CAPÍTULO 24

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Su respuesta había causado algo de impacto en el menor, quien lo miraba muy sonriente. Así que decidió ser él el que comenzara esta vez.

Volvió a juntar sus labios con los del contrario, mientras seguían recargados sobre el sofá. Fue un toque delicado, con la intención de dejar al otro con ganas de más y lográndolo, ya que retomaron poco a poco el ritmo con el que habían iniciado unos minutos atrás.

El más alto lo trajo consigo mientras se sentaba en el sofá, tratando de no cortar el beso. Cuando quedó sobre él, con sus rodillas a los lados de las piernas de éste, separó sus rostros para intentar decir algo, pero se le fue negado.

El chico había aprisionado de nuevo sus labios. Quería poder decirle lo que había intentado unos segundos atrás, pero cada vez era más difícil poder interrumpirle. Y lo fue aún más cuando sintió las manos de este tocar su torso y luego subir lentamente hasta sus hombros para deshacerse de su chaqueta.

Cuando el menor retiró la chaqueta de sus brazos, la dejó a un lado para luego rodear su cintura y en un rápido movimiento levantarse.

Reaccionó rápidamente dirigiendo sus brazos a su cuello y sus piernas alrededor de la cintura del otro, quien lo sostuvo mejor una vez que estuvo de pie. Soltó una risita cuando comenzó a caminar hacia la habitación.

-Sabes... - dijo entre el beso – puedo... caminar

- Podrías huir... - dijo antes de volver a sus labios con una sonrisa

Cuando entraron a la habitación, sólo se preocuparon por cerrar la puerta, ni siquiera se tomaron el tiempo de encender las luces. El más alto, guiándose con la poca luz que entraba por la ventana, caminó hasta la cama y lo dejó suavemente sobre esta.

Una vez que estuvo sobre la cama, el menor se colocó entre sus piernas, así que llevó sus manos a la espalda de este, y al mismo tiempo que le acariciaba. El chico abandonó su boca y comenzó a acariciar su oreja con sus labios, provocando algunos jadeos en él.

Se sentía tan bien, le gustaba sentir los labios del joven contra su piel. La sensación creció cuando sintió como ahora se dirigía a su cuello, besando cada centímetro de este.

Llevó sus manos a la cabeza del otro mientras éste se concentraba en su cuello, y la acarició cariñosamente.

Sorpresivamente, el menor se separó de él, se enderezó y estiró su mano al pequeño mueble que estaba colocado a lado de la cama. Prendió la lámpara de noche que estaba sobre este.

Lo miró algo extrañado mientras aún jadeaba.

-Quiero verte, Jinani

No se molestó en responder algo, se apresuró a levantarse tal como lo había hecho el otro y fue directamente hasta sus labios.

Comenzó a mover sus manos por los hombros del contrario, deslizando su saco hasta deshacerse completamente de él y lo arrojó a un lado. Sintió cómo el más alto sonreía entre el beso y se quedaba quieto para que él siguiera con su tarea.

Bajó sus manos hasta el pecho del chico, pasando lentamente por este y llegando al primer botón de su camisa, comenzando a desabrocharlo. Seguido de cada uno de los restantes. Cuando se deshizo también de la camisa, llevó sus manos algo temblorosas hasta el torso descubierto y trazó pequeñas caricias sobre este. Separó sus labios de los del otro, sólo para dirigirlos esta vez hasta su torso donde ya se encontraban sus manos.

Era consciente de que sus movimientos eran algo torpes, pero prefería apartar sus pensamientos y simplemente disfrutar del momento. Lo único que quería en ese momento era tocarlo.

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