[Te amo, Grazer.]

23. La boda

E M I L Y

-¡¿Dónde está el ramo?!-Preguntó Emiliana exasperada.

-¡Aquí lo tengo yo!-Respondió desde abajo una de mis primas.

Todas estábamos en casa de mi abuela materna, que por ser la más grande en la familia fue elegida como un lugar perfecto para la ceremonia, todos, incluyendo familiares y amigos fueron invitados para celebrar la boda, cabe recalcar que nuestra familia era muy pequeña comparada con la de Adam.

-¿Luzco bien?-preguntó ella, viéndose en el espejo con su vestido de novia, mis ojos se cristalizaron al verla tan alegre.

-Estás perfecta-sonreí y me abrazó.

Estos últimos días no habían sido los mejores para mí, pero sin duda alguna estar frente a mi hermana y verla unos minutos antes de ser una mujer casada me ponía feliz y al mismo tiempo meláncolica.

Ya es toda una mujer.

-Eres la mejor, ¿sabes?

-Lo sé-respondí con suficiencia.

-¡Bajen ya chicas!-Gritó mi tía Marie desde abajo, todas las personas esperaban impacientes en el patio trasero de la planta baja.

-Estoy muy nerviosa-murmuró Emiliana mientras bajábamos las escaleras.

-Estarás bien Lani, la que debería estar nerviosa sería yo, voy a dar un discurso para más de cuarenta personas-respondí.

Habían aproximadamente unas cincuenta y cinco personas, no era mucho tratándose de una boda, pero la familia de ambos no es muy enorme que digamos, para mí seguía siendo multitud dedicar palabras de motivación a más de cinco.

-Lo harás increíble, de eso estoy segura.

Yo lucía un vestido elegante de color negro que resaltaba entre los demás, y un poco de maquillaje que me había hecho mi prima.

《Siempre ropa oscura Emily》

Ya lo sé, ya lo sé.

Al llegar abajo, dejamos a Lani tras la puerta principal que llevaba hacia el patio (que vendría siendo la entrada a la ceremonia), mientras mis primas, mi tía y yo cruzamos la otra puerta para sentarnos junto a los demás presentes.

Observé a James y a Allison entre la multitud y me senté con ellos, Allison había sido invitada por cortesía de parte de mi hermana ayer por la noche un momento después de haberle contado todo lo que me estaba sucediendo últimamente y lo mucho que me había ayudado ella ante esa situación, ella estrenaba un vestido azul celeste que combinaba con sus ojos, no llevaba sus típicos lentes sino un maquillaje muy elaborado que hacía resaltar sus mejillas rosas y su rubia cabellera.

Sonreí a su lado y me devolvió la sonrisa mostrando sus tiernos hoyuelos.

Sin duda, la princesa del lugar.

James quien estaba a mi otro lado lucía un smoking azul oscuro y un moño rojo atado alrededor de su cuello.

Que elegante luce hoy.

-Ulalá mademoiselle.-recitó James en francés con picardía.

-Lo sé James, lo sé.

La típica música de las bodas empezó a sonar en el salón, indicando el comienzo del evento, todos observaron la puerta de entrada en el momento en que mi hermana la cruzó, nos pusimos de pie aplaudiendo mientras ella cruzaba la entrada junto al padre de Adam, quien por obvias razones estaba pasando junto a ella hasta el altar.