Chapter 41

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—No sé qué pudo haber sucedido entre ellos dos, pero... La situación es lamentable, por poco y destruyen el vecindario, si Manny se entera de esto serán castigados —dijo Anna sentada en un sofá que estaba cerca de la ventana.

Se encontraban reunidos en la habitación, Anna, Rapunzel e Hiccup, reunidos al rededor de la cama donde estaba tendido el cuerpo de la Reina de las nieves, ella permanecía inconsciente, pero con vida. Tenía puesto su vestido azul, solo que para su comodidad Anna le quitó los zapatos.

—Esto, sinceramente, fue un desastre —aportó el castaño —Quién iba a pensar que este par pelearían de esa forma si parecía que se querían.

—Yo no entiendo por qué tenían que hacerlo. Pudieron haberse matado el uno al otro, algo muy horrible debió sucederles —comentó Rapunzel y soltó un resoplido.

Después que Mérida, Anna y Kristoff hallaran a los dos guardianes luchando y posteriormente a Elsa tirada en el suelo, la llevaron a su casa y la dejaron sobre su cama. Para fortuna de todos, kristoff consiguió reanimarla y traerla de nuevo a la vida. Luego de ello, contactaron a los demás guardianes para solucionar esa situación.

Hiccup y Hans derritieron los muros de hielo, aunque al principio les costó, puesto que la magia utilizada para construirlos era muy poderosa, sin embargo, consiguieron reducirlos por completo. Rapunzel, con ayuda del calor que producía la luz de su cabello, hizo que desapareciera la nieve y el hielo que había quedado en parte del vecindario. Mavis, por su parte, entró en cada casa y borró los recuerdos de los vecinos para no tener ningún problema.

Cuando llegó la policía al lugar, todo estaba limpió, aunque no pudieron hacer mucho por las tuberías, seguramente se iba presentar una escasez de agua en las casas vecinas. Los oficiales hicieron preguntas, pero nadie dijo nada al respecto, puesto que no lo recordaban y los guardianes simplemente habían aguardado en la casa de Elsa y fingieron que disfrutaban de una amena reunión familiar.

—Espero que... —quiso decir Anna, pero se detuvo al ver como su hermana se removía en la cama. Rápidamente llegó a su lado.

Elsa abrió los ojos despacio, aturdiéndose con la luz que emanaba la bombilla de la habitación. Parpadeó varias veces para después ver el rostro de Rapunzel e Hiccup frente a su cama, ambos con un gesto de preocupación. Pronto sintió una mano que se posó en su frente, que después comenzó acariciarla. Giró su rostro para toparse con los ojos celestes de su hermana Anna.

—¿Te sientes bien, Els? —preguntó en voz baja, aguantando las ganas de echarse a llorar viendo el estado tan deprimente que presentaba la rubia, con raspones y moretones por todo su cuerpo.

—M... Me duele mucho la cabeza —contestó con un tono ronco de voz.

—Oh, yo puedo ayudarte con eso —sugirió Rapunzel acercándose a ella.

Elsa asintió. Luego la rubia de ojos verdes se sentó al otro costado de la cama y le pidió la mano para enviarle su poder. Entonó la antigua melodía de la flor dorada para que su cabello comenzara a emanar luz y energía luminosa.

La platinada cerró los ojos escuchando a detalle la lírica de la canción y percibiendo un cambio en su ser: su dolor empezaba a cesar y sus heridas a cerrarse; todo gracias a la magia de Rapunzel, que curaba cualquier herida física, sin embargo, no podía hacer lo mismo con su corazón que estaba más lastimado que su cuerpo. Tenía incrustado muchas espinas, tales que no la dejaban sentirse mejor.

Cuando la guardiana detuvo su canto, su cabello retomó su brillo original y como resultado Elsa quedó curada físicamente devolviéndole su antigua belleza.

—Mmm, no te curamos antes porque quería que estuvieras consciente para hacerlo, espero te encuentres mejor —apretó su fría mano y le dedicó una sonrisa.

 Hasta El Fin Del Mundo (Jelsa) [Primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora