CAPÍTULO XXXI

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Hola, gente les cuento que no lo edité, tengo un dolor de cabeza horrible, pero se los debía. Disfruten la lectura.



Gabriela


Desde que Evan se fue, tengo una vacío en mi interior. Se despidió dándome un abrazo tan fuerte que creí que iba a quebrarme en cualquier momento h contarle todo, como pude me solté de él, lo comprendió bien pues me dio mi espacio, me dijo que hablaría con mi madre para que lo dejara verme de nuevo, yo solo pude verlo irse, no le dije nada, no puedo confiar en nadie.

Estoy muy preocupada por Katherine, no sé que hizo con ella y un dolor agudo en mi cabeza hace que me sienta débil.

—Ten, tienes que comer— estoy sentada en el suelo de la habitación, tengo vista hacia la puerta y tengo clara la visión de quién entra y es mi padre— Anda, no me iré hasta que comas— suena extraño, cansado y a la vez enfurecido.

—Y yo no comeré nada hasta que te vayas y me cerciores que no tiene nada— el alza las cejas con sorpresa — la última vez que tomé de la comida que me dieron desperté en un cuarto donde Jannete me torturó — eso último salió en un susurro cargado de odio.

— mi culpa no es que tú no trates de cooperar por la buenas niña— sí, ahí estaba de nuevo, nada más era cuestión de tiempo para que el ogro saliera— así que te comes eso, sin rechistar — no podía negarme, moría de hambre y no podía darme el lujo de volverme a sentí débil, debía de estar fuerte para poder escapar.

Al acabar de comer, comencé a sentirme cansada, mi cabeza comenzó a darme vueltas y mi vista comenzó a tornarse borrosa, mi cuerpo se sentía pesado, no me sentía dueña de mí. En la lejanía escuché voces —una discusión— intenté agudizar mi oído lo más que pude.

—¿ahora qué le pusiste en la comida?

—¿qué, te comienzas a sentir mal? Por favor Alvaro, no me hagas reír.

—dormida no dirá nada.

—Depierta tampoco, pero su amiga quizá, al verla así, agonizante...

—¿la estás matando?

—Actúa muy lento, tranquilo, no morirá instantáneamente, solo durará lo necesario, ella en algún momento cederá ante Evan, le contará dónde esconde al bastardo y me desaré de ella, total en la familia hay rastro de problemas del corazón...— va a matarme, van a matarme.

—¡Esto es inaudito!

—Lo dice quién asesinó al novio de su hija frente a sus ojos en venganza ¡no seas hipócrita!— mis ojos comenzaron a picar, el llanto brotó de mí y el sueño me venció.

***


Una suave caricia, en mi rostro trataba de sacarme de la bruma donde Morfeo me tenía cautiva, donde sentía paz, mis ojos trataron de abrirse pero aún me pesaban así que tarde un poco más de lo esperado en abrirlos por completo, unos ojos miel captaron mi atención.

—Vaya, hasta que despierta la bella durmiente— dijo soltando una risa dulce, esbozando una sonrisa ladina.

—hola— dije con la voz pastosa por la falta de uso —¿cuánto tiempo estuve dormida?— los recuerdos de la conversación de mis padres cayeron como un balde de agua fría y apartándome de su tacto con brutalidad, Evan retrocedió notando mi estado taciturno y retraído.

El sentir del cambio [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora