Hoseok - 20 de mayo, año 22

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Hoseok
20 de mayo, año 22

Salí de la estación de policía con Taehyung.

—Gracias.

Hice una reverencia y grité con más energía, pero realmente no estaba de humor. No había mucha distancia desde la estación de policía hasta la casa de Taehyung. Si él viviera más lejos de la estación de policía, ¿estaría allí tan seguido? ¿Por qué sus padres se habían establecido tan cerca de la estación? El mundo era tan injusto e inmerecido para este niño estúpidamente bueno y sensible. Puse mi brazo alrededor de sus hombros y le pregunté casualmente si tenía hambre. Taehyung negó con la cabeza.

—¿Los oficiales de policía te dieron la bienvenida y te invitaron a comer? —le pregunté de nuevo, pero él no respondió.

Los dos caminamos a la luz del sol, pero un viento helado pareció cortar mi corazón. No podía imaginarme cómo se debía sentir él cuando sentí ese frío en mi interior. Su corazón debe haberse sentido roto y desgarrado. O, ¿le quedaba siquiera un corazón? ¿Cuánta angustia habría soportado? No podía mirarlo a los ojos, así que volteé mi mirada hacia arriba. Un avión volaba contra el cielo algo nublado. La primera vez que vi la cicatriz en la espalda de Taehyung fue en el contenedor de Namjoon. No pude preguntarle sobre eso cuando él estaba sonriendo tan ampliamente con su nueva camiseta regalada.

Yo no tenía padres. No tenía recuerdos de papá, y mis recuerdos de mamá se habían detenido a la edad de 7 años. Probablemente tenía más heridas abiertas y cicatrices con respecto a la familia y la infancia que nadie. La gente siempre decía con tanta facilidad que necesitamos superar nuestras heridas, abrazarlas y aceptarlas como parte de nuestras vidas. Que necesitamos reconciliarnos y perdonar a otros para seguir viviendo. No era que yo no fuera consciente de ello. No era que no quisiera intentarlo. Pero intentarlo no garantizaba el éxito. Nadie me había enseñado cómo. El mundo nos daba nuevas heridas incluso antes de que las viejas pudieran sanar. Seguramente, nadie en el mundo podía evitar ser lastimado. Yo era consciente de ello. ¿Pero realmente necesitábamos salir heridos tan profundamente? ¿Para qué? ¿Por qué nos pasaban estas cosas?

—Estoy bien. Puedo ir solo —dijo Taehyung en la intersección.

—Lo sé.

Yo guié el camino.

—Estoy realmente bien. Mira. Estoy bien —Taehyung sonrió.

No respondí. Él no podía estar bien. Pero una vez que admitiera que no estaba bien, no podría soportarlo. Así que él simplemente estaba ignorando la verdad. Eso se convirtió en su hábito. Taehyung me siguió, levantando su capucha.

—¿Realmente no tienes hambre? —le pregunté cuándo habíamos caminado hacia el pasillo exterior que llevaba a su casa.

Él sonrió con esa sonrisa tonta y asintió. Me quedé un rato y lo vi caminar hacia su puerta y finalmente me di la vuelta. El camino por el que él caminaba y el camino por el que yo caminaba eran estrechos y sombríos. Él y yo estábamos solos.

花樣年華 THE NOTES 1 - EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora