Capítulo 43: Agriaste mi almuerzo part1

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DISCLAIMER: One piece no me pertenece.

ADVERTENCIAS: ( a lo largo del fic): lenguaje vulgar, porno explicito, OC(?), capítulos cortos, AU, un Zoro cachondo todo el tiempo, romance cursi(?), Fluff, trama LENTA.

Al fic~

ˏˋ((🌿))

Es sofocante, el traje le aprieta y tiene mucho, mucho calor. Momo quisiera estar en cualquier otro lugar que no fuese ese, y los niños que lo acompañan parecen compartir su mismo pensamiento.

—Pss... Momo. —Tama, una aprendiz del dōjō, llama a su compañero aun cuando eso fuese realmente arriesgado— ¿Sabes por qué no vino el sensei? Es realmente aterra-

— ¿Quién está hablando?

Zoro golpea fuertemente un maniquí raído con un sable de bambú y el chasquido de su último golpe llama la atención a Tama, también estremece al grupo de niños. Su maestro le ha pedido que sirva de remplazo mientras que atiende unos asuntos, pero no es propio de él tener que enseñar...y menos a un grupo de mocosos.

—L-Lo siento...maestro...— Tama traga saliva sonriendo nerviosamente, y Zoro la mira con único ojo, terroríficamente serio.

—Si tienes tanto tiempo para hablar en clase ¿Por qué mejor no-

Roronoa se detiene, alguien abre la puerta del dōjō suavemente y se quita los zapatos, entonces el moreno mira al grupo de niños por un momento, cruzándose de brazos.

—Todos vayan por sus sables y practiquen las técnicas que acabo de mostrar.

—P-P-Pero maestro, así no funciona la-

—Dije todos.

Momo deja de quejarse, conoce al señor Roronoa desde hace un tiempo y debe de admitir que es absolutamente aterrador, así que prefiere ir a cumplir con su mandato al igual que todos los niños, mirando con curiosidad la persona recién llegada.

— ¿Qué haces aquí?

Sanji sonríe y Zoro lo contempla. Sabe que está en su regla vestirse de traje siempre ¿Pero no tiene calor? Porque verlo enfundado en tanta capa negra le dan ganas de quitarse la parte superior de su yukata.

—Oh, es que olvidaste algo.

Tama se acerca a observar curioso al igual que Momo, mientras que la cara terrorífica de Roronoa se mantiene.

—Pobre hombre...ha venido cuando el sensei no está de buen humor...

—Nosotros no tenemos la cul-

—-¡M-Momo, mira!

La chica le interrumpe al presenciar algo inaudito. Sanji saca detrás de su espalda una caja de madera lisa y se lo entrega a Zoro, es un Bentō.

—Deje tu almuerzo encima de la mesa pero parece que se te olvido, así que te lo traje antes de que fuera tarde.

Momo no entiende el escándalo de Tama, pero luego ella señala con su barbilla el rostro de Roronoa y lo entiende todo.

—Gracias.

Esta conmovido. No sonríe ni nada pero su rostro demuestra lo agradecido que esta. Por primera vez el demonio del dōjō se ve frágil y apenado, algo nunca antes visto.

—Te hice doble ración de onirigi, pero no puedes tomar en clase así que no te di sak— Roronoa lo besa sorpresivamente y los niños quedan boquiabiertos, okey, nunca imaginaron eso.

— ¡O-Oe, oe, hay niños aquí! — El blondo se cubre la boca acalorado y el peliverde suspira, quiere más que solo un beso.

—Oh, cierto —Y de nuevo se acerca, esta vez tomando su nuca, pero luego Momo se acerca ignorando la escena, algo huele increíblemente bien y su estómago ruge.

Golden Sea (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora