Eterno Retorno [+18]

Capítulo 15

—Lo siento— espeta— joder, lo siento—murmura ¿Qué siente?

—¿Por qué? — Interrogo insegura de si quiero o no escuchar la respuesta.

—Porque no mereces que te follen así— lo miro extrañada ¡¿Qué?!

—¿Así cómo? Llevamos follando de esta manera hace dos días— él niega con su cabeza antes de pasar una mano nerviosa por su cabello.

—No Ivelle, estás llorando como si te hubiera obligado a...—lo interrumpo, la frase por sí sola ya me hiela la sangre.

—No—espeto tajante con un tono de voz tan crudo y frío que capto su atención— tú no me obligaste a nada ¡Joder! ¡Deja de tratarme como si fuera de cristal! —Tiemblo de ira, no soy para nada especial, me gusta follar duro, como animales, estoy acostumbrada a esto y a peores cosas ¿Qué mierda le pasa?

—¡Carajo! ¡¿Por qué no entiendes que no voy a tratarte como si fueras una mierda?! —Exclama con molestia.

—¡A ti te gusta y a mí también! Además, no es tratarme como si fuera una mierda; y si mal no recuerdo a Ginger la follabas así— sus ojos azules se clavan en los míos antes de responder:

—Porque Ginger no significa nada para mí, tú sí— resoplo exasperada ¿Cómo le hago comprender que necesito esa parte primitiva de él?

—No te entiendo—suspiro arrodillándome en el colchón— acabo de follar con un hombre caliente, que le gusta hacerlo exactamente como a mí ¿Por qué mierda te reprimes conmigo? Y no me vengas a decir que es porque significo mucho para ti—gruño—. Verte disfrutar de lo que te hago sentir, me pone tanto como yo a ti...

—Joder, lo sé, a mí también me gusta hacerlo así, pero...

—Ese es el problema, pero ¿Qué? ¿Acaso te he pedido que no lo hagas? No tiene nada malo follar de esa manera, es una de las tantas formas de disfrutar el sexo ¡Joder! Somos jóvenes, libres, fóllame como nos gusta a los dos, así grite y llore es algo que me gusta, que lo disfruto, si lloro es porque el placer me desborda— Dejo salir una gran bocanada de aire de mi boca para después fundirnos en un tenso silencio. Caleb mira el edredón a sus pies antes de alzar su vista a mis ojos.

—¿Qué te han hecho Francis, Josh, Darren y los demás mientras follaban? — Pregunta dejándome atónita. Voy a hablar cuando se me adelanta—, necesito que me lo cuentes, quiero comprenderte.

—Me han asfixiado, Francis me ha azotado la espalda con un cinturón, me escupieron, me abofetearon y demás— su cara es inescrutable, pasea entre el enojo y el horror— entiendo que no te guste, no te estoy pidiendo eso— le aviso— el sexo contigo es increíble y lo de recién fue... como poco, placentero— me sincero.

—¿Te has dejado hace esas cosas? —Susurra incrédulo, trago grueso asintiendo.

—Me he dejado humillar y pisotear por muchos hombres y mujeres Caleb, pero me gusta, no puedo evitarlo, me encanta ver cómo los demás disfrutan haciéndolo— voy a él, subiéndome a horcajadas; el rubio ni se inmuta cuando deslizo mis manos por su cuello—. Tengo mil demonios, cada uno de ellos me penetra los pensamientos de manera particular y contradictoria— intento ser honesta— desde que llegaste los tengo más presentes, y, aunque no lo entiendas, ser maltratada es mi manera de descargar el odio y resentimiento conmigo misma, con el mundo entero.

—¿Por qué? Ivy, yo quiero ayudarte a que eso desaparezca, no quiero alimentarlo más— murmura con desesperación.

—Esa no es tu decisión— su mirada se entristece aún más—. Simplemente no puedo contra ellos, he vivido toda mi vida con esas putas voces en mi cabeza, tanto que he aprendido a convivir con ellas y ya no me apetecen que se vayan— digo—. Soy lo que ves, ni más ni menos— sus ojos me miran, sé que sufre por mí, pero es en vano—. Solo tienes dos opciones Caleb, o me quieres así o me dejas ir—mi barbilla aumenta su temblor a medida que finalizo la frase.