Chapter 14

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—Imposible... —la boca de la chica platinada se abrió gracias a la sorpresiva confesión del espíritu del invierno.

Jack esbozó una sonrisa cargada de orgullo al ver la atónita expresión de Elsa.

—Te aseguro que es lo más sensacional que puedo hacer. Volar es fascinante porque liberas las cargas que se acumulan en tus hombros durante el día, te relaja y disfrutas del bello paisaje desde el cielo —un brillo se instaló en sus ojos azules al reconocer que su actividad favorita, sin lugar a dudas, era sobrevolar por el mundo.

Aunque, una sensación de nostálgica lo embargó al ser consciente que no podrá hacerlo con total libertad ya que ahora es un humano cualquiera.

Elsa no podía comprender por qué este sujeto se abría ante ella y le mostraba sus cualidades, a ella le costó mucho mostrar sus poderes ante su reino, incluso fue mal recibida por su pueblo siendo tratada como una hechicera, y... Este chico en tan solo un par de minutos pudo convencer a varios estudiantes que su magia era divertida y que no hacía daño alguno.

—¿Y no te da miedo lo que piensen de ti? —soltó su pregunta con un poco de timidez, no solía ser así, pero pensó que quizás se ofendería.

—No, en lo absoluto —negó con una radiante sonrisa —Porque lo que yo hago me fascina y divierte a los demás. Es lo que soy, por tanto, tienen que aceptarme así.

—¿Y si lastimas a alguien? O si tu poder se sale de control... ¿Qué harías? —posó su mirada en los ojos de Jack por unos minutos, después desvió la mirada.

Sus manos temblaban y no entendía por qué, tantas emociones encontradas la estaban incomodando. Verse en frente de otro ser con su mismo poder, que puede usarlo con completa libertad la hizo sentir inferior.

—Eso nunca va a suceder. Y ¿sabes por qué? —respondió sin perder esa mirada cálida. Elsa contestó su pregunta con un movimiento de cabeza —Porque confió en mí mismo, con eso es más que suficiente.

—Vaya —dejó escapar un suspiro de sus labios —eso es grandioso —trató de sonreír aunque solo pudo levantar las comisuras de sus labios, levemente.

Un silencio se impuso con solemnidad entre ambos seres helados, ninguno tenía algo que agregar a su conversación. Aunque, se quedaron viendo por unos minutos sin emitir ningún sonido. Sin embargo, el sonido del timbre que anunciaba que las clases se habían acabado los sacó del trance en el que se encontraban.

Emma corrió hasta donde su hermano, lo miró con reprobación y después simplemente lo rodeó con sus brazos, y cuando notó a Elsa cerca de su hermano sonrió con picardía, Jack rodó los ojos fastidiado ya intuía el rumbo de los pensamientos de su hermana menor.

Antes de que decidiera molestarlo con la platinada colocó su mano sobre la boca de Emma, esta trató de zafarse pero no consiguió librarse de su agarre. La castaña emitía sonidos inaudibles y fruncía el entrecejo enojada con su hermano mayor.

Elsa soltó una suave carcajada al ver como los dos hermanos luchaban por soltarse uno del otro. Recordó cuando jugaba de esa forma con su hermana Anna, fueron momentos memorables que jamás se escaparían de sus recuerdos.

—Bien, fue un gusto conocerte, pero ahora tenemos que irnos —dijo mientras sujetaba a Emma —Espero verte en otra ocasión —sonrió.

Elsa asintió con la cabeza.

—Claro, puede que en otro momento podamos encontrarnos —fue lo único que se le ocurrió decir para no compromertese aún.

Le dedicó una dulce sonrisa a Emma, dio la vuelta y se encaminó a la salida del instituto. Su primer día de clases había resultado ser de lo más extraño, sin embargo había conocido a otra persona igual a ella.

 Hasta El Fin Del Mundo (Jelsa) [Primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora