CAPÍTULO XXV

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Luego de hablar con Katherine tener ya fijo el plan, Philiph comenzó a sentirse mal, inició con un dolor de cabeza, luego un dolor en su corazón que poco a poco lo  ahogaba, luego se sintió mareado y cayó a la inconsciencia.

Katherine se aterró, al ver a aquel hombre que caía al suelo ¿qué podía hacer ella? Como pudo lo arrastró hacia el sofá y le tocó la frente se sentía febril y  corrió a buscar unas toallas y agua para calmar la fiebre.

La fiebre fue tan fuerte que al bajar llego a estar dormido durante casi dos días, para Katherine fue un gran alivio que sus padres se encontraran de viaje pues al correr las horas Philiph dejó de ser un hombre y se dejó ver como es verdaderamente. Katherine creyó que se había vuelto loca, que iniciaba a alucinar, hasta creyó que la sopa que había comido se habia pasado de la fecha de vencimiento, pero no, cada vez que volvía a verlo seguía igual, no podía llamar a alguien, nadie le creería y por ende llamarían a sus padres informando que algo andaba mal, dejó un poco de comida y agua a una distancia prudente de Philiph y luego salió por piernas a encerrase a su cuarto, no sin antes llevar los viáticos necesarios para sobrevivir a su próximo encierro ¡gracias a Dios, tenía su propio baño!

Al día siguiente la despertó unos suaves golpes en la puerta, y la voz de aquel ser que le ponía los pelos de punta.

—¿Katherine, está ahí?— ella se puso de pie y rápidamente cogió la lámpara a su lado, creyendo que le serviría de defensa.

—¿qué eres?— dijo con los nervios a flor de piel

—¿qué? ¿a qué te refieres?—

—Dime qué eres, porque humano está muy claro que no lo eres —

—Creo que me confundes más de lo que estoy, necesito saber qué me pasó, por qué sigo aquí — aún sin abrir la puerta, Katherine no se atrevía a moverse.

—No te responderé hasta que me digas lo que eres— estaba aterrada ¿por qué la vida se empeñaba a llevarla al caos? Se dijo a si misma. Escuchó un suspiro.

—¿qué has visto?— Philiph no lo podía creer ¿cómo le había pasado esto de nuevo? Y lo peor, lejos, en un lugar desconocido

—tú-tú te-te ha-haz co-convertido en algo pa-parecido a u-un a-animal o u-una pla-planta— odiaba que debido al miedo tartamudeaba de ese modo, apretó más la lámpara y esperó una respuesta.

—Debes tranquilizarte, no te haré daño—

—¿cómo puedo estar segura de eso?

—Pues, que, si planeara hacerlo, ya lo hubiese hecho ¿no crees?— tenía un punto, pero se estaba desviando

—Qué eres...— volvió a preguntar en un susurro— Philiph colocó una de sus manos en el puente de su nariz, luego la pasó por el cabello, debía decírselo ya no le quedaba de otra, de seguro hasta fotografías tendría a este punto.

—Bien ¿Podrías abrir la puerta? Es de muy mala educación lo que haces—

—No pienso arriesgarme— ah pero que tozuda era ésta niña, se dijo Philiph tomándose la cabeza entre las manos

—soy un herbaliano ¿si? Ahora abre la puerta y te contaré lo que desees saber, pero recuerda que esto es un trueque y tú, también debes cumplir — a regañadientes se dirigió a la puerta y salió aún con la lampara en la mano, podría mostrarse segura, pero Philiph sabía que estaba muerta de miedo.

—¿un qué?— dijo apretando la lampara

—mmnhu, un trueque ¿si sabes lo que es?— ella asintió colocando los ojos en blanco, ese ser si sabía negociar, no podía negarlo.

—Está bueno pues ¿qué quieres saber?—

—tienes una forma, bastante particular para expresarte pero, no diré más— Katherine volvió a poner los ojos en blanco— Okay necesito saber por qué desperté en tu sillón tres días después de nuestra plática —

—Me dijiste que te sentías un poco más, fui por un vaso de agua, pues te veías hasta pálido y cuando regresé ¡estabas tirado en el suelo ardiendo en fiebre! — tenía sentido, haber dejado el lugar donde residía y cambiar de aires con demasiada fiereza había sido algo caótico para su cuerpo— o sea ¡no tenía idea alguna de qué hacer! Y luego te convenrtiste en eso que no sé que fregados es y por poco enloquezco ¡por la gran puchica! ¿haces eso siempre?— Philph debía calmarla, se notaba que estaba a punto de entrar a un ataque de pánico.

—Ya, tranquila, ya te he dicho que soy un Herbaliano, me asocio con la naturaleza, con todo ser vivo y creo que el clima no me ha sentado de maravilla.

—Pues me has dado el susto de mi vida, por poco te saco al chucho del vecino— Philiph estaba desconcertado, esa niña tenía un vocabulario bastante extraño, y algunas palabras no las comprendía del todo y al ver en su rostro confusión ésta habló — un perro— él abrió su boca formando una "O" luego de ser aclarada su duda.

—bueno, pues como vez no será necesario que traigas al chucho del vecino— ella soltó una carcajada, y ya más calmada escuchó todo lo referente a los Herbalianos y logró apasiguar un poco su inquietud.

—entonces ¿los has dejado solos? ¡¿como se te ocurre?! — Katherine volvió a alterarse, se notaba que esa chica vivía bajo presión — debes irte, ellos no se dan por vencidos tan fácil, te lo digo por experiencia— el sonido del celular los desvío de la plática — oh, no— llevó una mano a la boca y luego la posó en su cabeza y jalando sus cabellos con preocupación.

—¿qué sucede—

—es la nana de Gabriela—dice Miranda de él a el celular— hace mucho que no me llama, y sus llamadas nunca son de buen augurio—

—bueno, pues sea lo que sea ¡contesta ese cacharro!—

Aló— se escuchaba una respiración bastante precipitada — ¿niña Katherine, es usted?—

—sí, nana, soy yo— después de un tiempo se había acustumbrado a llamarla de ese modo— ¿qué sucede?— se escuchó un sollozo al otro lado de la línea

Es mi niña, está muy mal, la señora le ha dado una gran golpiza— su voz sonaba quebrada y lo decía en susurro, era consciente que si la encontraban estaría en graves aprietos—

—¿pero cómo nana, acaso no está desaparecida?— Katherine se mordía las uñas de la desesperación, Philiph a su lado con un ademán le pidió colocar el altavoz.

la han encontrado hace dos días, en una playa, y la han dejado inconsciente luego de la golpiza—

¡no puede ser! ¿el bebé, cómo está nana?—

ha llegado sola, niña, sé que debo agradecer a Dios que esa criatura esté segura en algún lado, pero estoy muy preocupada por ella, necesito sacarla de éste infierno—Katherine volteó su vista ya cristalizada a Philiph que le hizo ver que ella no podía viajar

Haré todo lo posible por ir nana, sabes lo difícil que me es viajar—

lo sé querida, apresurate por favor— un estruendo se escuchó y la llamada finalizó, eso terminó de alterarla ¿la habrían descubierto?

—Debes calmarte yo saldré ahora mismo y la sacaré de allí, espero que los niños estén bien...

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Holaaaaa ¡he vuelto!
¡feliz año nuevo!
Arrancamos un nuevo año ¡que boneto!
Creo que me salió bonito el capítulo, mis instintos asesinos no salieron, no me siento bien matando gente en estás fechas ( son bastante duras para mí) hace un año falleció mi tío y fue algo duro, iniciar el año de ese modo, pero, siempre debemos ser optimistas y salir adelante.

Espero y sea de su agrado el cap,  y pues dado a que en la universidad me explotaron el mes pasado no pude actualizar con la regularidad que hubiese querido perooo ¡tengo dos semanotas de vacaciones! Y luego voy pa' dentro de nuevo xd

Gracias por leer y sin más nos leemos luego, chao

El sentir del cambio [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora