26.- Say something.

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Lo había roto. Por segunda vez lo había hecho.

Sherlock Holmes sin saber qué contestar, eso no era del todo nuevo, pero sabía que el detective lo sentiría como si fuese la primera vez que lograban pasar hasta el sótano de su palacio mental, justo donde mantenía guardados —o mejor dicho, encarcelados— a sus sentimientos.

Su vista se había perdido en algún punto del interior del apartamento. De seguro en el fondo estaría dando un discurso sumamente elaborado o estaría gritando, no había un punto intermedio para ello.

El menor podría parecer fuerte y jactarse de no tener sentimientos, pero el que tuviera esas largas pausas cuando se enteraba que era querido, demostraba lo contrario. Watson perfectamente sabía que sólo estaba escondido en esa fachada, pero demonios, tardaba en salir de su escondite y eso le preocupaba. ¿Le preocupaba que en el interior Holmes estuviera preparando un discurso para rechazarlo? Sí, principalmente era eso.

El silencio era ensordecedor. La tensión crecía, y cómo no, si Sherlock era un fruto extraño de un árbol prohibido. Alcanzar sus expectativas era una de las tareas más complejas, pero una por la que John se entregaba como se entregó al servir en combate.

Sólo necesitaba una señal, una. Sólo necesitaba que Holmes dijera algo, lo que sea. Le había mostrado todo, se había abierto ante él; lo menos que podía pedir era una respuesta.

Sí, allí estaba el ex militar al borde de la desesperación; rogando, una vez más, que Sherlock le diera una señal. Por lo menos quería saber si sus signos vitales seguían intactos.

—Muy bien, esto está asustándome.

Y ahí tenía su señal. Un abrazo un tanto atropellado, pero eso era su señal.

—Yo también, John, yo también —sintió en su oído junto con el cálido aliento del más alto.

El abrazo duró unos minutos. Tal vez el rizado no había dicho mucho, pero había hecho demasiado, y eso era lo que contaba.

John podría sentirse orgulloso, satisfecho e incluso aliviado, pero más que nada podía sentirse amado una vez más.

Johnlock DrabblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora