CAPÍTULO 35

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-Vamos, cariño... muévete

El chico lo colocó sobre él, en la posición en la que habían iniciado sobre el sofá. Con sus rodillas a cada lado de él, sintió cómo este volvía a penetrarlo lentamente.

El menor lo tomó por la cadera mientras él se sujetaba de sus hombros y comenzaba a moverse.

Inició lentamente, hacia adelante y hacia atrás, manteniéndose poco tiempo así, para luego hacerlo más rápido.

Cerró sus ojos cuando una gran cantidad de placer recorrió todo su cuerpo, haciendo que soltara varios gemidos.

Sabía que el chico debía estar mirándolo fijamente, y aunque le encantaba ver sus ojos, en ese momento su mirada podía ser algo intimidante. Teniendo en cuenta que su rostro reflejaba muy bien todo lo que estaba sintiendo, tenía un poco de vergüenza al no poder controlar sus gestos o los sonidos que dejaba salir.

Siguió moviendo su cadera mientras sentía cómo el menor apretaba un poco el agarre de sus manos contra esta, siguiendo así con el vaivén.

-Lo haces tan bien, Jinani...

Escuchó la voz del contrario antes de sentir sus labios contra los suyos, dejando esta vez, una pequeña mordida en su labio inferior.

Abrió los ojos y observó una seductora sonrisa en su rostro. Estaba disfrutándolo tanto como él.

Volvió a juntar sus labios, pero esta vez, moviéndose diferente. Comenzó a dar pequeños saltos sobre el miembro del menor, provocando que este separa sus bocas y se recargara sobre el respaldo del sofá, echando su cabeza hacia atrás.

-¿T-te gusta? – preguntó entre jadeos

-Ahhh, Jinhwan... - hizo una pausa – eres increíble...

Pasó sus manos por el torso desnudo del contrario, moviéndose al mismo ritmo una y otra vez.

¿Cómo podía no dejarse llevar si tenía a ese chico con él? Definitivamente no era un experto, pero algo en June sacaba esa parte atrevida de él.

Después de pasar la mayor parte de su vida siendo tan tímido, ahora entendía que no había nada mejor que tener a alguien con quién conocerse tan bien. Ambos sabían a la perfección cómo era el otro en cada situación, incluso en estas, en las que no podía esconder todo lo que le hacía sentir el menor.

Aún estaba descubriendo muchas cosas, y eso estaba muy bien, siempre y cuando fueran con él.

-¡Mmgh... June!

Sentía cómo su frente se llenaba poco a poco de sudor, empapando el flequillo gris que caía por esta. El chico acarició su rostro y apartó algunos mechones que cubrían sus ojos, para luego volver a separar su espalda del sofá y acercarse más a su cuerpo.

-Te ves precioso así – dijo el chico entre jadeos

-¿Cómo?

- Tan excitado...

-Oh, calla – sonrió – es tu... ¡mmgh! – arqueó su espalda mientras soltaba otro gemido – es tu culpa, mi amor

-Mmgh... Jinani – mordió su labio - en serio me encantaría seguir discutiendo de quién es la culpa – sonrió – pero me encantaría más si te inclinaras aquí – dio una pequeña palmada al sillón a un lado de ellos, para indicarle el lugar

Dio un rápido vistazo al lugar que señalaba el menor.

Ninguno de los dos resistiría mucho ya, hasta venirse. Sabía que eso sería su perdición. Y le encantaba la idea.

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