9. Para ser padres ✿

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La mañana de sábado, el dulce omega de ojos mieles se había despertado por aquella voz grave que lo hacía estremecerse hablándole al oído, junto a un par de manos que le acariciaban todo el abdomen delicadamente y unos labios gruesos que besaban la piel de su cuello con suavidad.

Amaba esos días en los que podía despertar en compañía de su alfa, quien por sí solo se daba la tarea de mimarlo todo el tiempo y recordarle cuán hermoso era, cuánto lo amaba, cuán dispuesto estaba a dar la vida por él...

Lo supo desde que sus párpados se abrieron y pudo verlo fijamente, que en unos instantes lo tomaría de la cintura, repartiría un motón de besos por su garganta y entonces, tras desnudarlo sin la más mínima prisa, lo haría suyo, sobre las sábanas de seda, entre las almohadas de algodón, bajo el calor de su musculoso cuerpo...

Se dispuso a besar sus labios con esmero, saborear cada centímetro de piel tan roja como las rosas que descansaban sobre la cómoda; aquel ramo de preciosas flores que le había regalado la noche anterior y que mantenía cuidadosamente dentro de un florero con suficiente agua fresca.

Ambos corazones latieron al unísono mientras sentían sus pieles semidesnudas rozarse, dispuestos a pertenecerse una vez más...

"¡Tío Zennn!"

Liam soltó un suspiro, apartándose de su amado dos segundos antes de que una figura diminuta consiguiera empujar la puerta del aposento y corriera hacia la cama.

"¡Tío Lilícudo! Tengo hambre" de inmediato demandó, aferrándose al borde del colchón como sus pequeñas manos se lo permitían.

El castaño, quien pareció sentir compasión hacia él, lo cargó sin mucho esfuerzo, sentándolo a su lado en la cama. El trocito de alfa por supuesto no se mantuvo quieto y gateó entre ellos, colocándose sobre el regazo del omega, que casi se vio obligado a abrazarlo en cuanto esos rizos disparatados le rozaron el pecho desnudo.

"¿Quieres desayunar?" Zayn le preguntó acariciándole el cabello, a lo que el cachorro asintió automáticamente. La mirada miel se dirigió al hombre situado a su derecha "¿Qué podemos darle?"

Liam se encogió de hombros.
"¿Helado?"

Zayn negó, descartando la tonta idea de inmediato.
"¿Quieres panqueques?"

Micah hizo un puchero.
"¡Quiero cereal!"

Ambos adultos se miraron a los ojos.
"¿Tenemos cereal?" el moreno le preguntó a su pareja.

"No que yo sepa" recibió como respuesta.

El omega regresó su atención a su sobrino postizo.
"¿Te gustan los huevos estrellados? Puedo prepararte huevos estrellados."

Las cejas del chiquillo se fruncieron más.
"¡Cereal!"

"Bien... Bien..." murmuró el morocho, soltando un suspiro de resignación poco antes de buscar el rostro de su alfa "Creo que iremos al supermercado."

La reunión había transcurrido lentamente en aquella sala de juntas. Su cabeza se sentía reventar con cada palabra que soltaba alguno de los presentes; mientras tanto, él hacía un esfuerzo por asentir y fingir que estaba en completo acuerdo cuando muy dentro de él ni siquiera tenía la más pálida idea de lo que hablaban.

Tras haber viajado toda la noche de una punta del planeta a otra, decir que estaba exhausto era embellecer la situación con mucho maquillaje y flores primaverales.

La cruel realidad era que prefería estar en cualquier lugar del mundo, aunque involucrara perder su empleo... Mas después recordaba que su cachorro lo esperaba en casa, con los ojos brillantes por verle volver y su inocente dulzura.

My pregnant omega [ZIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora