Chapter 43

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Elsa observó el rostro de Jack con una mueca, todavía tenía algunas marcas en su frente y mejillas producto de su enfrentamiento. Creyó que se borrarían durante el día, pero sucedió lo contrario, sin embargo, su cara no estaba tan mallugada como antes, solo tenía un par de heridas.

Pasó una mano por todo el contorno de su cara y masajeo sus mejillas como si de un niño se tratase.

—Rapunzel se ha marchado para curar tus heridas, pero estoy yo aquí para ayudarte como sucedió cuando nos enfrentamos a Mérida ¿recuerdas? —mencionó sin detener sus caricias.

—Sí, pero ya no vale la pena, esto se borrará pronto —señaló sus golpes —Yo quisiera saber ¿qué sucedió durante todo este tiempo? ¿Qué hice mientras que era controlado por Black? Solo recuerdo algunas cosas.

Elsa lo envolvió en sus brazos como respuesta y colocó su cabeza sobre el pecho del joven peliblanco.

—Eso ya no importa. Lo que debe interesarte es que ya todo se solucionó y que eres libre —cerró los ojos y se enfocó en el sonido de los latidos de su corazón —Todo ha quedado en el olvido, todo.

Jack se separó de ella con el ceño fruncido.

—No lo creo —negó convencido —No fue una tontería lo que hice, yo... Solo recuerdo que te lastimé, que te dije muchas cosas hirientes y que no te respeté como era debido ¿y ahora tú me dices que todo ha quedado en el olvido? De verdad no comprendo por qué lo dices. Fue terrible mi comportamiento.

La platinada tomó aire por la nariz y lo dejó escapar por la boca, luego reparó en los ojos azules de su acompañante.

—Mira, Jack. Es verdad que ambos nos salimos de control, pero no eras tú quien peleaba sino una copia malvada del verdadero Jack Frost, del que me enamoré —esbozó una sonrisa —El punto es que ese Jack desapareció al igual que el desastre que creamos, todo está solucionado.

De repente, cuando Elsa terminó de hablar, Jack se dejó caer contra el suelo quedando arrodillado frente a la Reina. Luego, abrazó sus piernas y pidió perdón una y otra vez.

—Lo siento tanto. Siento dejarme manipular por Pitch, siento haberte herido, siento todo lo que te dije sin medida. Soy un idiota con una fuerza desmedida y una irracionalidad tremenda —dijo sujetando con más fuerza la falda de la chica —Sé que esa sonrisa que me muestras esconde muchas cosas, una decepción profunda por mi culpa.

Ella se soltó de su agarre y de inmediato se ubicó a su altura para poder verlo directamente a los ojos y poder sujetar su rostro entre sus manos.

—No te mortifiques más. Yo te perdono y tú también perdóname porque yo te herí, solo necesitas verte en un espejo para comprobarlo —quitó unos cabellos blancos que caían por su rostro —Jack, el amor que yo siento por ti me permite poder perdonar y avanzar, pasar la página y quedarme contemplando al verdadero tú.

El pobre chico no pudo soportarlo un minuto más y dejó caer un par de lágrimas de sus ojos claros, símbolo de su arrepentimiento.

—Ah, ah, sin llorar —negó con su dedo y después con ese mismo limpió las gotas saladas de su rostro —¿Que no ves que me harás llorar a mi también? —dijo esto último con la voz entrecortada.

—P...pero es que es inevitable después de escucharte decir eso —sollozó —D... De verdad... Eres una gran persona y... Te amo mucho por eso.

Volvieron a unirse en un necesario abrazo. Jack dejó caer la cabeza en el hombro desnudo de Elsa, mientras que ella masajeaba su espalda. En poco tiempo ambos terminaron llorando ahí, abrazados y con la espera de que su dolor cesara y así poder continuar.

 Hasta El Fin Del Mundo (Jelsa) [Primer Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora