capítulo 9

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Hacía tiempo que no actuábamos en manada, y más siendo todos lobos. Supuse que el asunto era importante, pues fuimos por un camino de fácil acceso para los humanos, por suerte no hubo problemas y nadie pasó por el camino.

El arrollo bajaba haciendo un relajante sonido de borboteo. Me agaché un segundo para beber, Al se acercó a mi lado y me lamió un ojo. Salté del susto y él sonrió divertido, le saqué la lengua (aún en nuestra forma de lobo).

--Ejem --interrumpió Kan-- ¿Podéis dejar el rollito de parejita para luego?

--Ahg... --se quejó Al y se fue por delante-- me iré primero.

Kan me dedicó una mirada llena de odio, ¡Qué bien! Justo cuando le empezaba a caer bien, se enfada porque salgo con el chico que le gustaba.

Espera, espera, así parezco culpable...

No lo soy, si a él no le gustaba ella ¿Qué más daba?

Ja, como si no te sintieras culpable

Cerebro... ¡Cuántas veces te he dicho que no me discutas! ¿Tanto te costaría decir que "sí"?

Carla y yo caminabamos al mismo paso, hombro con hombro y hablando sobre el demonio. Resultó que los demonios con ese cuerpo poseen diferentes formas, según el amo que tengan. También que lo único que lo puede llegar a matar es un dragón...

Llegamos una hora después, habíamos corrido mucho tiempo y estábamos sofocados. Volví a mi forma humana y me tumbé bajo la sombra de un árbol, un sauce llorón, mi favorito. Sin darme cuenta, me quedé dormida.

Pov: Toni

Vi como Alard se acercaba a Nala, se sentaba a su lado y le acariciaba la frente. Una punzada de celos me recorrió el cuerpo.

No, no es por Nala. Solo quiero...

A ella, si a ella, ¿para qué engañarme? La he necesitado desde que la conocí, a Aika. No era justo, ella me vendió, humilló y traicionó, ¿Por qué me seguía gustando?

(Pensasteis que era por Nala ¿eh? jajaja ^.^)

Pasaron veinte minutos, era hora de hablar sobre la misión. Cogí agua con las manos y se lo tiré a Nala, que se sacudió y abrió los ojos de golpe. Al llegó

con una sonrisa pilla, llevaba las manos en la misma postura que yo, cuando vio a Nala dspierta, puso mala cara y soltó el agua que llebaba en las manos.

--Esta, te la guardo --se dio la vuelta y se fue, Kan le tiró los tejos, como siempree. Que desvergonzada, sabiendo que él sale con otra, y haciendo lo mismo que hace cuatrocientos años. Pero Kan era así, siempre molestándonos.

Ayudé a Nala a levantarse, ella me lo agradeció con una sonrisa, era monísima. Si no estuviera con Al, puede que saliera con ella. Además tenía algo que pocas tienen, sinceridad de alma.

Interrumpí mis pensamientos cuando noté la feroz mirada de Al, solo su mirada de soslayo me estremeció. QUE MIEDO.

Una vez que estuvimos todos, nos sentamos en unas piedras del río, si no nos podían detectar, era mejor.

--Bien --anunció Carla-- sospechamos de alguien en concreto --nos miramos entre todos-- el alto mando Zang.

Todos ahogamos un grito, ¿ese hombre? Era más duro que una piedra, fiel a lo que creía. Al se lo explicó a la extrañada Nala.

--Eso no puede ser --dije yo-- Zang no traicionaría al clan, fue uno de los siete fundadores, a parte del inventor de "Todo por el clan, hasta la sangre".

El amanecer de un día peludo (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora