El sentir del cambio [COMPLETA]

CAPÍTULO XXI

Gabriela se sentía tan dolida, preocupada, ese ser tan especial que la había acogido y dado abrigo le acababa de confesar que se deterioraba, era tan sofocante saberlo y no poder ayudar, saber su conexión tan grande con el planeta y ser una de las responsables de aquello. Recordó las veces que había salido con sus compañeros y habían dejado los residuos sin más, la tierra les proveía todo y ellos nada más acababan los recursos.

Mientras Philiph se preparaba para su viaje, tenía una sensación de nostalgia, ya hacia más de diez años que no salía de ese lugar y ahora estaba dispuesto a adentrarse a otro país por tres humanos que le regresaron su vida, una guerra estaba a punto de empezar y no estaba dispuesto a tenerlos en medio. Philiph sabia que era demasiado arriesgado llevar a Gabriela y a los niños a Guatemala pues seria el primer lugar donde los buscarían, necesitaba tenerlos lejos por el bien de todos.

-Gabriela- la llamó suavemente- necesito hablar contigo un momento por favor- algo en su tono de voz denotaba tristeza y resignación algo que puso a Gabriela más preocupada.

-Sí, claro dime- dijo un poco cabizbaja

-debo viajar unos días...- los ojos de Gabriela se abrieron de golpe, un pinchazo de terror la invadió pero aún así lo instó a que siguiera. Philiph suspiró y prosiguió- será a lo mucho una semana y media, tengo que arreglar unos asuntos...-dijo evitando mirarla a los ojos- no quiero que te preocupes por nada por favor, trata de mantenerte tranquila y no salgas demasiado en mi ausencia-

-sí, estaré lo más pasible, pero quiero que te cuides mucho por favor- tenía una opresión demasiado horrible en su pecho.

Philiph la observó con ternura, se preocupaba por el como si fuera el mismo Mauricio, ese pequeño que tanto adoraba, sin duda los extrañaría, esperaba que al terminar todo pudiera verlos al menos una última vez...

-Tranquila niña, prometo cuidarme, así como sé que cuidarás de Mau y Lizzy- le dio un gran abrazo, que quizá pudiese ser el último

Antes de dirigirse al aeropuerto pasó por el pueblo, quería saber más sobre los padres de Gabriela, las habladurías del pueblo habían cesado, todos en el pueblo estaban de lo más extraños, todos desconfiaban de todos ¿qué habría pasado? Entonces fue en búsqueda de uno de los borrachos del pueblo, unas monedas y le contaría todo. Fue complicado encontrarlo, las calles yacían desiertas, sin duda tendría que andar con cuidado. Al encontrarlo lo que le contó fue de lo más escalofriante, todo el pueblo estaba aterrorizado, los padres de Gabriela perdieron la cabeza al no encontrarla, todo se volvió un caos, los Riquelme comenzaron a cerrarles puertas a todo aquel que no la buscara, desconfiaban de todos, inclusive le dijo que enviaron a mucha gente a morir en las fauces de la criatura, nadie deseaba salir, pues al verse más sano lo enviaban allí. Philiph no lo pensó mucho, debía alejarse del pueblo sino sospecharían de él y no era conveniente que lo siguieran, ya iba saliendo de una de las tienda cuando cayó en cuenta de que lo seguían <<perfecto, lo que le faltaba>> regresó al baño y cambió su forma, estudió al personaje que lo seguía, no podía pasar de los cuarenta y cinco años, hablaba por teléfono se le veía frustado así que decidió acercarse y escuchar atentamente lo que decía-

-...no, lo seguí... entró al baño... no tengo idea... sí lo vi salir del bosque... pues claro que no lo dejaré ir... no, no comprendo como ha salido vivo de allí- Philiph debía salir de allí ya, estaba poniendo en riesgo todo. Se dirigió a la salida mostrándose indiferente, se fijó que no lo siguieran y abordó un taxi; este lo dejó en un parque cercano al aeropuerto y allí siguió a pie. Ya estando en el avión tomó uno de los libros que había llevado para el viaje, pero no pudo concentrarse, por primera vez en mucho tiempo, tenía miedo, miedo de siquiera pensar que les fuera a pasar algo malo a esos tres seres que estaban dependiendo de si.

Al llegar a Guatemala, se sintió en casa desde el primer momento, aunque el calor era un poco más fuerte al de su hogar, el viaje fue algo tedioso, necesitaba llegar con los padres de Katherin en la brevedad posible. Luego de casi cinco de horas de viaje llegó, el pueblo era bastante pacífico, sabia que a Gabriela le encantaría. Cuando encontró la casa tocó y fue la misma Katherin quién lo recibió con un gesto de duda en su rostro.

-Hola- dijo ella extrañada, nunca había visto en su vida a aquel hombre

-hola, necesito de tu ayuda...

*

Holaaaa ¿cómo están?
(Capítulo relámpago)
Lamento la tardanza y  sé que el capítulo el algo cortito pero la universidad no me ha dado tregua jeje, así que a los que sigan por aquí ¡mil gracias valen mil! Así que me despido y prometo ausentarme menos los amo chao