tiempo que estuviera ahí, tal vez trabajando o incluso estudiando, no quería ser alguien amargado, quería hacer más amigos y aprender a divertirse. Y sabía que su mejor amigo podía ayudarlo, aquel que por cierto ya estaba tardando... 

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