Diana caminaba tranquilamente por los pasillos de Crisantyl mientras pensaba en su conversación con Ewynor.
''Está muy raro últimamente'' pensó '' Y Arwin también''
Mientras le daba vueltas, llegó al ala este, donde habitaban las ninfas protectoras y los elfos guardianes.
Cuando llegó a la puerta de roble que su madre le había indicado, Diana miró la puerta y reconoció sobre el roble (obra de Tellywëis seguro) unas gotas de marfil pulido que caían para simular las hojas del árbol (sin duda Ärysel las había añadido muy a pesar de Tellywëis que amaba las cosas sencillas)
Diana sonrió al pensar en sus amigas y llamó a la puerta.
Segundos después la puerta se abrió y Diana vio a Tellywëis que gritaba:
- ¡Diana por fin has venido! Teníamos muchas ganas de enseñarte nuestra habitación.
- Yo también tenía muchas ganas de veros chicas- dijo Diana que acababa de entrar en la habitación y se había quedado de piedra por lo bonita que era.
Tenía forma circular y dos pisos. El piso de abajo pertenecía lógicamente a Tellywëis pues la cama era un sauce llorón que ella había modelado con el canto secreto de las hadas del bosque para que entre sus ramas más altas cupiera una cama.
Todos los otros muebles de la habitación eran de madera y las paredes estaban pintadas de verde claro con frases y dibujos en tinta dorada.
El armario era de madera con toques de oro en las esquinas y estaba abierto por lo que Diana pudo ver la ropa de Tellywëis, toda de vivos colores y muy variada.
El tocador estaba en una de las enormes paredes y Diana pudo ver que estaba un poco desordenado luego se fijó en el baño, pero no lo pudo ver bien pues la puerta estaba entornada.
Después de observar la habitación, Tellywëis se le acercó y le dijo:
- ¿Te gusta?
- Me encanta, te has expresado muy bien con esta habitación, es como otra Tellywëis pero en habitación.
Diana lo decía de verdad, había podido ver en cada detalle un poco de Tellywëis y estaba muy sorprendida por el resultado.
Ärysel bajó volando del piso de arriba que le pertenecía a ella y le dijo:
- Venga Diana, tienes que subir a ver mi parte.
- Pero no hay escaleras - dijo Diana que no las había visto
- Pues claro que hay tonta- dijo Ärysel que se acercó a una de las paredes y presionó una de las letras que Tellywëis había pintado en dorado, acto seguido, apareció una escalera plateada y preciosa, Diana subió andando pero sus amigas quisieron subir volando, les encantaba su forma de ninfa y llevaban tanto tiempo sin usara en la tierra, que ahora hasta dormían transformadas.
Cuando Diana vio la habitación de Ärysel, se quedó alucinando pues no se parecía en nada a la habitación que tenía en la tierra.
El techo era de cristal transparente y se podía ver el cielo, posiblemente Ärysel miraba su amada luna por allí. Las paredes eran lilas con dibujos plateados y un dibujo enorme de una chica sobre la luna decoraban la pared donde estaba su cama, que era de plata y con un dosel de seda morada.
En la habitación había bastantes muebles, muchos más que en la de Tellywëis, muebles que Ärysel usaba para guardar sus instrumentos de astronomía.
Ärysel no tenía armario, en su lugar, tenía una de las paredes hundida hacia dentro en el que había colocado una barra de la que colgaban sus preciosos vestidos.
Diana no sabía que habitación le gustaba más, si la de Tellywëis o la de Ärysel y se giró porque quería hablar con sus amigas sobre su encuentro con Ewynor y les dijo:
- Chicas tengo que contaros algo
Sus amigas se volvieron hacia ella y en su cara Diana pudo ver la preocupación por lo que comenzó a contarles:
- La noche que me presenté al pueblo Arwin vino a mi cuarto para darme un sobre que según ella era de parte de Ewynor. Se comportó de forma muy rara durante el tiempo que estuvo conmigo y se fue diciendo que el sobre era urgente y que lo abriera rápido. Le hice caso y abrí el sobre. En él, Ewynor me pedía que me reuniera con él dentro de 6 días, ahora 5. Me quería dar algo, me decía que era urgente y que acudiera a la cita aunque sonara muy misterioso.
- No estarás pensando en ir ¿verdad?- dijo Ärysel
- La verdad pensaba ir la noche que recibí el sobre pero esta mañana he tenido un encuentro con Ewynor que me ha hecho dudar si ir o no.
- ¿Qué ha pasado?- preguntó Tellywëis preocupada.
- Me lo he encontrado por el pasillo que sale de mi cuarto y me ha preguntado que si había recibido el sobre, yo le he dicho que sí pero que quería saber ya lo que me quería dar pues era muy misterioso
- ¿Y luego?- dijo Ärysel
- Luego de broma le he dicho que yo podría obligarle a que me lo diera y se ha puesto repentinamente serio al escucharlo, me ha respondido con un seco ''No'' y se ha marchado.
- Ewynor no es así, él normalmente es muy amable.- dijo Tellywëis
- Ya lo sé, por eso me he preocupado tanto, y mientras venía hacia aquí he pensado en la actitud de Arwin cuando estuvo en mi cuarto y pensándolo bien me ha parecido muy extraña.
- ¿Cómo era?- preguntó Tellywëis
- Muy misteriosa, ella normalmente es muy jovial y alegre pero el otro día no la reconocía.
- Esto es muy raro chicas- dijo Ärysel- tenemos que andar con cuidado, esos dos esconden algo.
- Si queremos descubrir qué es lo que esconden, tendré que ir a la cita que me propuso.- dijo Diana
- ¡No!- dijo Tellywëis- podría ser una trampa.
- O también podría ser que me quieren explicar lo que pasa.- dijo Diana.
- No creo que sea eso pero si queremos descubrirlo tendremos que empezar a buscar por sus habitaciones- dijo Ärysel que se sentía un poco culpable por tener que husmear en cosas de otros
- ¿Duermen por aquí?- preguntó Diana
- Sí- dijo Tellywëis- a cuatro puertas Arwin y en el siguiente pasillo Ewynor.
- Pues mañana empezaremos a buscar- dijo Diana
- ¿Nadie tiene hambre?- preguntó Ärysel mirando la bandeja de comida que Diana había traído.
- ¡Yo sí!- gritaron Diana y Tellywëis a la vez, y se pusieron a desayunar todas juntas tratando de olvidar los extraños sucesos de esa noche.
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El bosque de Ariwëy
FantasiaLa voz había vuelto, Diana ya la había olvidado pero ahí estaba. Esa voz susurrante que provocaba en Diana una sensación de familiaridad estaba otra vez allí, después de 5 años había vuelto para traer de nuevo a su memoria recuerdos que no eran suyo...