CAPÍTULO XI

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PHILIPH

Había salido pues ese sueño fue demasiado real, ese sentimiento de culpa, el cual jamás se iría. Necesitaba aire y caminé sin rumbo, ya me había acostumbrado al uso de esta forma humana y odiaba aceptarlo pero casi me agradaba, Gabriela se había vuelto a dormir entonces no tenia mayor problema.

Caminé lo que parecieron varias horas en las cuales me serenaba más y más no supe en que momento logré salir del bosque y me encontré en un callejón oscuro, la noche se hacia presente y debía volver sino esa niña me volvería loco con tanta pregunta, Escuché voces al final del callejón, me quedé en silencio y traté de escuchar, <<un llanto>> es de una niña -Calla o no volverás a ver a tu mamá- escuché la voz de un hombre, pero las sombras me decían que habían más de cuatro personas con la niña -No por favor déjenme ir, no me hagan nada, por favor- rogaba la pobre mientras los hombres reían —Solo queremos que cooperes sabemos que en tu casa nadie te espera, nadie te buscará, que eres nada más que un simple estorbo—No podía creer lo que escuchaba —Eres una maldita recogida—dijo uno —Si no nos das lo que queremos le diremos a tu tía que te regrese a la casa hogar—es huérfana ¡Dios! Ayúdame para no cometer una locura —vamos, sabemos que tu padre te hacia lo mismo, tu padrastro, tu primo—y se abalanzaron sobre ella, NO, no le harán más daño a esa pobre criatura ¡nunca más!. Me fui sobre ellos y se los comencé a quitar de encima, mi forma había cambiado a una más feroz la cual me daría un gran ventaja contra ellos.

¿¡Qué diablos!?—dijo uno —Mira si quieres unirte tendrás que esperar— oh no han tocado mi límite, la niña yacía inconsciente en el piso pues uno de los hombres la había propiciado un golpe en la cara, no lo soporté más y me transformé en aquella monstruosa criatura y los acorralé a todos.

—¡Malditos Humanos despreciables! Merecen la muerte inmediata ¡no! Ustedes merecen algo peor, los dejaré vivir en este mundo maldito, maldito por toda su insípida raza la cual pronto acabará por matarse entre ustedes mismos ¿¡Cómo osan intentar dañar a esa pobre niña!? sabía que ustedes tenían razonamiento pero veo que ni lo usan lo tienen más empolvado que las ganas de mejorar este misero mundo—y los dañé lo más posible, causándoles un dolor y sufrimiento inigualable, no les toqué ni un solo centímetro, me encargué que cada uno de ellos sufriera por su misma cuenta, Ellos tenían familias y aunque no lo imaginé sentían afecto hacia la mayor parte de ellas, sus recuerdos fueron lo suficientemente crueles y dañinos que unos inútiles golpes; uno de ellos se intentó suicidar y me di cuenta que mi objetivo se estaba logrando, pero aún así no lo dejé. Los saqué de aquella alucinación y dándoles una grata amenaza de la cual no hablarían de lo sucedido ni dañarían a nadie más, y jamás se acercarían a ese pequeño angelito que había sufrido de ese infierno a tan corta edad.

Se fueron corriendo como alma que lleva el diablo y  me enfoqué en la niña, seguía ahí en posición fetal esperando lo peor. Tomé la forma que uso con Gabriela y le hablé — Hola pequeña, no te haré daño levántate— hablé lo más tranquilo posible, pero por mis venas corría ira incontrolable —Vallase por favor, ya déjenme en paz, déjenme tranquila, yo nunca quise que me sucediera lo que me sucedió ellos me obligaron—me rogó en medio del llanto, pobre criatura ya había perdido su inocencia, su felicidad, su niñez por estos indeseables seres. Lloraba con tal sentimiento que creí que se ahogaba. Nunca en mi vida creí que llegarían a ser tan viles.

pequeña yo sé que has sufrido bastante y ya no confías en nadie pero, te prometo y te juro por la memoria de mi familia que nunca te haría daño, permítete ayudarte por favor— mis palabras salieron como un ruego, yo estaba a punto de llorar, había tenido ese mal presentimiento desde que desperté y ahora me alegraba haber salido.

La pequeña niña alzó por fin la mirada y trató de sentarse, la quise ayudar pero se alejó —¿Por qué lloras?—Dios no me había percatado que lloraba —Es porque estoy triste, no me parece correcto lo que trataron de hacerte, por eso te los he quitado—mencioné tratando de darle más confianza, su ceño se frunció y me observó con extrañeza —gracias— mis ojos se volvieron a llenar de lagrimas al verla así de vulnerable, no podía imaginar por todo lo que ese pequeño ángel pasó, pero en sus ojos vi una fortaleza y valentía inimaginable.

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Después de escuchar a la pequeña le pregunté si quería que la llevara a su casa ya que estaba más tranquila, pero ella se negó rotundamente, no quería volver a esa casa donde la trataban como la peor escoria y me mostró su mochila donde había tomado lo esencial y me contó como se escapó de aquel lugar.

No pude evitar mi sentimentalismo al enterarse que su nombre era Elizabeth y que su difunta madre la llamaba Lizzy, tal cual como yo lo hacia con mi pequeña.

Su vida era feliz hasta que su padre perdió su trabajo y comenzó a beber, dañaba demasiado a su madre hasta que la mató a golpes, el día en que enterraron a su madre él consumió un tipo de droga que lo segó totalmente y al encontrarle un parecido gigante a la madre la tomó por la fuerza hasta que la dejó inconsciente. La policía la entregó con una mujer encargada de una casa hogar donde gracias al cielo había durado poco allá dentro, la vida allí era un infierno y al enterarse que la habían adoptado se alegró mucho, pero su sorpresa fue grande al enterarse que el hombre que había matado a su madre no era su papá sino su padrastro, y la persona que la había adoptado era su verdadero padre le causó pavor, pues un mes después ese hombre la volvió a dañar y al volver a escapar una vecina llamó a la policía y la llevaron de nuevo una casa hogar; en ésta casa no la pasaba tan mal pero investigaron a su familia y la enviaron con un tío de parte de la madre con el cual se encontraba hasta ahora.

Sufrió demasiado a tan corta edad que decidí cuidarla como si fuera mi pequeña Lizzy y la protegería más que a mi vida.













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¡hola! ¿qué les ha parecido?
Prometí hacer más largos los capítulos y lo cumplí :”) denme amor ahre

¿Qué habrían hecho ustedes en su lugar?

Ahora ya sabemos el motivo de enfado de nuestro Philiph. Sé que esto fue muy cruel, pero, tenemos que aceptar que ésta es la realidad de muchos niños en el mundo, seres de los cuales los adultos se aprovechan y los hacen sufrir. Tenemos que ponerle un alto a tantas situaciones como ésta, tenemos que ser alguien de confianza y apoyo hacia alguien que está en el fondo del hoyo y ayudarlo a salir.

Espero que les haya gustado, nos leemos luego

  xxx Steph
  

El sentir del cambio [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora