-Tú y tus estúpidas amenazas de muerte, ridículo ¿cómo lo harás? -todo en Álvaro denotaba ironía, no la creía capaz, y si lo fuera lo hubiese hecho hace años, si seguía con vida era por que de algo le servía obviamente.
-No me retes Álvaro, conoces muy bien cada uno de mis alcances -Jannete lo señalaba con el dedo.
-Si, si tú y tus alcances-dijo rodando los ojos, la conocía pero prefería la muerte a tenerla que soportar una década más, ya no había rastro de aquella hermosa mujer carismática de la cual se había enamorado años atrás - ahora utiliza tus putos alcances y levanta a tu hija de suelo que la has dejado inconsciente, además tienes que limpiar la sangre que no deja de brotar de su cabeza.
-¡También es tu hija, hazlo tu!- Alvaro comenzó a reír a carcajadas y se marchó cerrando la puerta, dejando a Jannete con a palabra en la boca y realmente furiosa.
Jeannete volvió a ver a Gabriela que yacía inconsciente en el suelo de su sala, con desdén y la dejó desangrarse, salió de la casa sin ningún interés por el bienestar de su hija.
La única mujer del servicio que había soportado a los Arellano era la señora Antonia, constaba ya de cuarenta y seis años y nunca se casó, hizo todo en su poder para hacer de Gabriela una mujer de bien, al verla desangrándose en el suelo inconsciente, corrió con lágrimas en los ojos a revisarla, llevó a la que fue su habitación y la sedó para no sufriera en demasía, esa pobre niña había pasado por mucho y si en ella estaba no permitiría que la dañarán más.
No había rastro de los Arellano, era como si la tierra se los hubiese tragado
¿para qué querían a Gabriela de vuelta?
¿cuál era el motivo para tenerla como su prisionera?
***
Gabriela gimió entre sueños, en un intento de abrir los ojos pero se notaba lo mucho que le costaba— Tranquila pequeña, estarás bien ¿si? No te muevas mucho, descansa lo más posible, debemos aprovechar la soledad de la casa— Gabriela abrió los ojos apenas intentando acoplarse al lugar donde se encontraba, Antonia a pesar de asegurar que se encontraban solas hablaba en susurros, lo que suponía era que las habían dejado bajo sumo cuidado.
Antonia nunca entendió como Jeannete no la despidió hace años, siempre le decía que alcahueteba demasiado a Gabriela y debía ponerle mano dura, pero creía que en el fondo ella quiso a su hija, solo que las circunstancias de la vida la llevaron a tomar desiciones nefastas en su vida.
—Na-na...— Antonia le indicó con un gesto guardara silencio, rápidamente Gabriela cumplió la orden, poco a poco Antonia la acomodó mejor en la cama para que pudiera engullir alimento, así pasaron los minutos en silencio, hasta que Gabriela volvió a quedarse dormida.
***
—No puedes hacerlo Antonia, podrían matarte— Mateo uno de los guarda espaldas de Alvaro, trataba de hace la entrar en razón.
—No puedo quedarme solo así, sin hacer nada y puedo ayudar— Antonia trataba de no levantar la voz pero, su frustración era demasiada y no contar con el apoyo de Mateo la enfadaba más. — anda muchacho ¿vas a ayudarme, verdad? Sabes que es lo correcto— esperaba y este le proporcionara su apoyo, pero estaba resultando un hueso duro de roer.
—Antonia... No puedo permitir que te dañen— su rostro demostraba lo contrariado en que se encontraba, su ceño fruncido y con su boca hacía una mueca. Antonia apretó los labios con furia.
—A mí no permites que me dañen y a esa pobre niña sí— soltó una risa seca denotando ironía — si, un gran hombre ¿qué te sucede Mateo? Te creía mejor persona, más humana...— con decepción, Antonia se dio la vuelta para ir a revisar a Gabriela.
Mateo aún contrariado se frotó en rostro con enfado y la nombró a lo que ella regresó su atención y éste le tendió su móvil —solo, solo apresurate, yo estaré por allá vigilando que nadie te escuché y mucho menos lo haré yo— como dijo, caminó llevando sus manos a su cabello negando y soltando un gran suspiro.
Antonia sintió que el alma le regresó al cuerpo, una esperanza... Ella debía ser libre así que corrió a su cuarto a buscar el número de la niña Katherine y procedió a llamarle.
Aló— respondieron al otro lado del auricular—¿niña Katherine, es usted?— Antonia hablaba muy rápido, estaba asustada
—sí, nana, soy yo— entre todo ese temor Antonia sonrió, solo ellas la llamaban de ese modo y su pecho se hinchaba de orgullo —¿qué sucede?— Antonia no lo soportó, y antes de poder hablar, un sollozo salió sin su permiso—Es mi niña, está muy mal, la señora le ha dado una gran golpiza— el llanto crecía y su voz salía entrecortada pero trataba de mantenerla en susurros
—¿pero cómo nana, acaso no está desaparecida?——la han encontrado hace dos días, en una playa, y la han dejado inconsciente luego de la golpiza—
—¡no puede ser! ¿el bebé, cómo está nana?—
—ha llegado sola, niña, sé que debo agradecer a Dios que esa criatura esté segura en algún lado, pero estoy muy preocupada por ella, necesito sacarla de éste infierno— se escuchó algo caer y unos pasos se avecinaban, Antonia debia acabar rápido
—haré todo lo posible por ir nana, sabes lo difícil que me es viajar—
—lo sé querida, apresurate por favor— un estruendo hizo que el móvil cayera de sus manos y volteando rápidamente los ojos de Antonia se encontraron con los furiosos de Jeannete, ésta le propinó una bofetada tan fuerte que la hizo caer.
—¿Qué carajo te crees?— gritaba como maniática–otra bofetada– ¿cómo te has atrevido?—Antonia la observaba demasiado confundida — Ahh, no, no necesito que te has la estúpida que sé muy bien que le has estado diciendo a él lo "mal que la pasa Gabriela"—esas palabras las soltó con una voz chillona— eres una cotilla de mierda, debí deshacerme de ti desde hace mucho—dijo propiciándole otra fuerte bofetada que provocó que el labio de Antonia sangrara— ¿y? ¿no piensas decirme nada— soltó Jeannete con desdén —
—Mi niña Gabriela no merece esto, y si su padre biológico puede darle amor y felicidad de lo cual ella carece aquí estoy de acuerdo con ello— al finalizar sus palabras sintió un hormigueo en el rostro y de nuevo un dolor agudo, le había dado otro golpe, pero Antonia no se quejaba de ello, prefería pasar por ese dolor ella a que esa mujer descargara su ira con Gabriela.
∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆
Holaaaa
Creo que este capítulo si está más largo, se viene lo bueno señores y señoras ya veremos más adelante ;) ;)
Bueno espero y les haya parecido, estoy tratando de escribir más seguido peeero se me está dificultando un poco, quiero llegar a eso que he estado omitiendo por que "no quiero acabar esto"¡nos leemos pronto! 🤗
ESTÁS LEYENDO
El sentir del cambio [COMPLETA]
General FictionPhiliph aborrece a los seres humanos, cada vez se decepciona más de ellos, ellos le arrebataron lo que más amaba. Gabriela está envuelta en un dilema muy grande, huye de su familia por un "error" cometido por amor. ¿sentirán el cambio al compartir...