Golden Sea (EN EDICIÓN)

Capítulo 30: Un mar opaco

DISCLAIMER: One piece no me pertenece.

ADVERTENCIAS: ( a lo largo del fic): lenguaje vulgar, porno explicito, OC(?), capítulos cortos, AU, un Zoro cachondo todo el tiempo, romance cursi(?), Fluff, trama LENTA.

Al capítulo.

ˏˋ((🌿))

—No.

Zoro suspira, pasándose una mano por los cabellos mientras que el olor a fármaco y alcohol penetra sus fosas nasales

—P-per-

—Ya dije que no.

No entiende las razones de la negativa de Sanji, pero realmente ahora lo que más le preocupa es su estado actual. Hace unas horas llegaron al hospital más cercano e internaron al blondo en una de las salas más espaciosas (no fue de la mejor manera porque les lanzo el dinero en la cara, pero algo era algo) y estaba sentado en una de la filas de sillas pegadas a la pared, con un televisor enfrente con volumen bajo.

También le ofrecieron algo de cuidado a los mínimos golpes que le había dado Niji (por no decir nulos) pero se negó tan rápido como se lo comentaron, no es como si fuera un endeblucho, tenía una resistencia tan envidiable que un par de patadas no lo dañarían ni en chiste.

—Zoro, llegamos lo más rápido posible,

Observa a Nami, que viene con Luffy y un rostro de preocupación total, luego a Usopp que se muerde las uñas en compañía de Chopper que esta a punto de llorar y a el grupo de lo más adultos más calmados, aunque Franky está algo contagiado del sollozo de Tony.

—Dime quien era ese hijo de puta, ¡le pateare el trasero!

Algunas enfermeras lo callan con un sonoro "shh", pero Monkey golpea sus puños con el ceño fruncido.

—No te preocupes, ya me encargue yo.

El líder del grupo relaja la cara y palmea el hombro del peliverde, mucho más tranquilo.

—Bueno, entonces recibió una gran paliza.

Nadie puede negarlo ante tanta pesadumbre y seriedad que embarga a Roronoa ahora mismo, pero parece reaccionar ante la llegada del doctor, que por extraño que parezca su cabello es parecido a alguna flor.

—¿El señor Vinsmoke?

Zoro siente un revoltijo en su estómago parecido a las náuseas cuando escucha ese apellido, pero tiene que asentir ante la pregunta con lentitud.

— Tiene algunas costillas rotas y parece que se cayó encima de algunos vidrios rotos, pero en general nada grave.

El corazón se le encoge de tan poca y dolorosa descripción, pero por lo menos ante el diagnostico de que está bien el alivio lo llena por completo.

—Solo puede pasar una persona, quien qu-

—¡Yo, yo quiero!

Todos se quedan boquiabiertos, hasta Robin que casi nunca se sorprende tiembla de miedo. Luffy levanta la mano interrumpiendo al doctor y Zoro se levanta de la silla bruscamente, echando fuego por la boca.

-Entonces sígame.

No puede creerlo, pero su líder se ha llevado la oportunidad de verlo ahora, y aprieta los puños mascullando el nombre de luffy entre dientes.

—Vamos Zoro.

Nami lo sienta en la silla despacio, asustado de cual cerca es posible que sus cejas se junten del enojo.