Capítulo 32

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Cada vez que intento volar,

me caigo sin mis alas.

Me siento tan pequeña,

creo que te necesito nene.

Y cada vez que te veo en mis sueños,

veo tu rostro, me persigues.

Creo que te necesito nene.

Everytime - Britney Spears

-Esto es gracias al traidor de tu protector -siseaba Marco, uno de los amigos de Caleb mientras me embestía con sus caderas en el suelo frío y sucio del baño.

Ni a él ni a sus amigos le importaban mis lágrimas, mucho menos mi dolor, el cual me atravesaba de punta a punta el cuerpo ¿Qué hice yo para merecer algo así? Aún estaban sin cicatrizar las heridas del castigo de ayer por no comer todo el almuerzo, pero esa era la menor de mis preocupaciones. Se turnaban entre ellos para follarme, nadie usaba su protección y mucho menos tenían cuidado de no correrse dentro de mí; no era una experta en el tema, acababa de bajarme la regla por primera vez y sé que, a partir de ahora, puedo embarazarme.

Me había cansado de gritar, nadie me oía (o tal vez, nadie quería oírme), por lo que solo esperaba morir al final de todo porque, vivir después de que un grupo de animales te viola, es lo más parecido a ser un muerto viviente ¿O no? Mi defunción definitiva me parecía la manera más hermosa de no amanecer mañana.

La sangre en mi boca tenía un gusto metálico y me ahogaba ya que salía a borbotones de ella después del último golpe. Los cinco adolescentes amaban lo humillada que me veía, que me sentía; sus risas sonaban estruendosas en mi cabeza cuando me oriné del susto y el regocijo en sus ojos cegados por la furia y el placer era desagradable.

-Tu guardián no debía haberse ido, hizo un pacto con nosotros -jadea uno de ellos, pero no me interesa nada de lo que tengan para decirme, mantengo la vista fija en el retrete a pocos pasos de donde yazgo-. Esto es su culpa, aunque también es tuya por usar estas faldas ¿Por qué no vas de pantalones como las demás? -Cuestiona, '¿Porque hace calor?', se pregunta irónicamente mi yo interior. Ni siquiera gasto algo de energía en responder. El mismo moreno me toma por los pezones y los aprieta fuertemente, sollozo-. Responde puta barata -insiste, yo mantengo mi decisión de no hablar.

De pronto sentí un baldazo de agua que me golpeaba con brusquedad y más risas, habían tomado uno de los recipientes con los que juntan el agua que cae por los caños rotos de las cañerías, para zampármelo entero en el cuerpo. Empiezo a tiritar las heridas y el cuerpo me duelen aún más y no logro mantener los ojos abiertos por mucho tiempo. Al fin me desmayo... y ojalá sea para siempre.

-¿Qué? -Jadea mi hermano a mi lado.

En ese momento me doy cuenta de lo que he hecho ¡Mierda! ¡Lo dije! ¡Lo saben! ¡No! Llevo una mano temblorosa a mi boca mientras niego incrédula con la cabeza. No puede ser, se los dije. Ambos me miran consternados, dolidos, impresionados, como si les hubiera clavado una espada kilométrica y pesada en el medio del corazón. 'Muy bien Ivy, mira lo que has causado. Has roto sus corazones, se sentirán culpables por lo que no hicieron cuando la única culpable eres tú', vociferan mis demonios.

El estómago se me revuelve en dos segundos al recordar cada cosa como dardos que se clavan en el blanco, en este caso, mi cerebro. Junto fuerzas desde donde no sabía que tenía y corro hacia el baño más cercano, el del fondo del pasillo y allí me encierro. En tiempo récord me tomo el cabello y lo dejo todo en el váter, sintiendo que del otro lado es mi hermano quien me pregunta si estoy bien, no respondo, no puedo. Me incorporo pensando que no tendría más arcadas, pero me equivoco y vuelvo a vomitar, esta vez de color amarillo. Tiemblo y sollozo sin parar antes de poder sentarme en el suelo con mi cabeza sostenida por mis brazos. Lo he dicho, no hay vuelta atrás debo contarles todo, no puedo escapar más, ni inventar más excusas o mentiras. 'Es hora amiga...', alienta mi yo interior palmeándome un hombro.

Eterno Retorno [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora