CAPÍTULO XVIII

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La pequeña Lizzy regresaba de su paseo por la playa, al llegar a la habitación encontró llorando a Gabriela, temía acercase pues si lo hacia y se enfadaba podría reaccionar como su tío y almedentrarla. Lizzy aún era muy recatada con sus acciones, sentía pavor con solo pensar que la regresarían a ese sitio.

—Gabriela— dijo poco audible — Gabriela... ¿Te encuentras bien?— soltó algo más fuerte pero tartamudeaba, su temor era evidente, Gabriela levantó la mirada con un dejo de preocupación y un tanto preocupada que la pequeña la viese así, ya habia pasado por mucho y no deseaba darle mas inseguridad.

—sí cariño, no te preocupes, es solo que me encuentro muy cansada...— dijo sorbiendo el llanto y suavizando su mirada a esa criatura.

—¿extrañas tu casa? ¿a tus papás?— Gabriela la observó un tanto exaltada, los ojos de la pequeña denotaban curiosidad simple e infantil ¿cómo culparla? No tenia ni la mas mínima idea.

— extraño muchas cosas cariño— suspiró y desvió la vista— pero el que era mi hogar y a mis padres sé que no los extrañaré.
Lizzy la observó intrigada, ella siempre quiso conocer a sus padres, tenía demasiadas dudas, además quería conocer la razón por la cual aquella chica de mirada tierna los tenia a ambos y no los extrañaba— ¿te hicieron algo feo?— Gabriela no habia querido tocar ese tema desde que llegó, y decirle a esa pequeña que sus padres eran unos asesinos no era la mejor opción para iniciar a hablar.
Gabriela suspiró — lo cierto es que no todas las personas en el mundo llegan a ser buenas, hay personas con demasiado odio en su corazón, creen que ellos son el centro del universo, y nada repercute, no piensan antes de hablar, dañan sin remordimiento, y a pesar de que suelen ser muy cercanos son los que mas armas tienen para lastimar. —

Philiph las escuchaba desde el otro lado de la puerta, no quería ser inoportuno, pero  sintió una opresión en el corazón al escuchar eso, pero estaba orgulloso de ella, pues se nesecitaba valentía para enfrentar todo aquello.

—no me gusta la gente, ella daña, no quiero volver con ellos nunca— Lizzy ya lloraba al terminar de decirle aquello a Gabriela

—Sé que lo son pequeña, pero te prometo que mientras estés aquí con nosotros no te volverá a suceder nada ¿si? Debes estar tranquila— le brindó un abrazó y besó su frente con certeza— es una promesa...

Philiph no deseaba interrumpir un momento tan íntimo, pero su conciencia no le daría tregua por estar de cotilla.

—Hola chicas, perdonen la indiscreción, pero el pequeño Mauricio y ustedes deben ingerir sus alimentos— dijo éste un tanto cohibido

—¡Claro! El bebé,estabamos tan entretenidas hablando que lo habia olvidado— exclamó la pobre cohibida por olvidarlo— ¡qué rápido pasa el tiempo! Ven preciosa debemos comer— Lizzy la tomó de la mano y se dirigieron a la cocina, Philiph ya se habia adelantado y las esperaba con Mau.

***

¡estoy harta Alvaro! No hay señales de esa mocosa insufrible ¡has algo!— Alvaro cada vez se desesperaba más y más, su paciencia llegaba al límite y su insufrible esposa no le daba tregua, debían encontrarla pronto o todo colapsaría en sus vidas.

Mientras hacía su papel víctima desesperada en búsqueda de su primogénita e única hija, Jannete al llegar a su hogar (si pudiese llamarse así) cada día estaba peor, ya no se podía estar serca de ella sin ser maltratado, física o psicológicamente. Alvaro creyó alguna vez, en su pasado ella cambiaría, la gente con el tiempo lo hace, se repetía constantemente, su belleza era y es incomparable hasta él día de hoy, eso nunca lo dudaría, ella parecía una muñequita de porcelana, su cabello completamente liso, unos hermosos ojos almendra, cejas estructuradamente pobladas, sus pestañas rizadas, unos labios completamente deseables, un figura de infarto y su tez clara, no entendía como podía conservarse de ese modo. Jamás olvidaría la primera vez que la vio, no podía quitar la vista de ella en aquel restaurante un tanto modesto, charlaba animadamente con un joven, según sus propias especulaciones uno de los meseros del lugar, se le veía extremadamente hermosa con esa sonrisa radiante. Durante un tiempo estuvo siguiéndole constantemente a aquel sitio, siempre a la distancia pues adoraba verla sonreír. Su ilusión creció y creció a tal modo que no se conformó verla de lejos, de a poco inició a cortejarla, mínimamente pues el era un total caballero, situación que Jeanette evitó por completo, aclarando que estaba en una relación y no deseaba nada con él, Alvaro no desistió tan fácil, comenzó a frecuentar los mismos sitios que ella y su familia y al poder observar al joven tan atento hacia su hija dieron inicio a la investigación sobre su persona. No es de mas decir que la economía de Alvaro y su familia era verdaderamente lo que necesitaban para subsistir mas años con su fortuna intacta y pues les llegaba como anillo al dedo, necesitaban dinero y Alvaro tenía el suficiente; la familia de Jeanette sabía muy bien de los amoríos con aquel pobre diablo así que un día sin mas este desapareció sin dejar rastro, dejando únicamente una carta para que esta dama lo olvidara y odiase por completo, dicha carta afirmaba que la había buscado por su dinero y su virtud de la cual alardeaba haberse llevado sin remordimiento alguno, ya había conseguido lo deseado y no deseaba verla nunca mas en su existencia en este planeta.

Jeanette quedó completamente destrozada, ella había perdido la cabeza por aquel joven, se entregó en cuerpo y alma, no le importó que su familia la dejara sin nada con tal de estar junto a él, ella dio todo y él se lo quedó. Ahora ya nada le importaba, su familia la manipuló a la perfección y terminó aceptando la propuesta de Alvaro sin ditubiar y un mes luego se casaron, la familia de Jeanette no quería esperar demasiado pues los unieron por bienes mancomunados.

Jeanette aborrecía a Gabriela, pues ella era producto de ese estúpido enamoramiento e insufrible error que ella había cometido al dejarse llevar a tal grado, su familia,  allegados y amigos se lo advirtieron no lo veían con buenos ojos, pero ella coknfió ciegamente en él y la traicionó, ella confiaba en su amor de libro su "príncipe", como lo llamaba habia sido una treta más de su familia para contraer matrimonio con Alvaro y lo dejó pasar, pero dejó que las aguas se apasiguaran y contrató a un investigador privado que, para su desgracia solo confirmó que la habían embaucado descaradamente.

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Holi 🤪

Ya volví, lo siento, he estado algo ocupadita :'v perooo este capítulo recompensa la tardanza (eso espero)

¿opiniones?

¿ganas de matarme? Ustedes pierden si lo hacen xD


El sentir del cambio [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora