ESPECIAL

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Sólo veinte minutos más y por fin podría irse.

Su trabajo no era el mejor de todos, pero tampoco podía quejarse. De alguna manera tenía que mantenerse y no quería hostigar a sus padres con sus gastos.

Además, no le quedaba de otra desde que decidió vivir solo. Él se lo había buscado.


Mientras sostenía la charola con una mano, con la otra sacaba su móvil del bolsillo para mirar la hora.

-Aquí tienes - dijo la chica mientras le tendía un café frío


Tomó el café y salió de la cocina para dirigirse a la mesa correspondiente.

El día no era diferente a los demás. El lugar estaba particularmente lleno y tenía que ir rápidamente de una mesa a otra, y hacia la cocina. Era algo que tenía perfectamente dominado, pero por el simple hecho de ver la hora, estaba más impaciente de lo normal.

Jiwon quería que lo acompañara después de su turno, aunque no estaba muy seguro de a dónde. Sólo sabía que le presentaría a su novio.

Cualquier lugar para olvidar el trabajo sería bueno para él.


Prestó atención de nuevo a su trabajo y caminó un poco más rápido hasta una de las mesas de la entrada.

Miró a su amigo quien también se apresuraba entre las mesas cercanas y le hizo una seña para indicarle que ya casi era hora. El chico asintió.

Volvió la vista al frente y justo cuando estaba por llegar a la mesa, una pequeña figura que iba entrando al local, tropezó en dirección a él.

Aquel chico terminó topándose con él, cayendo al suelo y provocando que derramara el batido que llevaba, sobre la espalda de este.

Se quedó quieto por unos segundos. No sabía qué hacer primero.


Punto número uno: el chico había provocado que tirara la orden (que seguro le descontarían)

Punto número dos: ¿Se encontraba bien? Seguía en el piso y su maleta estaba tirada a un lado.


Mientras reaccionaba, el chico levantó un poco su rostro. Viendo muy apenado a las personas en la cafetería.

Lo hubiera ayudado a levantarse desde ese momento, de no ser porque se quedó observándolo detenidamente.

El chico era lindo. Bien, demasiado lindo.

Seguramente era por la vergüenza que estaba sintiendo en ese momento, pero sus mejillas tenían un tono rosado. El resto de su piel era de un tono muy claro, y su cabello oscuro.

El chico tenía un perfil, que estaba seguro, muchos envidiaban. Incluso él podría hacerlo. El joven en serio era guapo.


"Wow"


Sus ojos.

Estaba seguro de que nunca había visto unos ojos tan lindos.

Y sus labios. Dios, eran perfectos.


Sin más, en un movimiento casi involuntario, le tendió su mano.

Cuando el contrario por fin volteó a verlo, no pudo evitar sonreír. De hecho no se había percatado de que ya lo estaba haciendo unos segundos atrás.

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