14. Sentimientos a flor de piel

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Estaba sentada en la cala del día anterior, algo más pronto. Recordé todo lo acaecido ayer y sonreí como una tonta. Seguía sin poder explicarme como ese chico había conseguido derribar mis barreras tan rápidamente. Era alguien increíblemente dulce y tierno… antes me había sentido sola muchas veces, ahora… le tenía y le tendría a él pasara lo que pasara, me había quedado muy claro, él había insistido en dejarme claro que lo haría, que estaría ahí incondicionalmente, y es algo que me alegraba demasiado me gustara admitirlo o no.

Levanté de nuevo la vista y le vi caminando hacia mí.

-Cuando ayer dijiste que nos veríamos hoy no pensé que fueras tú la que viniera a buscarme.-dijo sonriendo como yo lo había hecho segundos atrás.

-No me negarás que te alegras de verme por aquí-sonreí.

-Demasiado-sonrió de nuevo.

~

Maica caminaba por la calle, necesitaba despejarse y estar a solas un rato, solo ella. El paseo marítimo desde luego era un sitio bastante bueno, aunque por otro lado rodeada de tantas personas era un lugar donde sentirse sola. Peor se llegó a sentir cuando vio a Aaron en una de las muchas tiendas, lo peor de todo es que no iba solo, le acompañaba una joven y, que Maica supiera, Aaron no tenía hermana ninguna. Se quedó parada observando al dúo de jóvenes pero peor se llegó a sentir cuando vio que Aaron le daba un pequeño beso a la chica, sus ojos se humedecieron enseguida y lo único que pudo hacer fue salir casi corriendo de allí.

Poco sabía ella que un moreno la observaba de lejos y sufría al mismo tiempo que ella, él, no dudó en seguirla.

La rubia se sentó en la arena de la playa mientras seguía llorando.

-En mi opinión él no sabe lo que se pierde-dijo el moreno a sus espaldas. Ella rápidamente giró su cara mientras él se sentaba a su lado.

-Sigo pensando que me espías-sonrió ella, provocándole lo mismo al moreno.

-Simplemente sé ser oportuno…-dijo él sonriéndole. El moreno vio a una rubia que iba caminando por la playa, una que conocía muy bien para desgracia suya.- ¿Quieres que hablemos?-ella sonrió por la dulzura del chico y asintió- pero mejor en un sitio algo más… menos público-cogió la mano de la Maica y empezó a caminar lejos de la playa y lejos de esa rubia que le traía de cabeza, pero para mal.

~

-La vista es impresionante-dijo Louis cuando llegó junto a Aran al punto más alto del pueblo, el mirador junto a la torre del agua.

-Es el lugar más bonito de este pueblo.-dijo Aran apoyándose en la barandilla que estaba antes del desnivel que daba al pueblo. El sol empezaba a esconderse tras las casas del pueblo vecino, no solo era el lugar más bonito del pueblo, era además el momento idóneo.

-Me alegro además que me hayas traído tú –dijo él sonriendo.

-¿Al final te quedarás aquí?-preguntó ella jugando con el piercing de su nariz por los nervios que le provocaba la respuesta, ya que esperaba ansiosa que fuera un sí.

-He estado mirando apartamentos y trabajos, pero por ahora lo veo difícil…

-Bueno, tienes dos meses veraniegos por delante.

-No te preocupes, no os libraréis de mí tan fácilmente.

-¿Es tu frase favorita? Dos de las tres veces que nos hemos visto me la has soltado-dijo ella riendo al son del castaño.

-Es una amenaza Aran… en realidad soy peligroso…-dijo con un tono melancólico y gánster, que hizo reír más a la chica.

-¿Siempre eres así?-preguntó ella mirándole dulcemente.

-Lo procuro, me gusta ver a la gente de mí alrededor sonriendo.-los ojos azules del joven se clavaron en los marrones verdosos de Aran.

Nunca más (Niall Horan y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora