Chapter 45

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A la mañana siguiente despertó con una idea en su cabeza que lo comenzaba a preocupar.

Apenas abrió los ojos vio a su reina que continuaba a su lado y algo irregular en su postura; ella había pasado una de sus piernas encima de sus caderas y él sin poderlo evitar en medio del sueño dejó caer su mano sobre la piel de su muslo. De inmediato la retiró y se sonrojó hasta las orejas y con cuidado se apartó de la bella durmiente.

Se sentó en el borde de la cama para pasar su vergüenza y meditar lo que había rondado su cabeza por horas.

Elsa se removió en su lugar. Pronto despertó un poco desconcertada, abrió y cerró los ojos acostumbrándose a la luz del sol  que se filtraba por la ventana. Luego vio al peliblanco sentado sobre el borde de la cama, dándole la espalda. Acomodó su falda y se acercó a él.

—Buenos días —canturreo —¿Cómo amaneciste, Jack?

Él volteó su rostro y la miró, pero no pudo sonreír.

—¿Pasa algo? —preguntó con preocupación.

Jack regresó la mirada al suelo y guardó silencio por unos segundos, luego dijo:

—Yo... He decidido que... No aguanto más tiempo en este lugar —se levantó de forma abrupta de la cama —Yo... Me largo de aquí, creo que es lo mejor para mí, para Ámbar, para todos. Quiero que vengas conmigo, Elsa, y nos alejemos de este infierno que Pitch Black está construyendo —se arrodilló frente a ella y sostuvo sus manos entre las suyas —acepta, por favor.

—¿De qué estás hablando, Jack? —frunció el ceño —No... No te entiendo.

Jack rodó los ojos.

—Mira, Els, después de lo sucedido entre nosotros por culpa de la manipulación de Pitch, he pensado que lo mejor es mandarlo al infierno y nosotros irnos y vivir una vida normal lejos de aquí —besó sus manos —Comenzar de nuevo: juntos, al lado de Ámbar, sin preocupaciones. Olvidar lo de ser guardianes y poder ser felices.

Elsa soltó sus manos y abrió la boca, más que sorprendida.

—Eso es algo precipitado. Jack, estás loco, ¿no tendrás fiebre? —tocó con sus dedos la frente del chico.

—Claro que no —él apartó su mano con algo de agresividad —Estoy hablando muy encerio, pero... Si tú quieres quedarte, lo entenderé —afirmó solemne.

Luego, se levantó del suelo y caminó hacia la cuna de su sobrina que continuaba dormida.

Elsa se acercó a él y lo sostuvo por el brazo.

—No es eso... Solo que, no lo estás pensando con cabeza fría —argumentó —Hablas de que Pitch está construyendo un infierno, pero podemos detenerlo juntos, somos diez guardianes encargados de acabar con eso, no puedes rendirte antes de empezar la batalla.

Jack pasó una mano por su rostro, desesperado.

—Voy a irme porque no quiero que él toque a mi sobrina, lejos de aquí crecerá en un ambiente tranquilo —trató de hablar con tranquilidad —Además, si decides acompañarme juntos lograremos vivir mejor sin necesidad de matarnos por defender el nombre de un dios poco misericordioso.

La platinada se alejó hacia la ventana y miró hacia el exterior meditando su ofrecimiento.

—No estoy de acuerdo contigo, yo quiero luchar contra Black —dijo sin perder de vista el cielo azul —Además, no puedo abandonar a mi hermana ahora que está en cama. Yo decidí ser guardiana y no me iré solo porque tengo miedo —desvió la mirada hacia Jack —No me voy contigo, lo siento. Te amo mucho, pero mi lugar es aquí.

 Hasta El Fin Del Mundo (Jelsa) [Primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora