Diana notó cómo el vacío se la tragaba y le entró pánico, por lo que apretó la mano de Ewynor y se concentró en el suave tacto de su piel, en el calor que emanaba y sin darse cuenta comenzó a acariciarla.
Sólo soltó la mano de Ewynor cuando aterrizaron, porque se cayó de bruces sobre un prado de hierba precioso.
Ärysel la ayudó a levantarse y, cuando lo hizo, se quedó sin palabras.
Ante ella se extendía, colina abajo, un bosque inmenso, de copas altísimas y de un verde precioso. En el centro, destacaban las agujas de cristal del palacio de Crisantyl,que reflejaban la luz del sol como lágrimas de luna.
Trató de hablar pero no podía, así que Ewynor lo hizo por ella.
- Princesa, sed bienvenida al bosque de Ariwëy.
Diana apenas pudo decir un simple gracias, estaba anonada.
- Para entrar en el reino hay que cruzar el bosque- le explicó Tellywëis- suerte que tenéis una ninfa del bosque con vosotras- dijo señalándose a si misma
- Primero debemos pasar la prueba de Wylinia, el árbol guardián, dicen que la reina Arí fue enterrada bajo sus raíces y ahora se encarga de las entradas y salidas de su reino- le contaba Ärysel, mientras Diana admiraba la belleza que la rodeaba.
- ¿Cuál es su prueba?- preguntó Diana
- La prueba depende de quién quiera entrar, si perteneces al reino, sólo te pide el sonido de tu voz, tú perteneces al reino, pero no has entrado nunca por ahí así que, igual te pide la prueba de sangre.-le explicó Ewynor
- Sa...sasa sangre, una prueba de sangre.- preguntó Diana aterrorizada.
Ewynor se dio cuenta de que la había asustado y rectificó
- Si pero solo será un pequeño corte, y como eres de sangre real, te reconocerá en seguida.
Diana suspiró aliviada y miró a sus amigas, que ya estaban transformadas en ninfas.
Desde la tarde de verano, no había vuelto a ver la transformación de sus amigas, pero era privilegiada por haberlo visto una vez.
Ellas le sonrieron y le preguntaron:
- ¿Preparada para volver a casa?
Diana cogió sus manos y les dijo:
- Siempre.
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El bosque de Ariwëy
FantasyLa voz había vuelto, Diana ya la había olvidado pero ahí estaba. Esa voz susurrante que provocaba en Diana una sensación de familiaridad estaba otra vez allí, después de 5 años había vuelto para traer de nuevo a su memoria recuerdos que no eran suyo...
