treinta y cinco

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- Mírame,Vegeta-le dijo Bills.

Dudo una fracción de segundo, luego con una sutil dignidad alzó sus ojos para enfrentar a los del que una vez fue el dios de la destrucción. No había duda de que aquel individuo muchas veces petulante,poseía una esencia divina aún no siendo ahora una deidad.Sus ojos eran los de un juez y uno que tenía clara la sentencia para el acusado, que no tenía un solo argumento para defenderse.

Pudo haberla evadido,pero prefirió no hacerlo y recibir esa brutal patada y la que vino después,que casi le parte la espalda mientras era arrastrado por los aires para luego caer contra unas rocas.Pudo ver cuando Bills, se iba sobre él y tampoco evito ese puñetazo. Ninguno de los golpes del ex-dios evadió. Los aceptó todos sin el más mínimo gemido de dolor, aún que su cuerpo jamás había experimentado un dolor semejante,para cuando Bills lo levantó del cuello estaba seguro de que tenía varios huesos rotos.

-¿no vas a defenderte? ¿piensas que mis golpes son un justo castigo?-inquirió Bills con desprecio- ¡pues no lo son! Me odiaste porque envié a destruir tu planeta,pero te olvidas de algo ¡yo era un dios! y no uno cualquiera sino el de la destrucción...Destruir planetas era mi función y puede que te parezca caprichoso de mi parte o que mis argumentos no son válidos para aniquilar mundos,pero ese es el derecho que tiene un dios de la destrucción y acepto el odio y repudio,que eso pueda provocar en los mortales, pero lo que no acepto es que no sean capaces de enfrentarme directamente y usen sucias tratas para esconderse.
Podia esperar eso de Freezer, pero del orgulloso príncipe de los Saiyajin...me has decepcionado.

Vegeta no respondío.

-supongo que te sientes muy seguro por tu plan con Shin.La tierra restaurada e ir con Zen oh sama y contar las cosas tal como ocurrieron sin importarte si eres borrado o no,pero ustedes no son los únicos que tenían un plan.
Mírame Vegeta, mírame bién porque serás el primero en ver mi transformación...

Sobre aquella falsa luna de la que,la corteza rocosa que envolvía la súper esfera se desprendía,Shin contemplaba con desánimo su mano derecha bañada en sangre.Hubiera preferido no hacerlo,pero no le quedó opción.Ro estaba fuera de si. Nunca antes vio a alguien tan enfermo de ira,de rabia y de rencor que a su antepasado.Se limpio la mano en la ropa para luego poner ambas sobre la corteza y con una explosión de ki desprenderla por completo de la base de la esfera,la que luego transportó con las otras.

Finalmente las tenía todas reunidas y sólo le quedaba pedir el deseo planeado. Todo volvería a estar como antes,pero se tomó un momento antes de invocar a aquel enorme dragón dorado ¿bastaría sólo con pedir restaurar la tierra y sus habitantes? Después de todo ¿realmente se podía seguir adelante desde ese punto y ya?
Nada de eso hubiera pasado si esas dos personas nunca se hubieran reunido,pero tal vez el señor Bills tenia razón. Recordar la última charla que tuvo con él,lo hizo considerar otras cosas, después de todo el señor Bills, se prestó para servir de distracción al supremo kaiosama. Lo pensó un instante.Había otra forma, una mejor y que curaria todos los males,de pasó también mantendría su promesa de darle un escarmiento al responsable.
Era un riesgo tal vez,mas valía la pena intentarlo así que invoco al dragón y con determinación pidió su deseo.

Vegeta miraba a Bills con los ojos estáticos,el poder de ese nuevo ser era espeluznante.La sola energía que su cuerpo irradiaba borró hasta el más mínimo escombro de la arena. ¿era ese el verdadero poder de Bills? Todo ese tiempo ni siquiera les mostró la mitad ¿era ese terrible ser su muerte? Si,ese era y cuando la oscura garra de Bills se le posó en medio de la frente se entregó a su justo castigo.Al menos ellos estarían bien...Busco en sus recuerdos alguno que apartara esa mirada incandescente de él y encontró a Bulma sosteniendo a su hija y a Trunks pidiéndole cargarla,oia sus voces,hasta creyó sentir la luz de sol sobre él. Una sonrisa de paz y satisfacción se dibujó en sus labios mientras, la garra en su ceño desprendía un rayo de luz que le hacía  sentir, que le estaba partiendo la cabeza en dos.

Desde el este,un resplandor como el destello de cien soles se acercaba como una ola de luz que les dio alcance antes de que ellos pudieran preguntarse que era.

"Retroce el tiempo tres semanas antes de la destrucción de la tierra del universo siete"

Ese fue el deseo de Shin y el dios dragón se lo concedió.

Tres semanas antes de que la tierra fuera destruida Vegeta, entrenaba en la cápsula de gravedad que construyó Bulma y ahí se encuentro de pronto,
confundido y con una secuencia de imágenes en su mente que por poco lo hicieron perder el sentido. Cayó sobre una rodilla asimilando todo con horror y espanto.Cuando la voz de su esposa lo llamó desde el patio todas las energías que pensó pérdidas volvieron y salió corriendo a su encuentro.

La mujer venía en compañía de sus hijos de regreso de andar de compras.Traía una bolsas con ella,las que cayeron de sus manos al ser envuelta por los brazos de Vegeta,que la apretó con un poco más de fuerza de la debida porque quería asegurarse de que ella era realmente y no una visión que le entregaban los delirios de la muerte. Con el alivio de quien recupera algo valioso que creyó perdido para siempre,comprobó que era ella, su calor,su olor sosegante...con la mano derecha acercó a Trunks hacia él y lo sujeto fuerte también.Todos estaban allí de nuevo.

-¿que te ocurre,Vegeta?-le pregunto la desconcertada mujer-estas actuando muy extraño.

Él busco ese espacio tibio en el cuello de la mujer y respiro tranquilo ahí.

-nada...-le respondío- te extrañe eso es todo...

-¿estas llorando?

Él no respondío,lloraba y por primera vez no oculto ese llanto en la soledad de algún paraje desolado o la lluvia.

En el  planeta supremo Shin,que tampoco vio afectado por el deseo tal y como lo pidió,
esperaba que el viejo Ro, fuera a pedirle que lo rejuveneciera y al llegar,allí bajo el árbol del té, le dijo que sólo debían hablar.

El perdón es poderoso,pero la comprensión también lo es y ese día Ro,encontró ambas cosas en las palabras de ese muchacho que le brindó consuelo a viejas heridas. Purgo ese mal que lo podría por dentro a través de un llanto y una frase que escapo de su boca. "Yo era sólo un muchacho",pues en la juventud nos dejamos llevar por arrebatos y sobre todo por esos impulsos, de la mente y el corazón,que si no sabemos detener nos pueden llevar a oscuros caminos en muchas formas.

Con un Ro libre de rencor,pues jamás hubo plan contra Bills. Las cosas sólo siguieron su curso. Vegeta no entendía porque el recordaba las cosas aunque se hizo una idea,tal vez Bills se hizo una idea de que el supremo kaiosama podía pedir algo así (a él no se le había ocurrido) y a modo de castigo o lección se las arregló para que él,recordara lo sucedido.Pero de ninguna manera Bills,podia ser mas poderoso que las super esferas del dragón.Como fuera ese día en la fiesta que organizo su esposa,sin más motivo que reunirse con sus amigos,Bills actuaba con naturalidad y Vegeta no quiso hacer preguntas. Sólo algo diferente ocurrió ese día,el supremo kaiosama fue de visita. No se habían visto en todo ese tiempo y al mirarse,a la distancia, ambos fueron al encuentro él uno del otro y en medio de curiosas miradas se estrecharon las manos como dos viejos amigos.

-gracias por todo,señor Vegeta-le dijo el supremo kaiosama.

-no,gracias a ti... Shin-le dijo él.

Y en ese estrechon de manos sellaban una historia que jamás contarían a alguien.

Fin

RevanchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora