Chapter 30

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Jack contempló a la preciosa platinada que le devolvía la mirada con una sonrisa. Lucía hermosa ante los ojos azules del peliblanco.

Sin pensarlo mucho se acercó a ella y tomó su mano para depositar un beso sobre ella. Elsa rió ante su demostración de caballerosidad, digno de un príncipe.

—Estás muy linda esta noche —dijo dándole elogios.

—Gracias —contestó sonrojada —Eh, tú también te ves muy bien.

—Este... Se hace lo que se puede —bromeó.

Tras ellos escucharon un carraspeo perteneciente a la chica rubia de ojos verdes que aguardaba a su prima a escasos metros de ella.

—¿Se conocen? —preguntó señalando al par de albinos.

—Sí, somos mejores amigos —dijo el peliblanco y entrelazó los dedos a la mano de Elsa.

—Oye, pensé que yo era tu mejor amigo —se quejó Hiccup.

—Tú no eres mi mejor amigo, eres mi hermano —respondió con una sonrisa.

Hiccup chasqueó la lengua y desvió la mirada hacia la chica rubia que observaba a los chicos con una sonrisa traviesa dibujada en sus labios rojos.

Caminó hasta ellos y se interpuso entre sus cuerpos, luego pasó sus brazos por sus hombros.

—Creí que tenían algo más —susurró —Pero que decepción —se separó de ellos y sujetó una copa de ponche en sus manos —Salud por los mejores amigos.

Levantó la copa y bebió de su contenido.

—Sabes, ahora si acepto que bailemos —le indicó al castaño para luego sujetarlo por la mano —Déjemos a los tórtolos solos —tiró de él y se lo llevó a la pista de baile.

Hiccup susurró un adiós  y se dejó arrastrar por la pelidorada como si fuese su marioneta.

Elsa y Jack se quedaron juntos viéndose a los ojos sin decir palabra alguna hasta que la platinada decidió romper el silencio que había entre ellos dos aunque la música sonara a su alrededor.

—Vaya, parece que todos se están divirtiendo —comentó viendo a todos bailar muy pegados el uno al otro. Para Elsa no era nada agradable ese tipo de baile, prefería algo de vals clásico —Los veo muy... Animados.

—¿No te gusta esta música?—inquirió él, Elsa negó con la cabeza —Ya soluciono tu problema.

Jack salió corriendo hasta donde estaba el DJ colocando la música para pedirle que colocara algo más suave. El muchacho le dijo que esperara a que terminara esa canción para cambiar de melodía.

Regresó contento junto con la chica platinada y esbozó una sonrisa triunfal.

—¿Qué hiciste? —señaló.

Jack levantó las manos frente a él y se encogió de brazos.

—Yo no hice nada, solo le pedí al sujeto de la música que cambiara la canción. Esta no es la que te agrada a ti —se defendió.

—Pero aquí no tienen que hacer lo que yo diga —se cruzó de brazos.

—Deberían obedecer a la reina de esta fiesta.

Reina, hace mucho que no le llamaban de esa forma. De los labios de su amigo peliblanco se escuchó muy bien, si tan solo él supiera lo que ella era en el pasado entendería el sentido de sus palabras, pero Elsa guardaría su secreto para siempre.

Le dolía no decirle a su amigo lo que de verdad era, cuando él le había enseñado su poder, sin embargo, temía porque no la entendiera y la rechazara, como lo hacen todos.

 Hasta El Fin Del Mundo (Jelsa) [Primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora