Un plan no tan perfecto

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La Dama Bliway se tiraba de los pelos ante la pantalla-hechizo donde había visto cómo sus enemigas descubrían todo su plan perfecto.

Enfurecida comenzó a andar por la negra habitación con pasos rápidos y por lo bajo soltó toda una sarta de maldiciones hacia la chica que había desbaratado su medido y cuidadoso plan perfecto, Diana.

Caminó por toda la sala ante la sonriente mirada de sus dos presos que habían visto cómo su amiga descubría dónde se encontraban y cómo salvarlos.

''Sabía que lo conseguiría'' pensó Ewynor que se había puesto de muy buen humor ante el comentario de Diana, el que solo se había referido a él ''Quizá sí que le gusto, como la dama Bliway dijo'' se repetía para no perder la esperanza ''Sea lo que sea, espero que consiga venir''

A Arwin le pasaba lo mismo que a su hermano, estaba feliz porque hubieran descubierto a su enemiga y nada más oír el comentario de Diana pensó: ''Está enamorada de Ewynor''

Para Ewynor esa era solo una pequeña posibilidad pero Arwin, con la experiencia de una chica, supo en seguida que no sólo Diana amaba a Ewynor, sino que Ewynor también la quería a ella como su hermano le había confesado la noche que fueron atrapados.

A Arwin todavía le resultaba extraña la forma en que los habían atrapado, era una forma muy ridícula pero ambos cayeron en la trampa.

La Dama Bliway había conseguido atraer a Arwin hacia ella con una imitación de la llamada de alarma de los elfos guardianes, y ella había acudido sin dudarlo pues había sido la única en oírlo, ya que estaba fuera patrullando el perímetro y no había nadie por los alrededores.

Al llegar se había dado de bruces con un muro mágico y había caído en manos de un Ïgahntur, uno de los soldados del ejercito de Bliway. De nada sirvieron sus técnicas de defensa élfica pues los Ïgahntur están dotados de una fuerza extraordinaria, y no tardó en inmovilizarla.

La obligaron a llamar telepáticamente a Ewynor pero se negó por lo que de un certero golpe el Ïgahntur la dejó inconsciente.

Al cabo de un rato, Ewynor salió al jardín a buscar a su hermana, pues le tocaba relevarla en la vigilancia y al no encontrarla, con su fino olfato la localizó y fue hacía ella. Grave error pues gracias a eso también fue atrapado por Bliway y sus siervos que lo dejaron también inconsciente para que no vieran por dónde iban.

Después los recuerdos de ambos se volvían borrosos y rodeados de la negrura de la Prisión de las Pesadillas.

Sólo recordaban con nitidez el momento en el que se materializaron sus dobles y se marcharon, para luego ver cómo embaucaban a su amiga y la convencían de que callera en la otra trampa.

Desde ese momento, todo se volvía confuso pues en esa prisión, donde todo era igual, era muy difícil mantener la conciencia del tiempo que pasaba.

Los dos hermanos se miraron y pudieron ver en los ojos del otro, una nueva luz de esperanza renovada pero ese momento duró poco pues la Dama Bliway gritó:

- Cómo esa princesita intente venir.... no van a quedar ni las sobras de su cuerpo, que intente llegar, que se las va a ver con mis queriditos Yäbrij.

Los dos hermanos se miraron aterrorizados, los Yäbrij eran enromes libélulas de alas de hierro con espinas y cabezas con enormes bocas, cargadas de colmillos. En otras palabras, eran la muerte para todo el que se enfrentaba a ellos.

El bosque de AriwëyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora