Little Secret; prk jmn.

F I N A L

🌸Final: Todo lo que quiero está aquí.

El último día de Jimin en Seúl no fue muy distinto a los otros que había pasado con él. Cosas románticas, mimos, besos y mucho amor, todo lo que en algún momento consideré tan cursi que me daba náuseas de solo leerlo en los libros, lo estaba haciendo ahora, y no me molestó para nada.

Aquel día desperté y lo primero que vi fueron los ojos de Jimin atentos a mí. Una sonrisa creció en su rostro llegando a contagiarme.

Me di cuenta que dormir abrazada a Jimin se podría volver mi hobby por el resto de mi vida y que la calidez que emanaba su cuerpo era la perfecta para pasar el resto de mi vida apegada a él.

- Siempre quise despertar así. Tú y yo, en la misma cama, sin oír tus quejas porque me colé mientras dormías... - dijo Jimin haciéndome reír.

En los tiempos cuando creía que él había sido lo peor que me pudo pasar, odiaba sentirlo cerca y él se las arreglaba para meterse en mi cama con la excusa de "molestarme", pero ahora ambos sabemos que jamás fue con esa intención.

- Y ahora, si no te vas antes de que mamá despierte, las quejas serán de ella. - dije mientras acomodaba un mechón de su cabello.

Anteriormente, mamá jamás me hubiese prohibido que durmiera con Jimin, decía que a pesar de que nos odiáramos, era imposible que nos matáramos. Pero ahora, su temor más grande no es que nos matáramos, creo que está vez temía que en vez de quitar una vida, hiciéramos una nueva, así que cada vez que nos veía a Jimin y a mí en la misma habitación, se preocupaba de abrirnos la puerta al máximo y hacernos saber que escuchaba todo desde la habitación de al lado.

- Voy a desayunar con mamá, está algo nostálgica ya qué es su último día aquí. - dijo Jimin rozando su nariz en mi mejilla.

- Ugh, no me hagas sentirme más mal. - reclamé escondiendo mi cabeza en su pecho. Escuché la risa de Jimin y luego sentí sus labios en mi cabeza.

- Hoy serás completamente mía, así que alístate y te vendré a buscar.

- ¡Hey! ¿Y tú no serás mío?

- Hye, desde los once años soy completamente tuyo. - confesó besando mi cabeza - Te amo, nos vemos luego. - dijo antes de escabullirse por la puerta.

La hora que marcaba el reloj aún decía que era demasiado temprano como para estar despierta, pero sentir frío el lado de la cama que anteriormente ocupaba Jimin me hacía sentir vacía... y con frío.

Me decidí a tomar una larga ducha, con la esperanza de que la pena que sentía se fuera junto con el agua, para así pasar un buen día junto a Jimin y que mi cabeza no pensara en muchas cosas depresivas.

Ugh, Jimin... ¿Quién diría que me gustarías de tal forma que ya no quiero dejarte ir jamás?

Lo odiaba, no a Jimin, por supuesto; odiaba lo egoísta que estaba siendo para no querer compartir a Jimin con nadie más y que de quedara siempre a mi lado.

No le di cuenta, cuando las lágrimas caían de mis ojos, mezclándose con el agua de la ducha. Estúpida Hye. Estaba dependiendo demasiado de un chico, pero no, Jimin es mucho más que solo un chico, él era mi todo.

- Hye, ¿Estás bien? - escuché decir desde la puerta.

- Si, mamá. Salgo enseguida - dije cerrando la llave del agua.