¿Changlix?

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Tan pronto como puso un pie en la casa Felix ya pudo sentir su alma de las fiestas reviviendo. En Australia era muy popular entre sus compañeros y estaba acostumbrado a salir cada dos por tres aunque al llegar a Corea se dio cuenta de que lo de hacer amigos y salir de fiesta con ellos no era tan fácil. Extrañaba el ambiente de las fiestas y no perdió ni un segundo en meterse en la pista de baile.

Se sentía bastante cómodo en ese ambiente, tomando y bailando; tan cómodo estaba que por poco se olvida de Jeongin. Cuando el nombre del pequeño pasó por su mente se preocupó fugazmente, pero fugazmente en toda norma. Se olvidó de él completamente cuando vio a su crush aparecer por la pista de baile.

Changbin se abrió paso como si fuera el rey del lugar. Se dirigía hacia la cocina y para sorpresa de Felix estaba solo, pensaba que su grupo lo seguiría pero se ve que ya se habían separado. Para el mayor Felix tampoco había pasado desapercibido, era lo primero que había buscado con la mirada al llegar.

Tuvieron unos segundos dedicándose unas miradas intensas entre ellos. Felix no podía apartar la mirada de él, quedaba hipnotizado al igual que Changbin quedaba fascinado por la inocencia que cargaba ese australiano y quería ser él quien quitara esa expresión tan inocente de su cara. Pasó a posta por su lado, rozando codo con codo y dedicándole un guiño de ojos. Se dirigió hacia la cocina, empezando a vertir mezclas en su vaso para que la fiesta pudiera empezar de verdad para él. Todo esto bajo la atenta mirada del pelinaranja.

Changbin tenía un fuerte debate mental en esos momentos. Por su cabeza había cruzado una idea de locos que aunque lo fuera no encontraba razón alguna para negarse. Se había propuesto lanzarse a él, o almenos intentar seducirle. Ese chico lo traía loco y desde luego que si tenía ocasión no perdería la oportunidad de quitarle todo lo puro que tuviera. Lo que no sabía Seo es que Felix era de todo menos inocente. Se podría decir que en Australia había expermientado mucho...

Después de beberse todo un vaso de mezcla con cerveza y vodka, volvió a la pista con un vaso lleno a rebosar de ginebra. Se abrió paso entre la muchedumbre y quedó justamente en línea recta del australiano. Debía admitirlo, se movía fenomenal ese chico. Si en pista se movía así Changbin no se imaginaba las maravillas que hacía Felix en la cama. Sacudió la cabeza, como si así pudiera reprimir todos los pensamientos impuros que vagaban por su cabeza. Debió de haberse ensimismado viéndolo porque de un rato a otro se encuentra con Felix devolviéndole una mirada que oscilaba entre tierna y provocativa. Changbin en respuesta se mordió el labio inferior llamándolo con la mirada a que se acercara. El australiano sonrió con suficiencia y le sacó la lengua para luego girarse e irse al otro extremo de la pista. Si quería algo con él no se lo pondría tan fácil, él también sabía jugar a eso.

Changbin se sintió ofendido pero esa postura solo hizo que incrementar las ganas de poseer al chico. Sin pensar lo siguió entre la multitud, no perdería esta oportunidad. No tardó en encontrarlo, estaba parado casi al borde de la pista buscándolo e incitándolo con la mirada a que se acercara. El coreano le dedicó una intensa mirada a lo que Felix respondió levantando levemente una ceja. Changbin cogió el vaso que tenía aparcado en su mano y se lo tragó de golpe, luego aplastó el vaso con una sola mano y lo tiró al suelo. Felix sonrió y rodó los ojos ante ese intento de parecer masculino y macho.

El pelinegro estaba a escasos centímetros de él, casi podía sentir su aliento impregnado de alcohol, pero antes de que se pudiera acercar más de lo debido Felix posó su dedo índice en el pecho del mayor resiguiendo el contorno de los pectorales y abdomen con el. Changbin sintió un escalofrío solo con sentir eso, ¿cómo tan simple roce podía llevarlo a esos extremos?

―Eres sensible... ―le susurró Felix a la oreja mientras detenía su dedo y mano en el hombro del coreano. Después chasqueó su lengua y se acercó aun más a su cuello. ―Me gusta... ―añadió finalmente con su voz grave.

The 9th apartment || HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora