CAPÍTULO 20

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Una hora. Sólo eso faltaba para que su día de prueba terminara. Y no podía estar más feliz.

Extrañamente, el tiempo se le había pasado volando, pero no sabía si era por sus ganas de terminar el turno y por fin escuchar un "el trabajo es tuyo", o por las de escuchar un "Jinani" de June.

En fin, eran las dos.

Su última tarea era reordenar uno de los estantes al fondo del local. Como éste se encontraba en la última sección, implicaba que estuviera muy sucio por la gran cantidad de polvo ahí.

Y aunque sólo había estado unas horas ahí, se había dado cuenta de lo especial que era la jefa en ese aspecto.

"Chicos, que no quede ningún libro fuera de su lugar" "No debe haber ningún rastro de basura" "No se rindan hasta que no encuentren el libro que les han pedido" "Cuiden sus modales con los clientes" "El cliente es lo más importante".

Lo único que había provocado algo de estrés en él, eran esas indicaciones que parecían no acabar. Había llegado con una actitud muy positiva y ésta había durado a lo largo de las 5 horas que llevaba ahí. Ahora sólo quedaba una más y podría saber los resultados.

La mayoría de los empleados que ya había ahí, (que igual no eran muchos), lo habían tratado amablemente y con paciencia, que era lo que más necesitaba. Aún era algo torpe con sus actividades, pero hasta el momento no había estropeado nada.

La mayoría de sus tareas eran sobre ayudar al cliente, pero algunas otras eran como la última que le habían indicado, puesto que todo el lugar debía estar bien ordenado.


Se paró justo frente al estante, con su delantal que le llegaba casi debajo de las rodillas, con el logo de la tienda en él, y su franela, listos para limpiar. Sólo había un pequeño problema, éste era fácilmente medio metro más alto que él, así que volvió al cuarto de servicio y trajo consigo una escalera portátil.

Trató de colocar la escalera con mucha precisión, no confiaba tanto en ella. Echó un vistazo a sus espaldas. Desde donde se encontraba no se percibía muy bien la entrada del local ni el área de lectura gracias a otro estante que tapaba en gran cantidad la vista. Bien, si caía de esa cosa, tal vez no lo verían.

Se subió e inmediatamente comenzó a ordenar los libros de la parte más alta, limpiando a su paso todo rastro de polvo en ellos. El silencio era cómodo, no se sentía presionado o algo por el estilo, así que pudo concentrarse en lo suyo. Tanto que se olvidó de lo demás a su alrededor.

-Escuché que aquí trabaja un chico muy guapo

Escuchó la voz a su lado, que provocó que soltara un libro del susto.

- ¡June! - dijo tocando su pecho aún exaltado

Estaba parado a un lado, con sus manos detrás de su espalda y su mochila en esta, mirándolo muy sonriente.

- ¡Oh! Lo siento – dijo riendo mientras recogía el libro – toma

- ¿Qué haces aquí? Pensé que llegarías más tarde – bajó de la escalera

-Salí antes y no pude esperar... - se encogió de hombros – Si quieres me voy y ...

- ¡No! - dejó el libro a un lado – No te estaba corriendo - sonrió - lo siento, es que me tomaste por sorpresa

-Iba a esperar afuera – sonrió - ¿Qué tal tu día?

-Mmm ha ido bien, creo - acortó un poco más la distancia entre ellos

- ¿Crees?

-Bueno, estoy seguro - sonrió - creo que ha sido fácil, hasta ahora...

-Eso es buena señal, te contratarán... - guiñó un ojo – ah, y te ves lindo con eso - señaló divertido su delantal

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