Chapter 24

591 62 3
                                    

—¿Algo anda mal? —preguntó Elsa al notar el gesto desolador que había mostrado el peliblanco.

Jack dejó caer el teléfono de sus manos, este impactó contra el suelo, aunque no se rompió, solo produjo una sonido sordo. Algo dentro de su cuerpo se había detenido cuando escuchó a Norte darle una noticia que no le agradó en lo absoluto.

—Mi hermana... —dijo vacilante —Mi hermana está desaparecida.

Elsa pudo notar genuina desesperación en los iris del muchacho; un sentimiento que conocía a la perfección. Jack estaba perdido en sus emociones tanto que se había quedado estático frente a ella. Elsa se le acercó y rozó con sus dedos su fría mano intentando traerlo a la realidad.

—Jack, todo va estar bien —ahora era ella quien hacía esa poderosa promesa.

—No lo sé, tengo que buscarla —recuperó la compostura y frunció el ceño.

Luego se apartó de la joven y corrió hasta la ventana, sin embargo fue retenido por la chica. La miró por encima de la línea de su hombro para averiguar qué quería.

—Yo puedo ayudarte a buscarla, te lo debo por... Salvar mi vida, de nuevo —anunció mirándolo directamente a los ojos.

Jack negó con la cabeza.

—Gracias, pero así como estás no puedes ayudarme, mejor recupérate pronto —mencionó con una sonrisa de lado —me encargaré de este problema. Nos vemos luego.

Dio por terminada la conversación cuando Elsa decidió soltar su muñeca. Abrió la ventana y salió volando por ella, luego recorrió a toda velocidad los oscuros cielos de la ciudad.

En un par de minutos se encontraba en el jardín de la casa que compartía con los antiguos guardianes, y sin pensarlo mucho entró enfurecido por la puerta de la cocina encontrándose con una preocupada Toothina, quien trataba de cocinar algo.

—¿Dónde está Emma, Tooth? —le preguntó, apurado.

La castaña giró el rostro y encaró al peliblanco con sus ojos color violeta.

—Salió hace una hora y no ha regresado —respondió con una mueca de tristeza.

—¿Por qué la dejaron salir? Si se puede saber —vociferó más enfadado que nunca.

Tooth abrió sus ojos como platos, perpleja. En su vida había sido testigo de la ira que despedía el muchacho que tenía en frente. Retrocedió un par de pasos y negó con la cabeza.

En ese momento entró a la cocina Aster con los brazos cruzados.

—Hasta que decidiste venir ¿eh? —escupió con desprecio, para luego someterlo a un ligero escrudiño —Vaya, parece que vienes de una pelea con cuatro hombres —lo dijo por las evidentes marcas que surcaban su cara.

Sin embargo, no podía decirle que había sido una chica o se burlaría un buen tiempo de él. Decidió ignorar su comentario para no iniciar una discusión.

—Jack, ¿qué te hicieron? —Tooth se acercó hasta el joven y tocó con cuidado las vendas de su brazo —¿Dónde estuviste?

Él se apartó de su toque y escondió su brazo tras su espalda.

—Nada que amerite su atención —aseguró, restándole importancia al asunto —Quiero saber ¿a dónde fue mi hermana? —reiteró con apuro.

Aster elevó sus cejas, estupefacto.

—No tienes por qué usar ese tono imperativo con nosotros, no somos las niñeras de Emma. Durante todo este tiempo aprendió a desenvolverse en la ciudad, podría estar con alguna amiga, no hay de qué preocuparse —se encogió de hombros e hizo un aspaviento con su mano.

 Hasta El Fin Del Mundo (Jelsa) [Primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora