15. Regalo ✿

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Liam había hecho un nido para su omega.

Lo llenó de mantas suaves y cobertores cálidos que lo protegerían durante el invierno.

Le colocó almohadones y cojines rellenos de plumas, esponjosos al tacto, para que pudiera descansar sobre ellos cuando se sintiera adolorido por el movimiento de los cachorros.

También enganchó una larga cortina en lo más alto del techo; de seda teñida en un color oscuro, que le brindara privacidad y evitara que la claridad del amanecer se colara hacia su rostro.

No era demasiado grande, pero lucía tan acogedor que ninguno de los dos se resistió a la idea de dormir acurrucados allí cada noche.

Zayn amó su nido desde el primer instante en que lo vio. Sabía que podría meterse ahí durante horas, mientras su alfa lo acariciaba y llenaba de besos; mientras conversaban en las noches; mientras hacían el amor bajo la luz de la luna.

Del mismo modo, reconoció que se convertiría en una pequeña guarida para él cuando extrañara a su alfa. Todo se había llenado del aroma fuerte, del perfume varonil que tenía el poder de relajarlo; de recordarle que estaba en casa y su otra mitad del lazo no tardaría en regresar.

Los cachorros también lo amaban, pensaba él mientras cantaba para ellos, sentado entre las colchonetas bordadas, acariciándose el estómago suavemente, pues sin importar cuán revoltosos estuvieran, siempre se calmaban.

"¡Mira lo que te hice!" Liam le había exclamado con felicidad, retirándole las manos del rostro para enseñárselo. 

El omega le mostró una sonrisa auténtica y su alfa, casi de manera instintiva, agachó la cabeza para recibir un suave beso de sus labios tersos.

"Gracias" le susurró, haciendo que su sonrisa se agrandara.

"Es tuyo" aclaró "Nadie mas que tú puede entrar en él".

Zayn torció las cejas.
"¿Ni siquiera mi alfa?"

Liam le acarició la mejilla, mirándolo con ternura.
"Solo si tengo tu permiso" replicó "Pero es para ti; es un regalo por llevar a mis cachorros... Sé que no es comparable-"

"Me encanta" su interrupción provocó que un sentimiento cálido le llegara directo al pecho.

Liam le rodeó la cintura con cuidado, pegándolo más cerca de su cuerpo, grande y protector, para compartir un beso esquimal, de esos que su omega aceptaba con las mejillas teñidas de un ligero carmín y los ojos brillantes.

El alfa suspiró.
"Te amo tanto, arcángel... Haría cualquier cosa por mantenerte feliz... Por mantenerlos felices, junto a mí, siempre".

Zayn enganchó un brazo a su cuello, llegando a su boca, donde dio inicio a un beso apasionado.

Liam guió sus labios carnosos por la barbilla del omega, desplazándolos pausadamente hasta llegar a la marca de sus colmillos; plateada, hermosa, única, suya.

"Mío" susurró contra la piel cálida, mordiendo con suavidad.

Zayn se mordió la lengua, tragándose un gemido.

Liam gruñó.
"Déjame oírte, arcángel..." pidió chupeteando la marca, haciéndolo temblar de pies a cabeza.

El omega sujetó un puñado de cabello castaño y lo apretó con ímpetu, cerrando los párpados ante la dulce sensación de su alfa cuidando de la mordida.

"Alfa..."

Una onda electrizante lo sacudió por completo. Liam tiró de él suavemente, guiándolo hacia el nido, donde lo recostó contra las almohadas, probando sus labios una vez más mientras se deshacía de las prendas que lo privaban de presenciar la desnudez de su omega.

Besos húmedos viajaron directo a su estómago, donde decidió detenerse durante un poco más antes de hacerse paso entre sus piernas y saborear las dulces gotas que se deslizaban por sus muslos.

Zayn arqueó la espalda, aferrando las manos al montón de cobertores que estaban a su alcance. Agitado, con el rubor coloreándole el rostro; incapaz de mantener los párpados abiertos.

Una lengua húmeda lamiendo delicadamente, calmando la sed, alimentando el deseo.

Dedos que iban y venían, moviéndose de manera experimental, tocando el punto más delicado de su cuerpo, llevándolo hasta las nubes.

Se perdió en el calor de su aliento; en las caricias precisas; en el aroma intenso, tranquilizador, que estaba impregnado en las mantas, en las almohadas, en su cabello y su propia piel...

Sintió el momento exacto en el que perdió la conexión, y tras abrir los párpados, se topó con la mirada cálida de unos radiantes ojos pardos, tan cerca, tan familiares que se le metieron en el alma.

Sus piernas le abrazaron la cintura por mero instinto, recibiéndolo en su interior; cálido, húmedo, estrecho.

Y jamás se acostumbraría a la maravillosa electricidad de sentirlo con cada diminuto pedazo de él mientras le hacía el amor; mientras le demostraba el verdadero placer a flor de piel.

Zayn era delicado y tan pequeño como un cachorro; uno cuya sonrisa le había robado el sentido a los rayos del sol; cuyos ojos serían capaces de competir con la luna; cuyos labios tenían ese intenso rojo del que las rosas anhelaban vestirse.

Sus colmillos se le enterraron en la clavícula y lo hicieron gritar hasta el fondo de la garganta, atrapándolo en un remolino de sensaciones distintas, antes de caer nuevamente en la dura realidad, con un alfa exhausto sobre él, curando la mordida que había reabierto sin aviso.

Pero le gustaba.

Eso de ser un masoquista, de pertenecerle y saber que él también era suyo; de tomarse la frase "amar o morir" tan en serio.

Y aunque había elegido amar, sabía que moriría haciéndolo, que ahora solo vivía para sentir los latidos de su alfa por encima de los suyos.

"Arcángel"

"Hm"

Besos subieron por su mandíbula, deteniéndose en su mejilla.

"¿Por qué te echaron del cielo?"

Una suave risa fue opacada por las almohadas. Liam soltó una pequeña carcajada, admirando la tierna manera en la que sus ojos se entrecerraban y su nariz se arrugaba ligeramente.

Cuando terminó de reír, se puso serio.
"Algo sobre un fruto prohibido que no recuerdo mucho..."

El alfa sonrió con humor, mirándolo fijamente a través de esos ojos de cachorro.

"Te amo"

Zayn le regaló un beso fugaz. Una mano cálida se posaba en su costado y la quietud de la noche los acompañaba.

"Te amo mil veces más" musitó, con las pupilas brillantes y la voz serena.

Liam, totalmente convencido de ello, se dedicó a admirarlo, sellando una silenciosa promesa para nadie más que sí mismo.

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Dedicación especial: littlebabyhazz

My pregnant omega [ZIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora