11. Nunca ✿

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"¿Y bien?"

La voz del alfa rasgó el agudo silencio de la habitación, dirigiéndose al muchacho de pelo negro que era incapaz de apartar su atención de la carpeta situada sobre la mesa.

Él tragó en un gesto nervioso, finalmente alzando la vista hacia el mayor, que le regresó la mirada en espera de alguna reacción por parte suya.

"Uhm... ¿A la de tres?" murmuró.

Liam sonrió, colocando sus manos encima de las ajenas.

"Estás temblando" comentó con algo de humor.

Zayn volteó a ver sus manos. Ni siquiera se había percatado de ello.

"Lo siento".

El castaño negó, regalándole un apretón reconfortante antes de soltarlas.
"Anda, ábrelo."

Un suspiro profundo escapó de los labios rojos. No sabía por qué se encontraba tan nervioso, o por qué sus palmas sudaban descontroladamente, pero todo cambiaría en cuanto abriera ese sobre; todo empezaría a ser real desde el momento en que sus dedos rompieran el empaque y leyeran el contenido que guardaba.

"Amor..." Liam le animó con un pequeño movimiento de cejas, invitándole a proceder.

Sin más rodeos, y sintiendo una sensación de hormigueo por todo su abdomen, el omega finalmente despegó los bordes superiores del envoltorio, usando la yema de sus dedos para empujar la hoja de papel que se encontraba dentro y suspirando una vez más antes de desdoblarla y mostrar la información allí contenida ante los ojos de ambos.

Lo que descubrieron fue sorprendente.

"Es niña..."

"Es niño..."

Los susurros se hicieron escuchar en perfecta sincronía. La pareja hizo contacto visual, quedándose enmudecida durante unos segundos.

Liam fue el primero en reaccionar, esbozando una gran sonrisa y mostrando un par de lágrimas que batallaban por correr directo a sus mejillas.
"Es niña..." repitió conmovido, acercándose al rostro del moreno y volviendo a sujetar sus manos.

El omega asintió, también luciendo una sonrisa de incomparable alegría en su rostro.
"Es niño..." murmuró como pudo, luchando con el llanto.

El alfa junto sus frentes, y en ese momento los dos empezaron a llorar.

Zayn había dejado atrás un pasado lleno de sufrimiento y experiencias traumáticas de las que aún arrastraba marcas consigo; se había desgarrado la garganta entre fuertes sollozos y gritos ensordecedores; supo convertirse en un perfecto saco de boxeo, resistente a los golpes de la vida...

Y en aquel instante, con el alfa de aroma embriagador besándole el rostro, recordó que aquella era la primera vez que alguien lo hacía llorar de felicidad.

Entonces lo supo:

El destino finalmente se quedaría de su lado.


╰╮

La noche era fría.

Una tormenta se desataba allá afuera, donde los árboles no paraban de sacudirse por el salvaje soplo de brisa y las gotas de lluvia azotaban las ventanas con fuerza.

Zayn estaba desnudo junto a su alfa, cubierto bajo las cálidas colchas de algodón y bastante indispuesto a permitir que esos brazos fuertes se alejaran de su alrededor mientras se encontraba hundido en un profundo sueño.

Por ello, Liam no se lo esperó en absoluto cuando unas manos suaves comenzaron a sacudirlo, y no pararon de hacerlo hasta que se despertó, algo preocupado y desorientado.

"Alfa... Alfa..."

El castaño abrió los ojos luego de un segundo.
"¿Uh?" balbuceó aletargado "¿Qué pasa, arcángel?"

Zayn, mirándolo muy poco feliz, le susurró:
"No me siento bien".

A lo que el grandulón se puso en alerta inmediatamente, llevando sus manos al rostro ajeno para verlo mejor.
"¿Te duele algo? ¿Estás mareado?"

El moreno negó, manteniendo un ceño fruncido en su rostro.
"Es solo que..." se interrumpió a sí mismo en cuanto comenzó a hablar, arrepintiéndose al instante "Mejor olvídalo, perdón por despertarte" se excusó.

Sin embargo, Liam insistió.
"Hey, está bien" le dijo, acariciando su barbilla tersa "Cuéntame".

Zayn vaciló un momento, observando los encantadores ojos de su alfa.
"Es solo que... Tuve un mal sueño" narró en voz baja, siendo atentamente escuchado por el mayor "... En el que todo era oscuro y yo intentaba llamarte, pero tú no estabas ahí" el castaño sintió una opresión en el pecho mientras lo oía hablar "No vas a dejarme, ¿Verdad?"

El alfa negó rotundamente, guiándolo hacia su pecho, donde se acurrucó sin pensarlo.

Liam sabía lo mucho que lo relajaba escuchar los latidos de su corazón, en especial cuando estaba atravesando una sensación de temor. Mientras le acariciaba el cabello negro suavemente, y tras depositar un beso sobre su cabeza, le replicó:
"Nunca te dejaría, mi amor" el omega cerró los ojos, dejándose mimar por el tacto tranquilizador "Jamás permitiría que alguien me alejara de ti, mi adorado omega..."

Y aunque el sueño ya lo había arrastrado lejos de la realidad, Zayn sintió cada una de esas palabras y las guardó en un pequeño rincón de su pecho, donde le resultara imposible olvidarlas.

¿Tienen miedo? 🙂

My pregnant omega [ZIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora