Capítulo 41: Posesividad

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DISCLAIMER: One piece no me pertenece.

ADVERTENCIAS: ( a lo largo del fic): lenguaje vulgar, porno explicito, OC(?), capítulos cortos, AU, un Zoro cachondo todo el tiempo, romance cursi(?), Fluff, trama LENTA.

NA: Hola, es para avisar que este capítulo y el siguiente es como un tipo lime(?), esto es como el fluff, contenido solo para entretener. Supongo que volveremos a la trama del fic luego de tanto sexo intenso JAJJAJ.

ˏˋ((🌿))

El delicioso olor de pan horneado logra despertarlo, su nariz se activa como un felino al recibir su ración de comida y palpa el derecho de su cama, pero solo siente la templada temperatura de alguien que acaba de abandonar sus sabanas hace algún tiempo.

—Sanji...

Se restriega el rostro bostezando y se quita luego la sabana. Hace demasiado calor en primavera, pero no puedo dormir desnudo si no quiere al temeroso de su novio declarando dormir en la sala por miedo a que lo ataque a plena madrugada...Sanji se anda con tantas precauciones desde que descubrió su excesiva resistencia que prefiere mantenerlo a raya...aunque siendo sincero eso nunca funciona.

Siempre se sale con la suya.

Se levanta de cama y deja su parte de la cama desorganizada, al rubio le gusta tener todo tan ordenado que hace un radiante contraste, pero no toma la tarea de admirarlo y prefiere salir de su habitación absorbido por el olor de la cocina.

—Hey, cocin-

Desde hace algún tiempo, bueno no, desde siempre y ahora que son pareja, ver al blondo en sus labores matinales es algo que sin lugar a dudas lo hace feliz, poseerlo, tenerlo, saber que en su mente gira él y solo él le permite decir con sinceridad lo dichoso que se siente, y vamos ¿Roronoa Zoro admitiendo estar jodido de amor? Eso ya era viejo.

—Si vienes a molestarme te aconsejo que-¡Hic!

Y lo más placentero, tal vez la cosa que más disfruta de su mundana vida, es poder tocarlo cuando fuese y donde fuese. Sanji es tan malditamente erótico que siempre que puede le echa mano, sobre todo cuando usa poca ropa por el calor, con ese aniñado y gay mandil rosa que es como la cereza de pastel que siempre se toma la molestia de probar.

— ¡Deja de manosearme pervertido!

Aprieta su trasero mordiéndose el labio ¿Qué tan ingenuo es para ponerse un pantalón tan corto? Las erecciones en la mañana son dolorosas sabes.

—No seas— Zoro Bosteza, rodeando su vientre con un fuerte brazo— Aguafiestas.

Sanji esta tan febril que hace temblar la masa que moldea entre sus manos, pero luego chasquea la lengua desviando la mirada y hace un puchero.

—Y se supone yo soy el degenerado.

Sisea, sintiendo como la sonrisa de Zoro se pega a su hombro con su hálito cálido.

—Aunque todavía no entiendo...

El oji-azul divaga, justo cuando Zoro roba de un plato un abrasador croissant echo con las sagradas manos de Sanji .

— ¿Por qué tengo que ser yo...necesariamente el pasi-

Sanji gime cuando la pierna de Roronoa se cuela entre las suyas y siente que toca con su rodilla una sensible parte que inmediatamente lo hace voltear a verlo.

—No sé, tú dímelo.

El peliverde se alza de hombros metiéndose más pan a la boca, y Sanji hierve sintiendo las demandantes manos de Roronoa recorriendo su pecho.

Golden Sea (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora