[Te amo, Grazer.]

13. ¿Reconciliación?

E M I L Y

Viernes por la noche.

Como solía hacerlo las mayorías de las veces tomé un libro y me metí a mi habitación, la semana pasada fui a esa horrible fiesta y me negaba rotundamente a volver a pasar por un lugar como ese.

Empecé a leer el libro que me había obsequiado la señorita Colleman, éste no era el primer libro que me obsequiaba, cada vez que me ve deprimida me regala un libro, y debo decir que tengo mas libros que ganas de vivir.

Me encuentro concentrada leyendo, tomo un sorbo de mi taza de café, afuera los relámpagos son mas que visibles a través de las ventanas de mi habitación, esto significa que pronto lloverá, una pequeña sensación de satisfacción me recorrió el cuerpo cuando recordé que hoy es viernes.

Viernes+libros+lluvia+Café=Día perfecto, o al menos para mí.

De pronto mi teléfono vibra, aparto la vista del libro para observar el celular que está sobre la mesita de noche, pienso antes de tomarlo, últimamente Jack me había estado enviando mensajes y rogándome que lo perdonara.

Me ponía a pensar, ¿Qué hizo que éste chico en tan poco tiempo tuviera una clase de interés por mí? no lo entendía de ninguna forma.

Tambien pensaba en que estaba siendo una completa idiota con él, en algún momento del día llegaba la imagen de Jack con su carita toda preciosa acercándose a mí.

No.

No puedo.

Resoplé con molestia, cerré el libro y tomé mi celular. Tenía un mensaje, pero no era de quien pensaba.
Era de Sara.

Hey, Emily, sé que no hemos hablado desde hace mucho, la verdad siento mucho lo que ha pasado, pero quiero hacer las pases contigo ¿si?, en caso de que aceptes ir, te esperaré en el club the party esta noche, tranquila, yo te ayudaré a entrar sin necesidad de tener 18 años :), te espero hoy a las 10 xoxo.
Sara.

Mi desconfianza seguía ahí, pero, quería creer que realmente ella quería arreglar las cosas, yo también quería hacer las pases, recuperar una amistad me haría sentir mejor en estos momentos, y mas una amistad como la que tuvimos Sara y yo.

Le envié un whatsapp a James.

Iré a un club esta noche, veré a Sara, haremos las pases.

De inmediato recibí respuesta:

¿¡Estás loca?!, ¿Cuál club?, iré contigo.

Pensé un instante, tal vez Sara y yo necesitaríamos un poco de privacidad, sin contar que James era una persona nueva para Sara porque jamás llegamos a estar los tres juntos.

Debo ir sola.

Mientras esperaba respuesta de James tomé algunas prendas dispuesta a ir a aquél lugar para ver a Sara, había dicho que jamás volvería a un lugar así considerando que mi última vez no fue la mejor, pero es mi amiga, o eso espero que volvamos a ser esta noche.

Suenas a esa típica frase de películas en la que la chica termina siendo secuestrada y el chico va y la rescata, ese chico no voy a ser yo querida.
Dime donde y cuando. Fin del tema.

Resoplé con disgusto y le respondí:

Bien, será en el club the party, dentro de una hora, te espero allí, recuerda que necesitaremos nuestro espacio para hablar de todo, tú solo no lo arruines, y no te emborraches, mantente en la línea, te veré después de hablar con ella en la barra principal.

Envié la respuesta y me dispuse a bañarme, me cambié de ropa, como no tenía ganas de arreglarme, uno, porque en mis planes no estaba salir hoy, y dos, porque no estaría allá mas tiempo del necesario, así que me puse un jean negro y una camiseta blanca, me puse unos tenis básicos, amarré mi cabello en una cola alta, y listo.

Salí de mi habitación y me topé con mi hermana, me miró sorprendida y alzó una ceja con sospecha.

-¿Hacia dónde vas con esas fachas hermana mía?

-¿Qué tienen de malo mis "fachas"?-Dije ofendida.

-Bueno, considerando que son las 9 de la noche y que hoy es viernes, dudo mucho que vayas a la biblioteca o algo así.

-Iré a casa de James, veremos una película.-Mentí

Ella cruzó sus brazos y entrecerró los ojos.

-¿Qué?

-No me trago ese cuento de que James es gay.

Rodé los ojos ya harta.

-Se me hace tarde, adiós.

Me dirigí hacia la puerta para abrirla, sentí el aire frío y la brisa sobre mi rostro.

-Lleva una chaqueta, probablemente llueva, no llegues tarde.

Tomé la chaqueta del perchero en la sala y me la amarré en la cintura.

-Y...Emi..

Hice un ademán para que continuara.

-¿Qué ha pasado entre tú y Sara?

Exhalé y la vi directo a los ojos.

-Eso es lo que intentaré entender.

Ella me dio una mirada confundida ante mi respuesta, yo solo dejé las dudas en el aire y salí a la calle para tomar un taxi e ir camino a el club.

***

Ya adentro el olor a alcohol y otras sustancias ilegales inundó mis fosas nasales causándome nauseas.

¿Qué tan enojada estaba ese día como para atreverme a beber tanto de esa cosa asquerosa?

O peor aún, ¿Qué hacía yo en este lugar en la noche?

Si, estaba loca.

Traté de buscar a James con la mirada pero la gente alrededor me impedía poder ver todo el lugar y la gente allí dentro, frustrada decidí escribirle a Sara.

Ya estoy aquí, te estoy esperando.

Si se preguntan como entré, la respuesta es muy simple, o tal vez no realmente, pero el caso es que cuando me paré en la entrada el guardia de seguridad me vio y sin reproches me dejó entrar al lugar.

Extraño, pero cierto.

Esperando decidí pedir algo de tomar, había llevado un poco de dinero por si acaso.

Pedí una gaseosa.

Mientras tomaba mi bebida me senté a esperar y observar cada esquina del lugar para ver si conseguía a alguien conocido, James, Sara, e incluso tuve las esperanzas de encontrarlo a él.

A Jack.

Pero no podía pensar en él, no ahora, es decir, lo estoy ignorando pero aún así sigo pensando en él, mi mente me traiciona de todas las maneras posibles.

De pronto el sonido de un micrófono se hizo presente.

Pasé mi vista hacia la pequeña tarima en el fondo de todo el establecimiento, allí solían cantar las distintas bandas para animar las noches.

Pero allí sobre el escenario no había un cantante, estaba Sara, viéndome desafiante entre la multitud con sus ojos oscuros y su perfecta cabellera pelirroja.

Algo estaba mal.

Algo dentro de mi dedujo que esta noche iba a terminar peor que la noche de la borrachera, tenía un mal presentimiento y todo se fue a la mierda cuando ella empezó a hablar.

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